En el mundo del software hay dos modelos básicos de negocios. Uno está basado en los programas cerrados, escritos en el código binario dominado por unos y ceros que, aunque pueden ser perfectamente leídos por los chips de las computadoras, resultan ininteligibles para los programadores que intenten introducir modificaciones, a menos que paguen por ello. Empresas como Microsoft llevan el estandarte de este modelo cuya fuente de ingresos se sustenta en la venta de licencias.
En la vereda de enfrente están los programas que muestran su código fuente y que pueden ser fácilmente leídos por los programadores, lo que les permite saber con exactitud qué fue lo que hizo el desarrollador con el alma del programa, para repararla o adaptarla a necesidades personalizadas, perfeccionar sus algoritmos y crear nuevas aplicaciones.
El exponente típico de este modelo es el programa Linux, creado en 1991 por un estudiante finlandés de 21 años. En la actualidad, suma algo más de 15 millones de usuarios en todo el mundo, según las estimaciones más conservadoras de las consultoras especializadas.
Legión de voluntarios
La cuestión es que, gracias a las fuentes abiertas, como los programadores llaman a esta virtud de mostrar las intimidades del software, Linux pudo crecer de sus iniciales 10.000 líneas de código a más de 1,5 millón en la actualidad. Y esto se debe a que una multitud de personas pueden sentarse a trabajar sobre el programa sin pagar ninguna licencia y mejorar sus prestaciones para lanzar nuevas versiones.
Se estima que no menos de 15.000 programadores comparten en todo el mundo páginas Web con grupos de noticias sobre las mejoras de códigos y pruebas de nuevas versiones de Linux. Se trata, obviamente, de una legión de voluntarios de dimensiones imponentes.
Hasta no hace mucho, las versiones de Linux no tenían firmas que brindaran capacitación y soporte a los clientes, de modo que este programa gratuito no lograba generar la confianza necesaria para correr aplicaciones de misión crítica en las empresas. Sin embargo, firmas de software y grandes procesadores, como Unisys y SGI, comenzaron a darle crédito, hasta el punto que en el último año el mercado de servidores para Linux creció 160%.
También apareció una multitud de firmas más pequeñas dedicadas a darle a Linux lo que le faltaba: cursos de capacitación, producción editorial de manuales y soporte técnico, todos ellos pagos, con sus respectivas versiones de Linux, adaptadas para cada mercado, también pagas, pero no tan caras como el software comercial tradicional.
Un mercado prometedor
Aunque en la Argentina no se dispone de datos precisos sobre la penetración de Linux en el mercado, algunos hechos dan cuenta de su avance. En la última edición de Comdex, una de las más importantes exposiciones de informática que se realiza en Buenos Aires, el pabellón destinado a Linux contó con un espacio generoso y los expositores se mostraron entusiasmados con la recepción del público.
Javier Taboada, gerente de Marketing de LinuxCenter, un centro de servicios que brinda capacitación a particulares y empresas, además de soporte técnico y consultoría, afirma que “llevamos capacitadas a más de 500 personas y también dimos cursos a medida para empresas importantes”.
Algo similar plantea Fernando Skrobacki, gerente general de Turbolinux Argentina, una empresa estadounidense que se cuenta entre las principales distribuidoras de Linux en el mundo, con oficinas en China, Japón, Australia, Alemania, Inglaterra, Taiwán y Eslovenia. La firma se concentra en el mercado empresario con productos para servidores. “Linux penetra fuertemente en la Argentina en todos los niveles, los usuarios finales lo prueban y las empresas lo adoptan por distintos motivos, como configurar su servidor de Web”, señala Skrobacki. “Las organizaciones que usan este sistema van desde las pequeñas empresas hasta las grandes, pasando por proveedores de servicios de Internet, gobierno y universidades”.
Para Daniel Tovillas, presidente de San Sistemas, una empresa argentina asociada a Borland, proveedor mundial de herramientas de infraestructura para acceso a Internet, con sede en California y ventas globales por US$ 174 millones durante el año pasado, el mercado Linux se concentra en los usuarios finales pero poco a poco gana presencia en las empresas. “Nuestra participación en el mundo Linux no pasa por la venta del sistema operativo, sino por su complementación con lenguajes como Delphi y Java, además de bases de datos, lo que les permite a las grandes organizaciones tener todo su entorno de trabajo en este sistema”, explica.
La complementación de Linux también se sustenta en el desarrollo de programas de fuentes abiertas de grandes proveedores de equipos y software, como Sun Microsystems que tiene una interesante experiencia con su producto Solaris, para servidores, y el paquete de aplicaciones Star Office, que en la Argentina distribuyó ya más de 200.000 copias, según las estimaciones de Adrián Cambareri, gerente de Producto de Sun.
Norberto Sarrelangue, quien en el momento de realizar esta nota, estaba a cargo del área de marketing de Conectiva Linux (una empresa brasileña fundada en 1995 que recientemente desembarcó en el mercado argentino), plantea que, en un país donde la piratería informática cubre 80% del mercado, y en el que todas las empresas buscan bajar costos, Linux tiene oportunidades de crecimiento superiores al promedio mundial.
Conectiva, la primera distribuidora brasileña con una versión propia de Linux, espera expandirse más allá de las oficinas que actualmente tiene en Río de Janeiro, Brasilia, San Pablo, México, Buenos Aires, Miami y Madrid, y planea salir a la bolsa antes de que termine el año.
David y Goliat
Aunque pocos creen que un imperio como el de Microsoft pueda ser seriamente
amenazado por el crecimiento de Linux, algunos analistas invocan las palabras
de Linus Torvals para definir el horizonte de este sistema operativo: “En el
futuro de Linux tenemos dos escenarios posibles. El primero, de aquí
a cinco años, en el que Linux dominará las aplicaciones científicas
y se convertirá en el sistema operativo preferido para servidores Web.
El segundo escenario es aún más alentador: Microsoft y otros programadores
admitirán el ascenso de Linux en el mercado y, consecuentemente, comenzarán
a escribir programas para él. Luego, la completa ventaja en el precio
y el desempeño de Linux cambiarán el modelo de negocios de las
desktops“.
“¿Compañeros de ruta o solución definitiva?“. MERCADO E-commerce, mayo de 2000. “La división de Microsoft crearía nuevas oportunidades para Linux”. The Wall Street Journal, 9 de junio de 2000. http://www.interactivo.wsj.com/articles/ SB960584723670087665-technology.html “Windows NT and Linux Show Greatest Potential Among Major Server Platforms in Latin America”. Home page de IDC. Mayo de 2000. http://www.idcresearch.com/LA/press/PR/ LASW050200PR.stm “Microsoft Will Continue to Dominate the Client Operating Environment”. Home page de IDC. 17 de julio de 2000. http://www.idc.com:8080/software/press/PR/ SW071700PR.stm “¿What is Linux? How do I install Linux? Where do I get Help?” Home page de Linux. http://www.linux.com/firststep/#whatislinux “Linux en un paquete”. Clarín, Suplemento de Informática, 21 de junio de 2000. http://www.clarin.com.ar/suplementos/ informatica/2000-06-21/t-01201i.htm |
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