Dura lucha por dominar la 3G, si alguna vez se impone

La finesa Nokia, mayor fabricante mundial de celulares, y la estadounidense Qualcomm (líder en chips para inalámbricos) protagonizan una dura pelea por el futuro de la III generación. Ya cada una se desborda sobre segmentos de la otra.

3 marzo, 2003

Por una parte, Qualcomm provee a competidores asiáticos de Nokia componentes
electrónicos para disputarle mercados a la finesa. La clave se cifra en
los dispositivos manuales de III generación (3G), una franja que -hasta
ahora- no prende entre los consumidores y ha llevado a pérdidas y crisis
en varios conglomerados de telecomunicaciones. Empezando por la vecina sueca de
Nokia, Ericsson.

En general, los celulares y otras aplicaciones 3G están diseñados
para reproducir imágenes y sonido, conectarse a Internet ultrarrápida
(banda ancha), funcionar como teléfonos y asistentes digitales personales.
La japonesa Sanyo y dos surcoreanas -Samsung, LG Electronics- ya han lanzado dispositivos
3G equipados con microprocesadores Qualcomm. Tanto esta firma como su rival creen
que, en pocos años, el segmento 3G pase de su escasa incidencia actual
(8% de las ventas globales en telefonía móvil en 2002) a una posición
dominante.

De un modo u otro, ahora los fineses no tienen más remedio que sacarle
mercado a los norteamericanos. Si lo lograsen, limitarían el potencial
expansivo de Qualcomm, una de las contadas empresas capaces de obtener ganancias
suficientes para financiar su crecimiento. Además, puede hacerlo según
las dos normas técnicas principales en materia de 3G: CDMA ("code-division
multiple access", o sea acceso múltiple por división de códigos
o señales) y W-CDMA (lo mismo en banda ancha). La primera se prefiere en
Estados Unidos, la segunda en la Unión Europea y su periferia.

Los aparatos W-CDMA exigen, no obstante, redes GSM ("global systems for mobiles",
es decir sistemas globales para móviles), lo cual implicaría inversiones
de hasta US$ 400 millones para adptar celulares CDMA. Nokia tiene por ahora casi
la mitad de la franja GSM y ya ha remitido a sus clientes 10.000 unidades experimentales
GSM/W-CDMA, equipadas con chips fineses. Tanto esta firma como Qualcomm proyectan
comercializar sus nuevas versiones este mismo año. Tanto es así
que, en la exposición de telecomunicaciones realizada este mes en Cannes,
ambas las presentaron en sociedad.

Por una parte, Qualcomm provee a competidores asiáticos de Nokia componentes
electrónicos para disputarle mercados a la finesa. La clave se cifra en
los dispositivos manuales de III generación (3G), una franja que -hasta
ahora- no prende entre los consumidores y ha llevado a pérdidas y crisis
en varios conglomerados de telecomunicaciones. Empezando por la vecina sueca de
Nokia, Ericsson.

En general, los celulares y otras aplicaciones 3G están diseñados
para reproducir imágenes y sonido, conectarse a Internet ultrarrápida
(banda ancha), funcionar como teléfonos y asistentes digitales personales.
La japonesa Sanyo y dos surcoreanas -Samsung, LG Electronics- ya han lanzado dispositivos
3G equipados con microprocesadores Qualcomm. Tanto esta firma como su rival creen
que, en pocos años, el segmento 3G pase de su escasa incidencia actual
(8% de las ventas globales en telefonía móvil en 2002) a una posición
dominante.

De un modo u otro, ahora los fineses no tienen más remedio que sacarle
mercado a los norteamericanos. Si lo lograsen, limitarían el potencial
expansivo de Qualcomm, una de las contadas empresas capaces de obtener ganancias
suficientes para financiar su crecimiento. Además, puede hacerlo según
las dos normas técnicas principales en materia de 3G: CDMA ("code-division
multiple access", o sea acceso múltiple por división de códigos
o señales) y W-CDMA (lo mismo en banda ancha). La primera se prefiere en
Estados Unidos, la segunda en la Unión Europea y su periferia.

Los aparatos W-CDMA exigen, no obstante, redes GSM ("global systems for mobiles",
es decir sistemas globales para móviles), lo cual implicaría inversiones
de hasta US$ 400 millones para adptar celulares CDMA. Nokia tiene por ahora casi
la mitad de la franja GSM y ya ha remitido a sus clientes 10.000 unidades experimentales
GSM/W-CDMA, equipadas con chips fineses. Tanto esta firma como Qualcomm proyectan
comercializar sus nuevas versiones este mismo año. Tanto es así
que, en la exposición de telecomunicaciones realizada este mes en Cannes,
ambas las presentaron en sociedad.

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