Por ahora, hay que decir que sólo “parece extraordinario” porque todavía nadie ha podido usarlo durante un tiempo y evaluar sus funcionalidades. Viene en tres terminaciones diferentes: una deportiva, con cuerpo de aluminio anodizado, otra más clásica en acero inoxidable brillante y una más elegante con cuerpo de oro 18 quilates. El modelo más barato costará US$ 349, lo cual es caro pero no demasiado para un gadget cotidiano y útil. Todos los modelos necesitan de un iPhone para ser funcionales.
Tendrá también dos tamaños: 38 y 42 milímetros, según el tamaño de la muñeca. Tiene pantalla táctil. Las aplicaciones en la pantalla se mueven con fluidez. La pantalla es sensible a la fuerza, lo que significa que puede distinguir entre un toque y una presión. Eso le permite tener un gran número de controles. También hay un control de voz para hacer cosas como tuitear y enviar mensajes. La corona del costado (aquella que alguna vez se usó para dar cuerda al reloj pulsera) se puede usar para bajar o subir por la lista de contactos.
Además de significar un gran desafío para los demás fabricantes de relojes inteligentes, el Apple Watch es también una gran amenaza para los fabricantes de rastreadores de actividad. Tiene varios sensores en su reverso que incluyen un PPG, o sensor que registra los cambios en circulación mediante una luz en la piel y mide cómo se dispersa la sangre por los vasos. Este tipo de sensor le da un potencial para realizar estudios mucho más precisos de los disponibles en otros relojes.