De imitador a precursor: ambición de China en 5G

Para potenciales países receptores se ve como una amenaza de ciberseguridad.

7 junio, 2019

China ha implementado una estrategia coordinada para desarrollar la infraestructura de las redes 5G y ya se perciben algunos resultados. No obstante, el país aún depende de las importaciones de ciertos productos, en particular, de componentes de alta gama, lo que expone al sector a las amenazas proteccionistas. Estados Unidos ya prohíbe los equipos Huawei y presiona a sus aliados para que sigan su ejemplo, lo que, en el futuro, podría limitar el crecimiento del 5G chino.

Tras ponerse al día en la era de las tecnologías 3G y 4G, el Gobierno chino se ha centrado en el desarrollo de las redes 5G. En 2014, lanzó el grupo de promoción ‘IMT-2020 5G’ para reunir a todos los actores del ecosistema, con el fin de crear sinergias y mejorar la cooperación. En el mismo año, el gobierno también impulsó la inversión en el sector, especialmente mediante la creación del Fondo Nacional de Inversión de la Industria del Circuito Integrado (National Integrated Circuit Industry Investment Fund). El objetivo de este fondo es ampliar la industria local de chips de US$ 65.000 millones en 2016 a US$ 305.000 millones en 2030, según revela un reciente informe de Coface. En este contexto político favorable, las empresas chinas han sido capaces de aumentar rápidamente su I+D en el sector privado.

La estrategia orquestada por China respecto a la promoción del 5G contribuirá a que numerosas empresas locales aprovechen esta ventajosa posición de precursor. Se estima que el 40% de las patentes para los estándares actuales de las redes 5G provienen de empresas chinas, que además se beneficiarán de esta nueva tecnología, como es el caso de Huawei, líder mundial en infraestructuras de red, que actualmente da cuenta del 29% del mercado. Por otra parte, se espera que el 5G dispare una ola de reemplazos de teléfonos móviles, y tres de los cinco líderes mundiales de la telefonía móvil son chinos: Huawei, Xiaomi y Oppo.

De acuerdo con la Academia China de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (CAICT – China Academy of Information and Communications Technology), en 2025, el mercado del 5G podría representar el 3,2% del PIB chino, es decir, 166.000 millones de dólares.

 

Aún quedan retos por afrontar

 

1) El proteccionismo en el contexto de la guerra comercial entre Estados Unidos y China

 

En el contexto de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la electrónica es un objetivo importante de los aranceles aduaneros. Del 51% de los US$ 200.000 millones de importaciones chinas sujetos a derechos de aduana, 25% corresponden a productos electrónicos, de los cuales el 23,5% son teléfonos móviles.

Los aranceles aduaneros americanos deterioran las condiciones del intercambio de las exportaciones chinas respecto a sus mercados más importantes. Esto incentiva a las empresas y a los consumidores americanos a diversificar su demanda, fuera de China. Además, las empresas chinas que operan con la tecnología 5G aún dependen de las importaciones de ciertos componentes clave, por lo que permanecen expuestas a los riesgos de la cadena de suministro. Además, en mayo de 2019, Estados Unidos anunció que prohibirá a Huawei y a sus filiales comprar partes y componentes a las empresas americanas, sin la aprobación previa del gobierno estadounidense. Esto podría causar importantes disrupciones en la organización logística de Huawei dado que, en 2018, el 16% de sus componentes se originó en empresas americanas.

 

2) Riesgos de ciberseguridad

 

La implementación de las redes 5G por parte de las empresas chinas es percibida como un riesgo para la seguridad por muchos de los potenciales países receptores. Algunos de estos países, liderados por Estados Unidos, sostienen que la utilización de la infraestructura de las redes 5G de Huawei representa una amenaza, ya que las “backdoors” podrían permitir que el gobierno chino acceda a información sensible de las empresas y consumidores extranjeros. Responder a estas exigencias de seguridad y transparencia es un enorme desafío para Huawei, así como para todas las empresas chinas de tecnología.

 

3) La tecnología tiene sus límites

 

Las aplicaciones tecnológicas tardarán años antes de que se implementen las redes autónomas de 5G unificadas. La asociación de operadores internacionales de telefonía GSM prevé que para 2025 solamente el 14% de todas las conexiones estará alimentado por el 5G. Queda un largo camino por recorrer para que el 5G se convierta en el nuevo standard de la comunicación.

China se está convirtiendo rápidamente en un actor significativo del 5G, pero sigue dependiendo de las importaciones de componentes de alta gama. En este contexto, el sector se encuentra expuesto a las amenazas proteccionistas“, declara Pauline Weil, economista junior de Coface.

Debido a las consideraciones políticas, el 5G está recibiendo actualmente mucha atención. No obstante, la prohibición sobre las empresas chinas reduce considerablemente la competitividad del sector, una decisión costosa que con seguridad perjudicará los intereses de los operadores privados“, señala Carlos Casanova, economista de Coface para la región Asia-Pacífico.

 

 

 

 

 

 

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