El futuro es de plástico

    Probablemente el próximo accesorio para automóviles sea una red de datos de fibra óptica. Los pasajeros podrían navegar por Internet o mirar videos gracias a un circuito óptico que transporte información electrónica a modo de pequeños pulsos de luz. La misma tecnología podría servir para aplicar en aviones y proporcionar una económica red de comunicaciones digitales multimedia a edificios.


    La base de todo esto es el plástico, el material que comenzó a reemplazar al vidrio en las redes ópticas locales, así como el vidrio reemplazó al cobre en las telecomunicaciones. Los conductores de autos, fanáticos de los modernos dispositivos, ya pueden solicitar una red óptica como opcional extra del Mercedes Clase S. Daimler Chrysler, dueño de la marca Mercedes, es uno de los 14 fabricantes de automóviles y de los 50 proveedores que integran el consorcio Most (Media Oriented System Transport), encargado de desarrollar esta tecnología y los estándares globales necesarios para colocar un circuito óptico en automóviles, basado en una fibra óptica plástica o de polímero. Es posible que los primeros vehículos con esta tecnología ingresen al mercado durante este año.


    De la aguja a la llave


    El creciente interés por las redes plásticas surge, en parte, de una investigación reciente llevada a cabo por Asahi Glass. La empresa japonesa desarrolló un plástico con baja absorción de luz que, a diferencia de las primeras fibras plásticas, transporta luz a la longitud de onda que se usa en telecomunicaciones. Las fibras ópticas de plástico transportan luz hasta 100 metros, por eso nunca reemplazarán al vidrio. Sin embargo, esta distancia es más que adecuada para automóviles y viviendas, e incluso grandes edificios.


    El plástico tiene muchos atractivos. Una red óptica puede llevar tráfico electrónico desde aparatos de CD, teléfonos celulares, sistemas de navegación y cualquier otro dispositivo electrónico que invente la industria.


    Los datos viajan por corrientes de impulsos luminosos a través de un circuito de fibras. Además, se necesitan menos cables porque se pueden enchufar docenas de dispositivos diferentes a este circuito de fibra plástica, que envía datos simultáneamente. Por otro lado, como el plástico no sufre ni produce interferencia eléctrica, la fibra óptica de polímero es ideal para entornos con ruidos electrónicos, como las aeronaves y los robots industriales.


    Mejor aún, las fibras plásticas son anchas. La parte de la fibra plástica que transporta luz, o sea la parte central, suele tener entre una décima de milímetro y un milímetro de diámetro. Las fibras de vidrio tienen apenas 10 micrómetros. Entonces, es más fácil unir los extremos de dos fibras anchas, así como resulta más simple poner una llave en una cerradura que enhebrar una aguja.


    Además, las fibras y enchufes más anchos y flexibles sufren un menor impacto con las vibraciones, un factor a tener en cuenta especialmente en el caso de automóviles y aviones.


    A mediados del año pasado Asahi Glass comenzó a comercializar la fibra óptica de polímero en Japón bajo la marca Cytop. Puso a prueba redes de áreas locales en la Keoi University. Otras pruebas también incluyeron a una compañía de productos electrónicos, un ente estatal, una empresa de seguridad y las oficinas de un integrador de red.


    La firma japonesa indica que el costo para instalar las fibras ópticas de polímero es comparable con el de cobre y estima que el plástico tal vez genere un ahorro de costo de 70 a 80%, en comparación con el vidrio.


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