Durante la próxima década, la mitad de lo que lea la gente vendrá en formato digital, ya sea en monitores de computadoras, pantallas PDA o en las páginas de los libros electrónicos.
Los libros de estudio, manuales de instrucciones, publicaciones para profesionales y otros textos que requieran actualización y revisión permanentes dominarán este nuevo mercado. Los amantes de la literatura de ficción elegirán el formato impreso o digitalizado, dependiendo de las circunstancias. Aunque las editoriales ahorrarán dinero, enfrentarán nuevas preocupaciones en torno a cuestiones tales como derechos de autor, distribución y licencias. ¿Quiénes se beneficiarán, entonces, con la revolución del libro electrónico? Las personas con problemas de visión.
Hace poco se superó uno de los mayores obstáculos para la difusión de las publicaciones electrónicas: 75 empresas y organizaciones anunciaron un acuerdo de normas en la materia. Las editoriales pronto podrán generar una única versión digital de un texto para ser usada en cualquiera de los libros electrónicos actuales o futuros.
Ya se vendieron alrededor de dos millones de asistentes digitales personales PDA, la tecnología más parecida a un libro electrónico y las cifras siguen trepando.
El dilema de fondo
Los analistas del sector no logran determinar qué sucederá primero. Muchos sostienen que los e-books no levantarán vuelo mientras no haya una cantidad crítica de lectura recreativa disponible, pero advierten, por otro lado, que las editoriales no invertirán en tecnología mientras los consumidores no muestren mayor interés.
Aun así, algunas empresas han comenzado a invertir. Recientemente, las editoriales de mayor envergadura acordaron incluir algunos títulos en formato digital. Simon & Schuster lanzó un libro electrónico antes de la edición impresa. Barnes & Noble y el gigante alemán Bertelsmann invirtieron en Rocket e-Book, mientras que GE Capital y Nokia, la fabricante finlandesa de teléfonos celulares, respaldan a SoftBook. Es posible deducir, entonces, que el negocio está a punto de despegar.
Por obra de las nuevas tecnologías y de las alianzas de empresas, se salvarán otros obstáculos para los libros digitales, particularmente cuestiones relacionadas con la protección de los derechos de autor.
- Adobe Systems, gran productora de software para editoriales, modificó
el formato de sus documentos para proteger los formatos digitales. - Xerox trabaja junto con Adobe en el desarrollo de su propio programa de
protección de los derechos de autor. - Intertrust Technologies diseñó un programa complejo para
protección contra la piratería. - Microsoft está considerando el desarrollo de tecnología similar
y la creación de un programa que facilita la lectura de los textos.
NetLibrary compra los derechos de un libro, lo traduce a formato digital y luego lo vende a bibliotecas y consumidores. Ha adoptado estrictas medidas de seguridad que impiden que un usuario pueda bajar o distribuir un libro. Por ejemplo, si una biblioteca compra un ejemplar, sólo un lector por vez puede acceder al texto. Los usuarios pueden imprimir algunas páginas pero, después de imprimir varias, reciben una advertencia que indica que el material tiene todos los derechos reservados. Después de varias advertencias, el usuario pierde acceso al libro.
Batalla cultural
Los libros electrónicos triunfarán donde fracasaron los CD-ROM. Los CD no brindaban ventajas reales a los lectores, especialmente cuando se trataba de libros de ficción. (Muchos manuales y manuscritos de instrucción en CD se venden muy bien.) En comparación, los libros electrónicos cuentan con características altamente tentadoras. Incluyen, entre otras cosas, el envío inmediato de libros on line y, para los viajeros, la posibilidad de llevar varios libros en un único aparato portátil del tamaño de una bolsa de papel. Más aún, las personas con problemas de visión podrán acomodar el tipo de letra, tamaño y brillo para lograr una óptima lectura.
En última instancia, la resistencia a los libros electrónicos desaparecerá a medida que las escuelas y empresas los utilicen como un medio más eficaz y económico para distribuir información a los estudiantes y empleados. Así, una vez que se sientan cómodos con la tecnología, los usuarios recurrirán a los e-books para lecturas recreativas.