Ogilvy One y Ogilvy Interactive son dos peso pesado en sus respectivos terrenos, el marketing one to one y el interactivo, e integran la constelación de organizaciones que, alrededor de la agencia de publicidad que fundara el ya legendario David Ogilvy, ofrecen un menú de soluciones integrales de comunicaciones y negocios.
Vicepresidente de One y asociado a Interactive, Jean Paul Courant exhibe antecedentes que él mismo califica de extraños. Viene, realmente, de la otra orilla: nació y desarrolló su carrera en Francia; trabajó durante 20 años en Unilever y luego pasó otros cuatro en el Túnel del Canal que une Inglaterra y Francia literalmente sumergido en el área de servicio a pasajeros.
“En realidad, he aprendido el marketing de relaciones principalmente en el sector del transporte, pues allí están los programas de millaje, los programas de lealtad”, explica, “pero, naturalmente, yo conocía bien a los consumidores por mis 20 años en Unilever. De hecho, ahora estoy uniendo las dos cosas: poniendo el marketing de relaciones en sintonía con los productos de consumo. Por razones metodológicas, esto es algo muy distinto de lo que se puede hacer en los bancos o en las compañías de Internet. Por eso estamos aquí hoy, porque las compañías con las que estamos hablando recién ahora han comenzado a considerar el uso del marketing de relaciones y nosotros tenemos que explicarles cómo hacerlo y mostrarles los resultados”.
Cuando se le plantea que el marketing one to one se vincula generalmente con el sector business to business, Courant manifiesta su total desacuerdo. “Se puede hacer marketing de relaciones con consumidores finales. Todo tiene que ver con el valor; en el caso del producto, es muy fácil de entender, si se obtiene un margen muy grande se justifica el contacto individual. Resulta claro por qué el marketing directo funciona para un automóvil Jaguar. Pero lo interesante es cómo funciona para un producto como Coca-Cola. Un Jaguar es caro, una gaseosa no; entonces, ¿cómo se hace para que valga la pena? La respuesta es simple y es lo que llamamos marketing diferencial, es decir distinguir entre los consumidores de alto valor y los que no representan valor alguno para la compañía. Por ejemplo, 8% de los hogares de Estados Unidos genera 78% de las ventas de agua embotellada; son consumidores regulares y toman muchos vasos de agua a la semana. A los empresarios del sector les gustaría saber quiénes son y comunicarse con ellos, y eso hoy es posible. Por eso el marketing diferencial apunta al consumidor de alto valor y ésta es la segmentación más importante”.
En el ciberespacio
Para Courant, la actividad de Ogilvy One se enlaza de modo casi natural con la de Ogilvy Interactive. “Internet es un nuevo medio de comunicación, y nuestra presencia allí se debe a nuestro trabajo en marketing de relaciones”, afirma. “Lo que queremos hacer es customer relationship marketing en la Red, gestionar la relación con el cliente. Resulta sorprendente ver la cantidad de sitios que no tienen una encuesta, que ni siquiera intentan conseguir la dirección de e-mail de los que entran, con lo que están perdiendo muchísimo dinero. En cambio, si comienzan una relación con la gente a través de la Web tienen a su disposición los medios más fantásticos para comunicarse con ella”.
Ogilvy Interactive cuenta ya con un staff de 600 personas y apunta a la expansión. “Estamos invirtiendo aquí, en la Argentina, y en casi todos los países porque queremos seguir siendo los primeros”, anticipa Courant.
“Internet es un medio de comunicación y un canal de ventas. Si se quiere ganar dinero en la Web, hay que vender, pues ahí están los beneficios y el retorno de la inversión. Por supuesto, el sector b-to-b es clave, pero también el business to consumer, y pronto vamos a ver que compañías como Unilever o Procter & Gamble encontrarán nichos donde vender determinados productos que constituirán una nueva fuente de ingresos para ellas”, pronostica.
Ogilvy construye sitios de e-commerce, de información y publicidad. En este último rubro, sus trabajos para IBM e-business arrasaron con los premios mayores en los principales festivales internacionales. “También actuamos como consultores”, aclara Courant, “ya que muchas empresas están empezando a pensar que deberían encarar su presencia en la Web de otra manera. El presidente de IBM dijo que los sitios o los visitan todos o no los visita nadie, y en cualquiera de los dos casos es una catástrofe. Lo que nosotros planteamos es: usen Internet, pero para llegar a los consumidores que representan un valor actual o potencial, y construyan una relación con ellos. Por esta razón Ogilvy Interactive está conectado con Ogilvy One: porque tenemos una red mundial y somos número uno o dos en todos los países con Ogilvy One, pero sin Interactive dentro de dos años estaríamos perdidos; nuestros clientes necesitan una agencia que pueda hacer publicidad y marketing de relaciones a través de cualquier medio”.
Cerca de la revolución
La todavía escasa presencia en la Web de los peso pesado de la actividad se explica, según Leopoldo Rissotto, gerente general de Ogilvy One en la Argentina, “porque, hoy por hoy, el negocio de Internet no es rentable; Ogilvy está haciendo una inversión muy grande debido a que ve que es el futuro, pero hasta ahora la operación no da ganancias”.
En cuanto a esa suerte de círculo vicioso en que parecen estar atrapadas muchas agencias esperando que los anunciantes se vuelquen a la Red, mientras éstos estarían aguardando propuestas atractivas, Rissotto es muy claro: “Si yo espero que mis clientes vengan y me pidan, se reproduce la historia del huevo y la gallina, porque el anunciante me va a preguntar si tengo armado un proyecto. Si yo le contesto todavía no, pero si me lo pedís lo armo, al final quedamos en la nada, que es lo que está pasando en la Argentina”.
El directivo es consciente de que otra desventaja local es que la Internet no está aún desarrollada como una herramienta, pero vaticina “Va a explotar cuando llegue el momento del libre acceso. Los precios de conexión ya están bajando aceleradamente, y mucho antes de lo que se imagina va a ser gratuita. De ahí en más, el futuro no tiene límites. Creo que sus efectos van a ser tan trascendentes como lo fueron los de la revolución industrial”.
Según Courant: “Hay dos cosas seguras; que Internet va a seguir creciendo, y que quienes logren establecer, desde el principio, una relación con los consumidores a través de ella saldrán ganando”.