La PC crece y se multiplica

    Durante 1999 varias noticias conmovieron al mercado argentino de computadoras personales. Una de ellas salió de la boca del ex presidente Carlos Menem, quien a mediados de año lanzó la idea de aplicar a las ventas de PCs un sistema parecido al plan canje de la industria automotriz. La iniciativa no fue bien recibida por muchos analistas, que argumentaron que, mientras el canje de automotores sirve de estímulo a la industria local, el de las computadoras sólo aumentaría las importaciones de equipos.


    Otra noticia relevante fue el desembarco de Dell en Brasil, país elegido como cabecera de playa para sus operaciones en Latinoamérica.


    Las alianzas de proveedores de servicios de Internet (ISP) con las filiales locales de fabricantes de computadoras fueron, por su parte, un factor importante en el aumento de las ventas, que pasaron de algo más de 420.000 unidades en 1998 a 700.000 en 1999, según las cifras de la consultora IDC.


    El acuerdo que inauguró el nuevo estilo de financiamiento fue el de Advance (la firma de acceso a Internet de Telefónica) y Compaq, que durante el año pasado lideró el mercado de PCs. Y Compaq no se conformó con este enlace: también se unió a Ciudad Internet, el ISP del Grupo Clarín.


    Por su parte, Advance también armó una alianza con IBM y la Big Blue avanza en el diseño de acuerdos con otros ISP.


    Tomás Franke, director de Consumer Business Group de Compaq, asegura que la idea de asociarse con proveedores de Internet surgió de la necesidad de aunar marca y servicio. “Este concepto vende porque los ISP se hacen cargo de la financiación. El problema que hoy enfrenta el público para comprar una PC es la tarjeta de crédito, que cobra una tasa de 30% a 50% anual. Una compañía como Advance, por ejemplo, sale con una tasa agresiva de financiamiento y lleva todas las de ganar”.


    Carola Cazenave, gerente de Marketing de Personal Systems Group de IBM explica que este sistema “apunta más al mercado hogareño, aunque tendrá también impacto en profesionales y pequeñas empresas. Nosotros trabajamos con Advance, pero también estamos con Sinectis, Ciudad Internet, Telecom Soluciones, para dar una solución integral al cliente”.


    Buenas noticias


    Así las cosas, el mercado argentino de PCs parece haber sorteado con éxito las desventuras recesivas que padeció la economía local en 1999.


    La buena noticia provino del segmento de empresas, que renovó buena parte de su equipamiento con máquinas preparadas para sortear el Y2K. Un buen negocio, sobre todo para las marcas conocidas, ya que este segmento, en general, no compra clones.


    Augusto Geventter, gerente de Planeamiento de Acer, no coincide con la visión de sus competidores. Durante el año pasado, Acer perdió espacio en el mercado argentino “debido a que reenfocamos la organización, apostando a los nuevos escenarios del futuro próximo, en los que la PC se transforma cada vez más en un commodity, con lo cual llegaremos a tener dispositivos de propósitos específicos que serán adquiridos en tiendas de retail, al igual que los equipos de electrónica y audio”.


    Las marcas también comenzaron a abrirse paso en el segmento hogareño. Alejandro Oliveros, director de Trends Consulting/ IDC Argentina, explica que, históricamente, el mercado argentino de PCs ha estado dominado por los clones, que se llevan 70% de la torta. “Sin embargo, durante 1999 se registraron cambios importantes, sobre todo en los canales de comercialización. Los clones desaparecieron del retail, acaso porque muchos gerentes de hipermercados se mostraron disconformes con los productos que les vendían algunos ensambladores argentinos que no siempre cumplían con lo que prometían”.


    Por otra parte, los precios de las marcas comenzaron a bajar fuertemente y en la actualidad se encuentran entre 10% y 20% por encima de los que ofrecen los proveedores de equipos sin nombre propio.


    ¿Abajo las barreras?


    Esto sirve, además, como refuerzo para el argumento que esgrimen las empresas líderes del sector: los consumidores buscan, más que una caja, una solución completa, que incluya un buen servicio de posventa, con asesoramiento personalizado y garantías.


    IBM, por ejemplo, invirtió US$ 2 millones en un call center atendido por especialistas en computadoras. “La mayoría de los llamados corresponde a personas que quieren saber cómo funciona Windows o cómo conectarse a Internet. Los clientes valoran estos servicios y empiezan a comprar marca”, explica Cazenave.


    Según Franke, los precios de las marcas llegaron a niveles razonables para usuarios del segmento socioeconómico C, e incluso D. “Estamos vendiéndole al segmento D1, integrado por personas que no compran clones. Son consumidores más marquistas que los del nivel C, porque necesitan contar con un respaldo si tienen un problema, ya que la inversión es muy alta con respecto a sus ingresos”. Aunque admite que en esta franja no hay un conocimiento acabado acerca de qué es Internet, Franke sostiene que “oyeron hablar del tema y sienten que sus hijos se tienen que meter en eso, porque lo ven como un habilitador para que el día de mañana tengan trabajo”.


    Oliveros, de la consultora IDC, ve las cosas desde una perspectiva diferente: “En la Ciudad de Buenos Aires y GBA sólo 25% de las familias cuenta con un equipo, y nuestra estimación es que, para todo el país, la penetración de computadoras personales llega apenas a 17%. Lo que se observa en los hogares de mayor poder adquisitivo es más experiencia en el mundo de la PC y mayor penetración de Internet. Pero es difícil imaginar que, en la Argentina, el sector D gastará US$ 800 o 900 en comprar un equipo”.


    Lo cierto es que, más allá de las barreras socioeconómicas y de los servicios posventa, a las marcas les sigue resultando difícil quebrar el liderazgo de los clones, que durante 1999 mantuvieron su participación histórica. “A medida que la PC fue bajando de precio se suponía que le sacaba mercado al clon. Sin embargo, los precios bajaron y los porcentajes se mantienen. Creo que es una cuestión de precios y de percepción y nosotros queremos crecer en el mercado total y no el de marcas exclusivamente”, dice Cazenave, de IBM.


    Escalada sin fin


    Otra tendencia parece amenazar el desarrollo del mercado de computadoras de marca. “Esta propensión de los fabricantes de hardware a lanzar nuevos procesadores, y de los desarrolladores de software a presentar nuevas versiones, se ha vuelto un tanto irreal”, opina Oliveros.


    El consultor sostiene que los usuarios perciben que el salto de un procesador a otro no agrega funcionalidades significativas a los equipos, ni tampoco las nuevas versiones de programas. “Los procesadores de texto tienen hoy no menos de 1.500 funciones y los próximos modelos ofrecerán más de 2.000, aunque la gente sólo use los mismos 100 de siempre”, argumenta Oliveros.


    Algo parecido plantea Enrique Carrier, director de la consultora Prince & Cooke. “En mercados maduros, como Estados Unidos, los usuarios dejan de preocuparse por la incesante renovación de los equipos y se concentran en invertir su dinero en mejor conectividad y soluciones de memoria, por ejemplo”.


    “En un mercado donde la mayoría de los fabricantes de computadoras tiene acuerdos cerrados con Microsoft para la venta de nuevas versiones, será difícil revertir la tendencia”, advierte Oliveros, quien señala, además, que el desarrollo de un mercado de computadoras usadas es una asignatura pendiente en la Argentina. “Para lograrlo, hay que tener en cuenta que la gente no sólo compra computadoras, sino programas. Al precio de la máquina, que viene con el sistema operativo y una enciclopedia más algunos juegos, hay que sumarle que el consumidor debe gastar otros US$ 300 para adquirir un procesador de texto y una planilla de cálculo”.

    Para desarrollar el mercado de máquinas usadas, dice Oliveros, es necesario
    romper con la estructura de los sistemas operativos. “Una vieja computadora
    486, con un sistema operativo Linux, ofrece las mismas prestaciones que una
    Pentium con Windows ´98, y cuesta sólo la mitad”, argumenta.

    El nuevo jugador

    Dell Computer
    inició su desembarco en América latina pocos meses atrás,
    cuando el CEO y fundador de la empresa, Michael Dell, inauguró
    la primera planta de la firma en Brasil. Su compañía, declaró,
    “se convertirá en líder de ventas de computadoras en la
    región en los próximos cinco años”.

    La inversión
    que demandó la planta sumó US$ 67,3 millones. En la etapa
    inicial, Dell fabricará allí sus modelos de escritorio OptiPlex
    y Dimension (para empresas y usuarios individuales, respectivamente),
    antes de pasar a su gama completa de productos.

    Con su
    modelo de venta directa a través de Internet, Dell puso en pie
    de guerra a Compaq. “Ya estamos preparados y no nos asusta la llegada
    de Dell”, asegura Tomás Franke, director de Consumer Business Goup
    de Compaq. “Nuestro modelo de negocios está pasando de los canales
    a la venta directa y tenemos una página Web a través de
    la cual atendemos a buena parte de nuestras empresas clientes”.

    Ventas
    de PCs en la Argentina
    Año Unidades
    1997 370.000
    1998 420.000
    1999
    (*)
    700.000
    (*)
    Estimado: Fuente IDC

    El mito del equipo
    gratis

    Hasta hace
    poco se podía fácilmente gastar US$ 2.500 o más en
    una PC. Todavía se puede (aunque sería una locura). Ahora,
    lo más común es pagar US$ 1.500. ¿Y con un presupuesto
    ajustado? ¿Qué tal US$ 1.000? Ningún problema. ¿Y
    US$ 500¿ Por qué no. ¿Gratis? Tal vez.

    Este es
    el nuevo y extravagante mundo de las PC, donde cualquiera puede elegir
    el precio que desea pagar.

    Pero hay
    que descartar el mito de la computadora gratis. Cuando las empresas ofrecen
    una PC de regalo en realidad están diciendo que el cliente recibirá
    un reembolso ­generalmente de US$ 400­ una vez que decida suscribirse,
    durante tres años o más, al servicio de Internet que la
    empresa recomendó, pagando cuotas mensuales que por lo general
    rondan los US$ 20.

    Cuando
    el cliente suma todo, pronto descubre que el precio llega a unos US$ 720,
    lo cual sigue siendo un muy buen negocio si necesita el servicio de Internet.
    Sin embargo, no hay que olvidarse de que las tarifas de Internet están
    cayendo. Mediante NetZero, Compaq incluso ofrece un servicio de Internet
    gratis. Por otra parte, a medida que los servicios de cable módem
    y DSL de alta velocidad están llegando a las distintas comunidades,
    no es aconsejable atarse a un contrato de tres años por un servicio
    de conexión telefónica a Internet mucho más lento.
    De modo que la PC de regalo puede resultar más cara que un equipo
    de US$ 500.

    Ahora bien,
    sigue siendo un buen negocio si el consumidor está interesado en
    el servicio de Internet que se ofrece.

    ©
    MERCADO/ Forbes ASAP
    (edición del 29 de noviembre de 1999)

    Notebooks
    Potencia
    y diseño

    Cuando alguien
    piensa en comprar una notebook no sólo tiene en cuenta el RAM,
    los MB y el poder de procesamiento de datos, sino también el estilo
    y la comodidad. Puede cargar con el sofisticado último modelo Dell
    Inspiron (que pesa más de cuatro kilos pero que ofrece potencia,
    pantalla grande y demás accesorios) o bien puede optar por la Compaq
    Presario 305, con menor potencia pero más liviana y delgada (1.300
    gramos). Claro que también puede desplegar una notebook Sony VAIO,
    colorida y elegante, para impresionar a todos en una reunión, o
    ver un largometraje en el DVD de la IBM ThinkPad durante un vuelo o, en
    tierra, disponer de una conexión inalámbrica con Internet
    mediante un módem Apple opcional de la nueva iBook.

    Hay que
    asegurarse de que cualquier notebook para Windows tenga una conexión
    USB (Universal Serial Bus) interna para escáner, cámara
    digital, cinta, sistema de backup e incluso impresoras y mouses.

    Ahora que
    Apple lanzó una nueva notebook, todavía prevalece la eterna
    cuestión de Mac versus Windows. Por supuesto, todo es más
    sencillo si uno continúa usando lo mismo que hasta ahora. Si bien
    se pueden intercambiar archivos de datos entre Windows y Mac, no siempre
    es un proceso perfecto.

    ©
    MERCADO/ Forbes ASAP
    (edición del 29 de noviembre de 1999)

    Una mirada al futuro

    ¿Qué
    depara el futuro de las computadoras y las notebooks? Siempre hay una
    máquina mejor próxima a ser lanzada al mercado. Todos los
    años, Intel destruye su más reciente lanzamiento al introducir
    microprocesadores aún más rápidos.

    Y después
    del éxito que tuvo Apple con la iMac, los diseñadores de
    computadoras finalmente captan el mensaje: la apariencia importa. Se espera
    que aparezca un variado arco iris de diseños de computadoras curvilíneas
    en los próximos años, lo cual pondrá en desventaja
    a las máquinas tradicionales. La oficina se asemejará bastante
    a un colorido estudio de grabación.

    Ahora que
    los usuarios dedican más horas a navegar por Internet, la potencia
    del procesador importará menos que la velocidad de conexión.
    Gracias a los cables módem y al acceso DSL de alta velocidad, el
    servicio online está cambiando de manera significativa.

    Durante
    el 2000, habrá un auge de las redes hogareñas. Aunque no
    son una novedad para los fanáticos de la tecnología, ahora
    todos podrán armar una red en su casa: son fáciles de instalar
    y los componentes son más económicos.

    La red
    permite compartir la mejor impresora, intercambiar archivos con total
    facilidad y compartir una conexión a Internet de alta velocidad.

    Algunos
    sistemas permiten utilizar el cable común de teléfono; otras,
    los cables eléctricos de la casa.

    Tradicionalmente,
    las notebooks han estado un paso atrás de las computadoras personales
    con respecto a la potencia del procesador. Hoy en día, la brecha
    se acorta a pasos agigantados. Sin embargo, habrá que invertir
    mucho más (unos cuantos miles de dólares) para conseguir
    una notebook que equivalga a una computadora de primera línea.

    ©
    MERCADO/ Forbes ASAP
    (edición del 29 de noviembre de 1999)