Avance en nanotecnología molecular

La Universidad de California (UCLA) y Hewlett-Packard informan que patentaron una tecnología que supera ciertos escollos para fabricar semiconductores a partir de moléculas . El hallazgo podría acortar el camino hacia la nanocomputadora.

25 enero, 2002

El objetivo ideal de estos trabajos reside en crear máquinas lo bastante chicas como para incorporarse en materiales. En aplicaciones médicas, podrían inyectarse en la corriente sanguínea y actuar como sensores para hacer diagnósticos o realizar intervenciones. El equipo UCLA/H-P, parcialmente financiado por el Pentágono, ya había registrado un sistema para conectar conmutadores moleculares y cables “químicos” cuyo grosor no pasa de seis a diez átomos (casi un centésimo del común en un chip convencional).

En 2001, R. Stanley William (H-P), Philip Kuekes y James Heath (UCLA) desarrollaron un proceso químico y un programa informático que permite graficar circuitos como si fueran las calles en un plano. De ese modo, el procesador central de un sistema “sabrá” exactamente qué cuadrilla de la retícula molecular almacena determinada información. Pero orientar impulsos eléctricos no es suficiente. Para que un circuito molecular funcione, los científicos deben hallar maneras de manejar el recorrido de las señales.

Ahí entra en acción el proceso electroquímico patentado en noviembre, que operará como si fuera una red de semáforos. A juicio de los investigadores, en diez años se habrá elaborado un circuito híbrido, compuesto de moléculas y silicones (o su eventual substituto). Más tarde, las moléculas irán absorbiendo más tareas del sistema.

El gobierno central invertirá este año US$ 604 millones en su iniciativa nanotecnológica nacional; esto es, 43% más que en 2001. Quizá para no dejarse ganar de mano por algunos competidores europeos.

El objetivo ideal de estos trabajos reside en crear máquinas lo bastante chicas como para incorporarse en materiales. En aplicaciones médicas, podrían inyectarse en la corriente sanguínea y actuar como sensores para hacer diagnósticos o realizar intervenciones. El equipo UCLA/H-P, parcialmente financiado por el Pentágono, ya había registrado un sistema para conectar conmutadores moleculares y cables “químicos” cuyo grosor no pasa de seis a diez átomos (casi un centésimo del común en un chip convencional).

En 2001, R. Stanley William (H-P), Philip Kuekes y James Heath (UCLA) desarrollaron un proceso químico y un programa informático que permite graficar circuitos como si fueran las calles en un plano. De ese modo, el procesador central de un sistema “sabrá” exactamente qué cuadrilla de la retícula molecular almacena determinada información. Pero orientar impulsos eléctricos no es suficiente. Para que un circuito molecular funcione, los científicos deben hallar maneras de manejar el recorrido de las señales.

Ahí entra en acción el proceso electroquímico patentado en noviembre, que operará como si fuera una red de semáforos. A juicio de los investigadores, en diez años se habrá elaborado un circuito híbrido, compuesto de moléculas y silicones (o su eventual substituto). Más tarde, las moléculas irán absorbiendo más tareas del sistema.

El gobierno central invertirá este año US$ 604 millones en su iniciativa nanotecnológica nacional; esto es, 43% más que en 2001. Quizá para no dejarse ganar de mano por algunos competidores europeos.

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