(EFE).- Un telescopio de rayos X con una resolución 300.000 veces superior a la del Hubble, permitirá a los astrofísicos observar el interior de los agujeros negros en los próximos diez años.
El proyecto desarrollado por la Universidad de Colorado y la agencia espacial estadounidense (Nasa), fue presentado en Washington como el telescopio del futuro.
Webster Cash, quien dirige el proyecto, señaló que el instrumento permitirá asomarse al horizonte de incidencia de un agujero negro, la zona del cuerpo celeste en la que todo comienza a desaparecer por su enorme capacidad de atracción.
Esa zona es relativamente pequeña, los astrónomos afirman que puede tener un radio de 30 kilómetros.
Los agujeros negros, al menos los de pequeño tamaño, se forman a partir del colapso de una estrella a la que se le ha acabado su combustible nuclear. La materia se comprime hasta producir fuerzas capaces de atrapar todo, incluso la luz.
Aún se desconoce el origen de los agujeros negros supermasivos, que tiene una masa equivalente a miles de estrellas como nuestro sol.
Astrónomos británicos y estadounidenses anunciaron ayer en la sede de la Nasa en Washington el hallazgo de un nuevo tipo de agujeros negros, denominados intermedios con una masa equivalente a unos 500 soles.
Esta nueva clase cambiaría el concepto sobre el fenómeno que puede revelar claves del origen del universo.
La astrónomo Andrea Preswich, que pertenece a la Institución Smithsonian y a la Universidad de Harvard, declaró que el nuevo telescopio de rayos X puede dar un vuelco en la información existente sobre los agujeros negros y reemplazar a Chandra, el más moderno de los telescopios de rayos X que existen en la actualidad.
Webster Crash, indicó también que el aparato permitirá observar el agujero negro que existe en el centro de nuestra galaxia, así como los de otras galaxias próximas.
Los agujeros negros no pueden ser observados directamente y su existencia se infiere a partir de los efectos que provocan las radiaciones de rayos X que emiten, o la aceleración orbital que experimentan las nubes de gas estelar a su alrededor.
El nuevo telescopio que se proyecta, en cuyo desarrollo la Nasa invirtió casi US$ 1 millón, podría comenzar a funcionar alrededor de 2010, informó la agencia espacial.
(EFE).- Un telescopio de rayos X con una resolución 300.000 veces superior a la del Hubble, permitirá a los astrofísicos observar el interior de los agujeros negros en los próximos diez años.
El proyecto desarrollado por la Universidad de Colorado y la agencia espacial estadounidense (Nasa), fue presentado en Washington como el telescopio del futuro.
Webster Cash, quien dirige el proyecto, señaló que el instrumento permitirá asomarse al horizonte de incidencia de un agujero negro, la zona del cuerpo celeste en la que todo comienza a desaparecer por su enorme capacidad de atracción.
Esa zona es relativamente pequeña, los astrónomos afirman que puede tener un radio de 30 kilómetros.
Los agujeros negros, al menos los de pequeño tamaño, se forman a partir del colapso de una estrella a la que se le ha acabado su combustible nuclear. La materia se comprime hasta producir fuerzas capaces de atrapar todo, incluso la luz.
Aún se desconoce el origen de los agujeros negros supermasivos, que tiene una masa equivalente a miles de estrellas como nuestro sol.
Astrónomos británicos y estadounidenses anunciaron ayer en la sede de la Nasa en Washington el hallazgo de un nuevo tipo de agujeros negros, denominados intermedios con una masa equivalente a unos 500 soles.
Esta nueva clase cambiaría el concepto sobre el fenómeno que puede revelar claves del origen del universo.
La astrónomo Andrea Preswich, que pertenece a la Institución Smithsonian y a la Universidad de Harvard, declaró que el nuevo telescopio de rayos X puede dar un vuelco en la información existente sobre los agujeros negros y reemplazar a Chandra, el más moderno de los telescopios de rayos X que existen en la actualidad.
Webster Crash, indicó también que el aparato permitirá observar el agujero negro que existe en el centro de nuestra galaxia, así como los de otras galaxias próximas.
Los agujeros negros no pueden ser observados directamente y su existencia se infiere a partir de los efectos que provocan las radiaciones de rayos X que emiten, o la aceleración orbital que experimentan las nubes de gas estelar a su alrededor.
El nuevo telescopio que se proyecta, en cuyo desarrollo la Nasa invirtió casi US$ 1 millón, podría comenzar a funcionar alrededor de 2010, informó la agencia espacial.