Dispositivos múltiples: un auge no sin ciertos riesgos

En Argentina, las telecomunicaciones móviles viven un auge desde mediados de 2003. La reactivación económica y el retorno del subsidio a terminales y el pago de cuotas con tarjeta dan vuelta el orden establecido. Pero hay riesgos.

16 junio, 2004

Según Carrier y Asociados, “hay un repunte en la relación abono vs. pago previo, en favor del primero. Con la crisis de 2002, no sólo cayó la cantidad de líneas en servicio, sino que muchas de las subsistentes se pasaron al pago previo”.

Esta modalidad había alcanzado hasta 80% de participación, según los operadores. Pero hoy existe un fuerte impulso hacia el abono con tope, superado el cual pueden comprarse minutos adicionales. La venta de estos abonos se realiza junto con la de nuevos dispositivos, más pequeños, funcionales y atractivos.

Por supuesto, el precio está subvencionado por los operadores y se paga en cuotas con tarjeta de crédito (¿qué pasa con quienes no desean afrontar el costo del dinero plástico?). Sin detenerse en el detalle, la consultora señala: “no son pocos los usuarios que están abandonando viejos terminales de pago previo para pasar a la novedad, aun a costa de perder su número”.

También se observa una reubicación de marcas, fruto de intensas campañas publicitarias y otras acciones (e inacciones) de marketing. La idea es alterar la percepción que tradicionalmente había de cada operador. Surge aquí otro factor ignorado por expertos locales, pero advertido en las economías centrales: los dispositivos manuales múltiples se orientan a usuarios menores de 35 años, sensibles a una serie de “ganchos” poco relativos a la comunicación en sí.

Uno de ellos, la toma y transmisión de imágenes, se perfila ya como amenaza a la privacidad y la seguridad. “Las nuevas tecnologías captan y envían imágenes digitales vía redes de datos. Eso es ideal para espías y terroristas”, teme el “Financial times”. A su vez, Gartner Group apunta a las redes inalámbricas locales (modalidades WiFi y WiMax) no autorizadas como riesgo potencial –también vía dispositivos múltiples- para las empresas.

Pero hay un punto que es preocupante y son las quejas de los usuarios en relación a problemas de señal, quizás fruto de la saturación consecuencia del desmesurado crecimiento en la cantidad de líneas. También se escuchan críticas a los problemas de cobertura de las nuevas redes GSM, no ya en localidades donde las redes aún no llegaron, sino en distintos puntos del área metropolitana de Buenos Aires. Es cierto que los operadores GSM anunciaron que la cobertura de sus redes estará terminada a fin de año, pero también lo es que existen clientes que compraron los nuevos teléfonos pensando que tendrían un servicio mejor y que se sienten decepcionados porque no siempre los pueden utilizar. Un punto a considerar seriamente por los operadores, no sea cosa que el chip sirva no tanto para cambiar de teléfono sino para mantenerlo luego de cambiar de operador…

Según Carrier y Asociados, “hay un repunte en la relación abono vs. pago previo, en favor del primero. Con la crisis de 2002, no sólo cayó la cantidad de líneas en servicio, sino que muchas de las subsistentes se pasaron al pago previo”.

Esta modalidad había alcanzado hasta 80% de participación, según los operadores. Pero hoy existe un fuerte impulso hacia el abono con tope, superado el cual pueden comprarse minutos adicionales. La venta de estos abonos se realiza junto con la de nuevos dispositivos, más pequeños, funcionales y atractivos.

Por supuesto, el precio está subvencionado por los operadores y se paga en cuotas con tarjeta de crédito (¿qué pasa con quienes no desean afrontar el costo del dinero plástico?). Sin detenerse en el detalle, la consultora señala: “no son pocos los usuarios que están abandonando viejos terminales de pago previo para pasar a la novedad, aun a costa de perder su número”.

También se observa una reubicación de marcas, fruto de intensas campañas publicitarias y otras acciones (e inacciones) de marketing. La idea es alterar la percepción que tradicionalmente había de cada operador. Surge aquí otro factor ignorado por expertos locales, pero advertido en las economías centrales: los dispositivos manuales múltiples se orientan a usuarios menores de 35 años, sensibles a una serie de “ganchos” poco relativos a la comunicación en sí.

Uno de ellos, la toma y transmisión de imágenes, se perfila ya como amenaza a la privacidad y la seguridad. “Las nuevas tecnologías captan y envían imágenes digitales vía redes de datos. Eso es ideal para espías y terroristas”, teme el “Financial times”. A su vez, Gartner Group apunta a las redes inalámbricas locales (modalidades WiFi y WiMax) no autorizadas como riesgo potencial –también vía dispositivos múltiples- para las empresas.

Pero hay un punto que es preocupante y son las quejas de los usuarios en relación a problemas de señal, quizás fruto de la saturación consecuencia del desmesurado crecimiento en la cantidad de líneas. También se escuchan críticas a los problemas de cobertura de las nuevas redes GSM, no ya en localidades donde las redes aún no llegaron, sino en distintos puntos del área metropolitana de Buenos Aires. Es cierto que los operadores GSM anunciaron que la cobertura de sus redes estará terminada a fin de año, pero también lo es que existen clientes que compraron los nuevos teléfonos pensando que tendrían un servicio mejor y que se sienten decepcionados porque no siempre los pueden utilizar. Un punto a considerar seriamente por los operadores, no sea cosa que el chip sirva no tanto para cambiar de teléfono sino para mantenerlo luego de cambiar de operador…

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