Fanaticard
La tarjeta del clásico
Si 60% de los argentinos son hinchas de River o de Boca, cualquier negocio relacionado con estas dos marcas se inicia con una buena cantidad de potenciales clientes. Así por lo menos lo entendieron en FM Sport Business, un fondo de inversiones con la mira puesta en el deporte, que sacó al mercado Fanaticard, una tarjeta destinada a que los simpatizantes de ambos clubes realicen compras y acumulen puntos para obtener descuentos.
“En realidad, ésta es una nueva herramienta de marketing para las empresas, que se diferencia de las demás porque tiene una apelación sentimental”, explica Guillermo Sydor, gerente general de Fanaticard; “creemos que no hay nada que fidelice tanto como la pasión que uno siente por su club.”
Uno de los principales objetivos de este emprendimiento es brindar a las empresas que se adhieran al programa la posibilidad de conocer mejor los gustos de sus clientes a través de un banco de datos. Según Sydor, esta información apunta al marketing de relación “para que los negocios puedan ir a buscar a sus clientes y no sentarse a esperar que vuelvan”.
Con una inversión inicial de $ 500.000, más el auspicio de la señal de cable PSN y algunos acuerdos ya concretados con firmas como Dexter Shops, Sacoa, y Pen Shop, Fanaticard prepara un gran lanzamiento para el primer trimestre de 2001. Según sus cálculos, en esta primera etapa llegarían a 500.000 socios. Con una inyección de $ 2,5 millones destinada a comunicación, confían en triplicar esa cifra en el corto plazo.
El mecanismo de acumulación de puntos deriva de un porcentaje de las compras. Si el cliente lleva mercadería por $ 100 y el porcentaje es de 10%, recibirá un cheque por $ 10 para realizar una compra en cualquiera de los comercios que integren la FanatiRed.
Para Sydor, el gran diferencial del programa “es el catálogo de los beneficios intangibles, que van a ser premios como camisetas autografiadas, acceso a los entrenamientos y hasta cenas con los jugadores”.
También se lanzará Fanaticard Oro, que no será gratuita como la estándar (se cobrará una cuota mensual de $ 7), y brindará beneficios extras como entradas para la cancha, cines, teatros, y un servicio VIP de ingreso a los estadios.
Festival de Londres
La Argentina voló bajo
La noche del 13 de noviembre, en el Salón de los Nueve Reyes del Royal Lancaster Hotel, 500 miembros de la comunidad publicitaria internacional se dieron cita para subir al escenario a recoger alguna de las 134 estatuillas aladas del que se considera el último certamen del grand slam de la actividad.
Como suele ocurrir dado que los ingleses retacean su presencia pues consideran a Cannes su verdadero festival propio los estadounidenses se alzaron con el grueso de los premios (un tercio del total). Entre ellos, el Grand Prize de Websites, que fue para el multilaureado www.turbonium.com de Arnold Communicatios para Volkswagen; el Grand Prize de Packaging, con el diseño de los Arizona RxHerbal Teas; el Grand Prize de Radio, con la campaña de DDB Chicago para BudLight, y el codiciado Grand Prize de Televisión que recayó en la también multipremiada campaña de la misma agencia para Budweiser. Los británicos se quedaron con el Grand Prize de Gráfica, con una pieza de Leo Burnett/Londres para el atún en lata John West.
Los argentinos debieron conformarse esta vez con sólo dos estatuillas: una en Gráfica, que obtuvo Grey para Hawaiian Tropic, y una en televisión en la categoría bajo presupuesto con una campaña de Ogilvy & Mather para la impresora Type & Magic.
Advertium.com
Vidriera de medios
Patricio Campiani era un ex Citibank que vivía en Estados Unidos comercializando carne argentina y, en sus ratos de ocio, se interesaba por los temas publicitarios. Así descubrió AdOutlet, un site que había desarrollado una tecnología sumamente sofisticada para el negocio de compra y venta de espacios en los medios vía Web, y rápidamente vio la posibilidad de traerlo a la Argentina. “Hay dos tendencias predominantes, la segmentación cada vez mayor y los deadlines cada vez más cortos, que hacen que un instrumento como éste sea de enorme utilidad”, dice Campiani, hoy CEO del emprendimiento.
Lo cierto es que con una inversión inicial de US$ 2 millones aportados por los fondos SLI (Liberman), HMTF y el mismo AdOutlet (que proveyó la tecnología), en menos de 100 días www.advertium.com ya ha firmado 130 contratos con medios locales. “En este momento, las revistas llevan la delantera con 45%”, dice Miguel Angel Reca, gerente general de la firma; “22% corresponde a Websites y el resto se reparte entre los demás. Pero creo que en breve las señales de cable van a avanzar en forma significativa”.
Según afirman los directivos, sus clientes son los medios, por un lado, y por el otro las agencias de publicidad, las centrales de compra, y los mismos anunciantes. “No somos bolseros Web”, advierte Campiani. “No compramos nada; ofrecemos un servicio que le permite al medio mostrar su inventario disponible, y a los eventuales compradores, acceder a una oferta variada y con combinaciones novedosas. Nuestros ingresos vienen por ahora de los transaction fees“.
Para el segundo trimestre de 2001 se convertirán en proveedores de aplicaciones, y ofrecerán esta tecnología a aquellos medios que quieran tenerla en casa.
“Entre la Argentina, Brasil y México (los tres países en los que operan) ya tenemos más de US$ 150 millones en inventario subido a nuestra plataforma”, concluye Campiani.
De los bits al papel
¿Volver a las fuentes?
Es un hecho que la publicidad se sigue mostrando renuente a montarse en la Web, que apenas cosecha 1% del presupuesto mundial de la actividad. De ahí la crisis que envuelve a los sites que apostaron a los anuncios como su principal fuente de ingresos.
Pero hay otros datos llamativos: desde su asociación con Time-Warner, lo que más ha vendido America OnLine en Estados Unidos son suscripciones a las publicaciones de la editorial.
Como el encanto del papel parece seguir seduciendo a anunciantes y lectores, el portal www. latinarte.com (un sitio regional dedicado al arte latinoamericano) acaba de lanzar la revista LatinArte Magazine, apuntando a un público que, según reconoce su gerente general local, Diego Botana, abarca desde coleccionistas, galeristas y artistas hasta empresarios, viajeros frecuentes y amateurs.
Con una tirada de 25.000 ejemplares y frecuencia bimestral, la revista se distribuirá por suscripción en toda la región y, en forma gratuita, en galerías, museos, eventos artísticos y en las clases ejecutiva y primera de distintas líneas aéreas.