DVD: un juego donde ya se reacomodan las piezas

El mercado del DVD parece orientado a un temprano reacomodo del tablero. De un lado, surge un software para copiar películas casi a la perfección. Del otro, AOL Time Warner vende su negocio de compactos y DVD a una firma canadiense.

23 julio, 2003

La emprendedora tecnológica 321 Studios ha desquiciado a Hollywood. Creada
y conducida por el australiano Robert Semaan, ofrece software capaz de hacer copias
perfectas y más baratas de películas en DVD. Sólo basta una
PC. La compañía comenzó a vender su producto a mediados de
2002, ya ha colocado cientos de miles y espera facturar unos US$ 50 millones este
año. Naturalmente, los estudios cinematográficos harán lo
imposible para frenar la proliferación de "clones" y, como siempre,
apelarán a sus equipos de abogados. El tema es un clásico: los derechos
de autor, presumiblemente vulnerados si la gente -apenas una minoría en
el mundo, respecto de quienes compran discos y videos- puede bajar música
("síndrome de Napster) e imágenes.

La firma inició ventas en Estados Unidos por Internet y, por ahora,
no empleará otros canales. Pero lo que realmente asusta a los ejecutivos
de Hollywood es que los principales minoristas informáticos (CompuUSA,
Staples) estén vendiendo esos productos. "La intervención
de estas cadenas legitima de hecho la copia masiva de DVD", sostiene Timothy
Frost ("One to One"). Entretanto, 321 Studio ha hecho pie en Europa
occidental y tiene ambiciosos planes de expansión.

Semaan afirma que la aplicación básica de su software es hacer
copias de seguridad, porque considera defectuoso al DVD común. "De
los primeros cien que compré, veinte no soportaron el trato que les dan
los chicos. Hoy, hago una copia de seguridad y guardo los nuevos. Cuando se
arruina, me gasto dos dólares en un DVD virgen y hago otra copia del
original. El usuario tiene pleno derecho a proteger su inversión".

No piensan igual los estudios y su órgano de cabildeo, la Motion Picture
Association of America, que han iniciado acciones contra Seeman. Pero, como
la mejor defensa es un ataque, 321 Studio ya había entablado pleitos
a Columbia, MGM, Time Warner, Universal, Disney y cuatro estudios más,
para impedirles bloquear las ventas de su software. Semaan necesita ganar tiempo,
porque planea lanzar productos orientados al mercado de videojuegos, donde chocará
con Sony y Microsoft.
En cuanto a AOL TW, un coloso con pies de barro, acaba de vender por US$ 1.050
millones su división de compactos y DVD a la canadiense Cinram International.
No por gusto, sino porque debe ir recortando una deuda de 26.000 millones y
Wall Street presiona para que, de ahora a fines de 2004, elimine 75% de ese
pasivo (o sea, unos US$ 20.000 millones). En corto plazo, también planea
asociar su negocio de música grabada con el alemán Bertelsmann
Music Group.

La emprendedora tecnológica 321 Studios ha desquiciado a Hollywood. Creada
y conducida por el australiano Robert Semaan, ofrece software capaz de hacer copias
perfectas y más baratas de películas en DVD. Sólo basta una
PC. La compañía comenzó a vender su producto a mediados de
2002, ya ha colocado cientos de miles y espera facturar unos US$ 50 millones este
año. Naturalmente, los estudios cinematográficos harán lo
imposible para frenar la proliferación de "clones" y, como siempre,
apelarán a sus equipos de abogados. El tema es un clásico: los derechos
de autor, presumiblemente vulnerados si la gente -apenas una minoría en
el mundo, respecto de quienes compran discos y videos- puede bajar música
("síndrome de Napster) e imágenes.

La firma inició ventas en Estados Unidos por Internet y, por ahora,
no empleará otros canales. Pero lo que realmente asusta a los ejecutivos
de Hollywood es que los principales minoristas informáticos (CompuUSA,
Staples) estén vendiendo esos productos. "La intervención
de estas cadenas legitima de hecho la copia masiva de DVD", sostiene Timothy
Frost ("One to One"). Entretanto, 321 Studio ha hecho pie en Europa
occidental y tiene ambiciosos planes de expansión.

Semaan afirma que la aplicación básica de su software es hacer
copias de seguridad, porque considera defectuoso al DVD común. "De
los primeros cien que compré, veinte no soportaron el trato que les dan
los chicos. Hoy, hago una copia de seguridad y guardo los nuevos. Cuando se
arruina, me gasto dos dólares en un DVD virgen y hago otra copia del
original. El usuario tiene pleno derecho a proteger su inversión".

No piensan igual los estudios y su órgano de cabildeo, la Motion Picture
Association of America, que han iniciado acciones contra Seeman. Pero, como
la mejor defensa es un ataque, 321 Studio ya había entablado pleitos
a Columbia, MGM, Time Warner, Universal, Disney y cuatro estudios más,
para impedirles bloquear las ventas de su software. Semaan necesita ganar tiempo,
porque planea lanzar productos orientados al mercado de videojuegos, donde chocará
con Sony y Microsoft.
En cuanto a AOL TW, un coloso con pies de barro, acaba de vender por US$ 1.050
millones su división de compactos y DVD a la canadiense Cinram International.
No por gusto, sino porque debe ir recortando una deuda de 26.000 millones y
Wall Street presiona para que, de ahora a fines de 2004, elimine 75% de ese
pasivo (o sea, unos US$ 20.000 millones). En corto plazo, también planea
asociar su negocio de música grabada con el alemán Bertelsmann
Music Group.

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