Detector de mentiras en el teléfono

En Gran Bretaña ya lo usan las aseguradoras para reconocer reclamos falsos. Los organismos oficiales planean incorporarlos con igual propósito. Falta saber si es cierto que distingue entre un nervioso y un mentiroso.

1 febrero, 2005

A nivel ministerial se estudia el proyecto de instalar nueva tecnología
para ayudar a los empleados del sector público en áreas vulnerables
al fraude, como impuestos, beneficios e inmigración. Los detectores –
que pescan mentiras midiendo niveles de estrés en la voz – ya están
en uso en compañías de seguros para reconocer cuándo un
reclamo no es auténtico.

Varios departamentos oficiales están en negociaciones con Capita, una
firma de TI que ha comprado los derechos de distribución de los detectores
para el sector público. El Departamento de Trabajo y Pensiones (DWP)
confirmó que está analizando el uso de la tecnología. Actualmente
están investigando casos del sector privado que ya aplicaron esta tecnología
de análisis del estrés en la voz. Si los resultados son positivos,
el Inland Revenue (la DGI de los británicos), el Home Office (el Ministerio
del Interior) y el Criminal Records Bureau (Oficina de Antecedentes Criminales)
podrían hacer una prueba con la tecnología antes de fin de año.
Las aseguradoras que lo usaron (Halifax, Axa y Highway Insurance
entre otras) dicen que el año pasado registraron una caída de
20% en los reclamos falsos, lo cual les permitió ahorrar muchos millones
de libras.

Al controlar los niveles de estrés, el analizador de la voz, desarrollado
en Israel para uso de sus agentes secretos, se diferencia de los detectores
tradicionales, que miden la transpiración. La máquina evalúa
las respuestas de quien llama a preguntas sencillas, como nombre y dirección,
datos que más tarde compara con el patrón normal de la voz de
esa persona. Luego detecta si ese patrón se modifica cuando a la persona
se le hace una pregunta más directa sobre, por ejemplo, si el reclamo
que está haciendo es genuino. Según sus promotores, el equipo
puede distinguir entre una persona nerviosa y otra que está mintiendo.
En Estados Unidos, el laboratorio de investigación de la Fuerza Aérea,
puso en duda esto último. Según sus conclusiones, es difícil
detectar la diferencia.

A la gente que según el detector está mintiendo, se la somete
a una investigación más rigurosa. Los aseguradores descubrieron
que muchos reclamos sospechosos desaparecen en cuanto los someten a más
preguntas.

La introducción de esta tecnología, prohibida en muchos países,
seguramente será protestada por los defensores de la privacidad.

A nivel ministerial se estudia el proyecto de instalar nueva tecnología
para ayudar a los empleados del sector público en áreas vulnerables
al fraude, como impuestos, beneficios e inmigración. Los detectores –
que pescan mentiras midiendo niveles de estrés en la voz – ya están
en uso en compañías de seguros para reconocer cuándo un
reclamo no es auténtico.

Varios departamentos oficiales están en negociaciones con Capita, una
firma de TI que ha comprado los derechos de distribución de los detectores
para el sector público. El Departamento de Trabajo y Pensiones (DWP)
confirmó que está analizando el uso de la tecnología. Actualmente
están investigando casos del sector privado que ya aplicaron esta tecnología
de análisis del estrés en la voz. Si los resultados son positivos,
el Inland Revenue (la DGI de los británicos), el Home Office (el Ministerio
del Interior) y el Criminal Records Bureau (Oficina de Antecedentes Criminales)
podrían hacer una prueba con la tecnología antes de fin de año.
Las aseguradoras que lo usaron (Halifax, Axa y Highway Insurance
entre otras) dicen que el año pasado registraron una caída de
20% en los reclamos falsos, lo cual les permitió ahorrar muchos millones
de libras.

Al controlar los niveles de estrés, el analizador de la voz, desarrollado
en Israel para uso de sus agentes secretos, se diferencia de los detectores
tradicionales, que miden la transpiración. La máquina evalúa
las respuestas de quien llama a preguntas sencillas, como nombre y dirección,
datos que más tarde compara con el patrón normal de la voz de
esa persona. Luego detecta si ese patrón se modifica cuando a la persona
se le hace una pregunta más directa sobre, por ejemplo, si el reclamo
que está haciendo es genuino. Según sus promotores, el equipo
puede distinguir entre una persona nerviosa y otra que está mintiendo.
En Estados Unidos, el laboratorio de investigación de la Fuerza Aérea,
puso en duda esto último. Según sus conclusiones, es difícil
detectar la diferencia.

A la gente que según el detector está mintiendo, se la somete
a una investigación más rigurosa. Los aseguradores descubrieron
que muchos reclamos sospechosos desaparecen en cuanto los someten a más
preguntas.

La introducción de esta tecnología, prohibida en muchos países,
seguramente será protestada por los defensores de la privacidad.

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