Electrónica y aparatos médicos

Dos informes publicados en la última edición de la Mayo Clinic Proceedings sugieren que los peligros de interferencia de ondas radiales con implantes médicos son reales pero pequeños y que los celulares en hospitales no presentan ningún peligro.

13 marzo, 2007

Un estudio realizado por dos investigadores financiados por fabricantes de equipos médicos, describe dos casos en los que aparatos anti-robo – a veces llamados sistemas electrónicos de vigilancia (EAS, en inglés), aparentemente causaban malfuncionamiento de aparatos médicos.

Un hombre de 71 años de edad con un desfibrilador (aparato que aplica descargas eléctricas para restablecer el ritmo cardíaco normal) implantado, recibió un shock y trastabilló a causa de un sistema electrónico y una mujer de 76 con un marcapasos se desmayó estando sentada con su espalda apoyada en uno de esos aparatos. Tres veces la reanimaron y otras tantas se desmayó, hasta que a alguien se le ocurrió alejarla de aquel lugar.
Ninguno de los dos sufrió daño grave. Los autores del informe dicen que ambos episodios ocurrieron en la primavera boreal 2006 en grandes tiendas minoristas, pero no los identificaron.

“No hay inconveniente en tener sistemas EAS”, dice Rod Gimbel, uno de los autores del estudio y cardiólogo. “Pero sería conveniente educar al personal de las tiendas sobre el problema”. Por otra parte, Jim Vanderpool, director de seguridad de productos de salud de Sensormatic Electronics, los fabricantes de las máquinas involucradas en ambos incidentes, dijo en un e-mail que la compañía no tenía información independiente sobre esos dos casos y que el artículo publicado por los médicos confirma el consenso científico sobre la necesidad de que los pacientes con implantes médicos como marcapasos o desfibriladores simplemente deben desplazarse a paso normal delante de los sistemas anti-robo.

La Food and Drug Administration aconsejó a la industria en el año 2000 sobre la necesidad de pegar, en los aparatos, etiquetas de advertencia para que nadie se apoye sobre ellos o se detenga al lado. Otro artículo en la misma publicación describe un experimento y aparatos inalámbricos de mano en 75 habitaciones de hospital y en unidades de cuidados intensivos donde había pacientes conectados a 192 aparatos médicos de 23 tipos diferentes.

Se hicieron 300 pruebas donde se recibían u hacían llamadas, se hablaba y se recibía información. No hubo un solo caso de interferencia con los aparatos médicos. Los autores concluyen su estudio con una recomendación para que se relajen las reglas que afectan a los celulares.

Un estudio realizado por dos investigadores financiados por fabricantes de equipos médicos, describe dos casos en los que aparatos anti-robo – a veces llamados sistemas electrónicos de vigilancia (EAS, en inglés), aparentemente causaban malfuncionamiento de aparatos médicos.

Un hombre de 71 años de edad con un desfibrilador (aparato que aplica descargas eléctricas para restablecer el ritmo cardíaco normal) implantado, recibió un shock y trastabilló a causa de un sistema electrónico y una mujer de 76 con un marcapasos se desmayó estando sentada con su espalda apoyada en uno de esos aparatos. Tres veces la reanimaron y otras tantas se desmayó, hasta que a alguien se le ocurrió alejarla de aquel lugar.
Ninguno de los dos sufrió daño grave. Los autores del informe dicen que ambos episodios ocurrieron en la primavera boreal 2006 en grandes tiendas minoristas, pero no los identificaron.

“No hay inconveniente en tener sistemas EAS”, dice Rod Gimbel, uno de los autores del estudio y cardiólogo. “Pero sería conveniente educar al personal de las tiendas sobre el problema”. Por otra parte, Jim Vanderpool, director de seguridad de productos de salud de Sensormatic Electronics, los fabricantes de las máquinas involucradas en ambos incidentes, dijo en un e-mail que la compañía no tenía información independiente sobre esos dos casos y que el artículo publicado por los médicos confirma el consenso científico sobre la necesidad de que los pacientes con implantes médicos como marcapasos o desfibriladores simplemente deben desplazarse a paso normal delante de los sistemas anti-robo.

La Food and Drug Administration aconsejó a la industria en el año 2000 sobre la necesidad de pegar, en los aparatos, etiquetas de advertencia para que nadie se apoye sobre ellos o se detenga al lado. Otro artículo en la misma publicación describe un experimento y aparatos inalámbricos de mano en 75 habitaciones de hospital y en unidades de cuidados intensivos donde había pacientes conectados a 192 aparatos médicos de 23 tipos diferentes.

Se hicieron 300 pruebas donde se recibían u hacían llamadas, se hablaba y se recibía información. No hubo un solo caso de interferencia con los aparatos médicos. Los autores concluyen su estudio con una recomendación para que se relajen las reglas que afectan a los celulares.

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