El dictamen de la Corte Suprema alcanza a substancias y procesos ajenos aplicados en fases tempranas de I&D. El veredicto unánime revierte una decisión del tribunal federal de apelaciones, que había sorprendido a la industrial con una interpretación estrecha de la legistación atinente a propiedad intelectual. Ésta vedaba el uso de componentes patendatos por otros en procesion de investigación de desarrollo.
El veredicto, redactado por el juez Antonin Scalia, define el desarrollo de medicamentos como “un proceso azaroso. En su decurso las empresas necesitan espacio, tiempo y márgenes de error durante la fase experimental previa al pedido de autorización a la autoridad regulatoria”.
El fallo hace a un caso concreto: la demanda de Merck Deutschland –filial alemana del grupo- contra la norteamericana Integra Life Sciences. Pero tendrá amplias repercusiones en la actividad, dentro y fuera de de Estados Unidas, pues permite a cualquier farmoquímica realizar investigaciones iniciales in infrinjir patentes ajenas. Varias firmas habían iniciado acciones judiciales en favor de la postura que ahora ha adoptado la SC, compartida por el gobierno federal.
Curiosamente, al relativizar la intangibilidad de patenes, ese dictamen puede plantearles problemas a las grandes farmnoquímicas fuera de EE.UU. Por ejemplo, si la SC argentina y sus equipos fuesen más ágiles, tomarían ese fallo para resolver los conflictos entre filiales de multinacionales y laboratorios locales. Estos días, la entidad que los representan renueva sus viejos litigios con la que asume los intereses transnacionales.
Pero la SC, quizás adelantando decisiones –por si su decano William Rehnquist, se retira y es substituido por alguien afín a la Casa Blabca y sus “lobbies”-, convalidó un dictamen de alzada en otro sector. Este veredicto limita la cantidad de televisoras, radios y periódicos que un grupo de medios puede controlar en el mismo mercado.
Al sostener el fallo de segunda instancia, la Corte evitó meterse en un debate interesado, señala el “Washington Post” sobre “la explosión de las telecomunicaciones, Internet y demás canales”. El diario señala que ese tipo de discusiones es una excusa para reformas drásticamente las normas sobre propiedad de medios y libertad de opinión, en ebneficio de conglomerados que s´polo persigue el rédito”. O el poder, como ocurre con Rupert Murdoch y su alianza con gobiernos ultraconservadores en varios países, empezando por EE.UU.
El dictamen de la Corte Suprema alcanza a substancias y procesos ajenos aplicados en fases tempranas de I&D. El veredicto unánime revierte una decisión del tribunal federal de apelaciones, que había sorprendido a la industrial con una interpretación estrecha de la legistación atinente a propiedad intelectual. Ésta vedaba el uso de componentes patendatos por otros en procesion de investigación de desarrollo.
El veredicto, redactado por el juez Antonin Scalia, define el desarrollo de medicamentos como “un proceso azaroso. En su decurso las empresas necesitan espacio, tiempo y márgenes de error durante la fase experimental previa al pedido de autorización a la autoridad regulatoria”.
El fallo hace a un caso concreto: la demanda de Merck Deutschland –filial alemana del grupo- contra la norteamericana Integra Life Sciences. Pero tendrá amplias repercusiones en la actividad, dentro y fuera de de Estados Unidas, pues permite a cualquier farmoquímica realizar investigaciones iniciales in infrinjir patentes ajenas. Varias firmas habían iniciado acciones judiciales en favor de la postura que ahora ha adoptado la SC, compartida por el gobierno federal.
Curiosamente, al relativizar la intangibilidad de patenes, ese dictamen puede plantearles problemas a las grandes farmnoquímicas fuera de EE.UU. Por ejemplo, si la SC argentina y sus equipos fuesen más ágiles, tomarían ese fallo para resolver los conflictos entre filiales de multinacionales y laboratorios locales. Estos días, la entidad que los representan renueva sus viejos litigios con la que asume los intereses transnacionales.
Pero la SC, quizás adelantando decisiones –por si su decano William Rehnquist, se retira y es substituido por alguien afín a la Casa Blabca y sus “lobbies”-, convalidó un dictamen de alzada en otro sector. Este veredicto limita la cantidad de televisoras, radios y periódicos que un grupo de medios puede controlar en el mismo mercado.
Al sostener el fallo de segunda instancia, la Corte evitó meterse en un debate interesado, señala el “Washington Post” sobre “la explosión de las telecomunicaciones, Internet y demás canales”. El diario señala que ese tipo de discusiones es una excusa para reformas drásticamente las normas sobre propiedad de medios y libertad de opinión, en ebneficio de conglomerados que s´polo persigue el rédito”. O el poder, como ocurre con Rupert Murdoch y su alianza con gobiernos ultraconservadores en varios países, empezando por EE.UU.