Avión que espía pasajeros. última idea en la Unión Europea
Secreto hasta hace poco, el proyecto recorre los diarios de medio continente. Se originó en una entidad de luengo nombre, Seguridad aérea en un futuro contexto europeo (Safce), y participan once países. Israel es uno de ellos.
En esencia, su objeto es que todo gesto y toda acción se filmen para análisis en tiempo real. Quizá por delicadeza, en los baños se instalarán sólo micrófonos. Según detalles filtrados al principio, en apariencia, por gente de dos contratistas italianos ligados al proyecto (Selex communications y Galileo avionica, división de Finmeccanica), se detectarán inclusive gestos faciales y palabras e interjecciones aisladas.
Si se detectan síntomas o diálogos sospechosos, los pasajeros involucrados deberán bajar en la primera escala y someterse a pruebas e interrogatorios. Por si acaso, el fuselaje incorporará detectores de proyectos exógenos y endógenos. En las puertas, una “nariz electrónica” olerá a todo quien entre, tripulación inclusive, en tanto los pilotos deberán usar una tarjeta de reconocimiento –inventada por los israelíes- para acceder a los controles. Igual ocurrirá con los auxiliares de abordo en las cocinas.
El proyecto ha sido tercerizado entre treinta empresas y centros tecnológicos universitarios. “El plan fue definido en 2004 e insumirá unos €50 millones sólo para el prototipo. Ya hemos hecho pruebas”, admitió Daniel Gaultier, director del proyecto. Algunos medios europeos creen que la participación israelí ha alejado de Safce a miembros de la UE con buenas relaciones entre países árabes del Mediterráneo.
De acuerdo con explicaciones de Gaultier, “el pasajero atraviesa el primer c control al entrar en el avión (por ahora, el prototipo apunta a uno mediano), donde el Hermano grande detectará hasta el menor gesto o tic. Los nerviosos no la pasarán bien. Ya adentro y en vuelo, bastará con levantarse para ir baño para activa un complejo sistema de seguimiento hasta el inodoro. Malos momentos para de gente de “tránsito volátil”.
Palabras y gestos sospechosos serán analizados automáticamente por una computadora y una pantalla, en la cabina del piloto, encenderán una luz roja correspondiente al asiento del presunto riesgo. No se explica qué pasa si el piloto o su segundo son terroristas. En caso de que, efectivamente, haya un terrorista y logre eludir esos monitores (o sea, tenga nervios de acero y no sufra de diarrea o incontinencia urinaria), los accesos a la cabina general se bloquearán de inmediato. La máquina será derivada corredores sin vuelos regulares.
Semejante esquema parece hasta cierto punto ingenuo. Por ejemplo ¿cuántos idiomas deberá procesar el programa, si sólo en UE se hablan más de veinte? ¿qué sucede si el terrorista toma rehenes? Como se sabe, una persona bien adiestrada puede matar con las manos, sin necesidad de armas ni veneno. Basta con ver una durísima película (“Daños colaterales”), protagonizada hace años por Arnold Schwarzenegger, para ilustrar el punto. En otro plano ¿cuánta gente normal querrá viajar en un avión que la espía hasta en el excusado?
En esencia, su objeto es que todo gesto y toda acción se filmen para análisis en tiempo real. Quizá por delicadeza, en los baños se instalarán sólo micrófonos. Según detalles filtrados al principio, en apariencia, por gente de dos contratistas italianos ligados al proyecto (Selex communications y Galileo avionica, división de Finmeccanica), se detectarán inclusive gestos faciales y palabras e interjecciones aisladas.
Si se detectan síntomas o diálogos sospechosos, los pasajeros involucrados deberán bajar en la primera escala y someterse a pruebas e interrogatorios. Por si acaso, el fuselaje incorporará detectores de proyectos exógenos y endógenos. En las puertas, una “nariz electrónica” olerá a todo quien entre, tripulación inclusive, en tanto los pilotos deberán usar una tarjeta de reconocimiento –inventada por los israelíes- para acceder a los controles. Igual ocurrirá con los auxiliares de abordo en las cocinas.
El proyecto ha sido tercerizado entre treinta empresas y centros tecnológicos universitarios. “El plan fue definido en 2004 e insumirá unos €50 millones sólo para el prototipo. Ya hemos hecho pruebas”, admitió Daniel Gaultier, director del proyecto. Algunos medios europeos creen que la participación israelí ha alejado de Safce a miembros de la UE con buenas relaciones entre países árabes del Mediterráneo.
De acuerdo con explicaciones de Gaultier, “el pasajero atraviesa el primer c control al entrar en el avión (por ahora, el prototipo apunta a uno mediano), donde el Hermano grande detectará hasta el menor gesto o tic. Los nerviosos no la pasarán bien. Ya adentro y en vuelo, bastará con levantarse para ir baño para activa un complejo sistema de seguimiento hasta el inodoro. Malos momentos para de gente de “tránsito volátil”.
Palabras y gestos sospechosos serán analizados automáticamente por una computadora y una pantalla, en la cabina del piloto, encenderán una luz roja correspondiente al asiento del presunto riesgo. No se explica qué pasa si el piloto o su segundo son terroristas. En caso de que, efectivamente, haya un terrorista y logre eludir esos monitores (o sea, tenga nervios de acero y no sufra de diarrea o incontinencia urinaria), los accesos a la cabina general se bloquearán de inmediato. La máquina será derivada corredores sin vuelos regulares.
Semejante esquema parece hasta cierto punto ingenuo. Por ejemplo ¿cuántos idiomas deberá procesar el programa, si sólo en UE se hablan más de veinte? ¿qué sucede si el terrorista toma rehenes? Como se sabe, una persona bien adiestrada puede matar con las manos, sin necesidad de armas ni veneno. Basta con ver una durísima película (“Daños colaterales”), protagonizada hace años por Arnold Schwarzenegger, para ilustrar el punto. En otro plano ¿cuánta gente normal querrá viajar en un avión que la espía hasta en el excusado?
