Breves

    Empresse Propiedades

    La autocrítica inmobiliaria


    Poco antes de fin de año, la firma inmobiliaria Empresse Propiedades envió a varias redacciones una carpeta de prensa cuyo contenido, decididamente a contramano del consenso, llamó la atención. El comunicado en cuestión decía, lisa y llanamente, que es “falso” que “en un mercado recesivo es muy difícil vender”.


    Claudio Bolotinsky, director comercial de la compañía, sostiene que “en escenarios recesivos hay oportunidad de hacer mejor las cosas” y afirma que los últimos tres nuevos edificios comercializados por Empresse son un buen ejemplo de ello.


    Se refiere a tres obras bien diferentes en sus características de espacio, confort, precio y, naturalmente, público. Una de ellos comenzó a comercializarse en junio del año pasado y las otros dos, en septiembre. De la más económica y de la intermedia, estaba vendido 90% de las unidades a fin de año, en tanto de la más cara se había colocado más de 60%.


    ¿La receta? “Hacer bien las cosas simples”, responde Bolotinsky. Y agrega: “Hay una gran necesidad de profesionalización. Todavía estamos acostumbrados a que un emprendedor compra un terreno, realiza una licitación entre inmobiliarias y luego se pone a ofrecer viviendas que fueron concebidas según su idea, sin estudiar qué es lo que realmente quiere el público y, por lo tanto, sin saber si realmente hay público para eso”.


    “Antes ­prosigue­ eso no era un problema porque había exceso de demanda. Pero ahora es imprescindible hacer un análisis del producto y definir una estrategia de venta antes de cerrar la operación. ¿Sabe la cantidad de veces que, después de hablar con el constructor, decidimos no comprar un terreno por más que el precio fuera muy ventajoso?”


    Transporte Río de la Plata

    Convocatoria con misterio


    A principios de diciembre, Transporte Río de la Plata pidió a la Justicia su concurso preventivo de acreedores, debido a una deuda superior a US$ 38 millones, en su mayoría contraída con la DGI, aunque también con otros entes estatales.


    Sin embargo, una vez que la noticia tomó estado público, Aldo Vera, vicepresidente y accionista minoritario de la compañía, aseguró al diario La Nación que resultó “sorprendido” por la publicación, ya que jamás fue convocado a una reunión de directorio en la que se tratara semejante decisión.


    Río de la Plata es una de las más tradicionales compañías de transporte automotor de pasajeros de la Argentina. En corta distancia, cubre el servicio de la línea 129, que une la ciudad de Buenos Aires con las localidades suburbanas de Avellaneda, Gerli, Wilde, Sarandí y Quilmes, entre otras. En media distancia, une la capital federal con La Plata y otras localidades próximas a la capital bonaerense. Y en larga distancia, ofrece servicios desde Buenos Aires hasta varias ciudades de la costa atlántica.


    Tiene 700 empleados, un parque de más de 210 coches y factura alrededor de US$ 70.000 por día.


    Sus mayores accionistas son los miembros de las familias González y Domínguez. En el caso de esta última, su principal representante es Héctor Domínguez, presidente del club Gimnasia y Esgrima La Plata. El mismo grupo es propietario de otras dos empresas de autotransporte de pasajeros de larga distancia: Ablo, también en concurso preventivo, y La Costera Criolla.


    También trascendió que los mismos accionistas son propietarios de la empresa Turismo Río de la Plata, especializada en viajes de egresados a San Carlos de Bariloche y que no sufre dificultades económicas. Lo curioso es que el dato sobre la propiedad de esta firma fue confirmado por Vera pero desmentido por su gerente de Recursos Humanos y Legales, Sandro Cosentino, quien afirmó que 70% de las acciones pertenecen al fondo de inversión extranjero Darthill International y el restante 30% a inversores locales, que declinó identificar.


    Irsa

    Entre el fútbol y la Web


    El hecho de que el financista húngaro-estadounidense George Soros haya disminuido su participación accionaria no quitó entusiasmo a los managers de Irsa, que poco antes de que finalizara 1999 anunciaron su participación en dos negocios que poco tienen que ver con el sector inmobiliario y los shopping centers, hasta ahora sus actividades principales.


    Por un lado, a través de su controlado fondo Quantum Dolphin, se asoció en partes iguales al ex futbolista Claudio Marangoni ­propietario de una cadena de escuelas de fútbol­ para hacerse cargo, por 10 años, del management del fútbol profesional del Club Atlético Acassuso, una tan modesta como tradicional entidad del norte del Gran Buenos Aires, cuya asamblea de representantes aprobó el acuerdo.


    Fundado en 1922, Acassuso jugó en Primera B en los años ´30 y ´40, pero luego fue perdiendo poderío y desde hace décadas actúa en Primera D, la categoría menor de la Asociación del Fútbol Argentino.


    Inicialmente, Irsa y Marangoni aportarán US$ 250.000 para mejorar el estadio e incorporar nuevos jugadores, con el objetivo de llegar a las principales divisiones del fútbol de ascenso.


    Por otra parte, Irsa presentó Altoinvest.com, un sitio en Internet de economía y finanzas personales, en el cual se podrán comprar acciones on line y que, además, promete hacerse fuerte en materia de información. Irsa participa de Altoinvest a través de dos de sus controladas, Alto Palermo (61%) y Quantum Dolphin (15%).


    Altoinvest.com es, apenas, el punto de partida de una incursión mucho más ambiciosa de Irsa en el mundo on line. La apuesta mayor es Altocity. com, un shopping virtual que presentará en marzo y que alojará inicialmente a 140 comercios. Según trascendió, cada uno de éstos pagará a Altocity. com un canon mensual de US$ 1.500 más comisiones sobre las ventas.


    La inversión inicial de Irsa para sus negocios en Internet es de US$ 25 millones, aunque podría recuperarlos rápidamente, ya que estarían muy avanzadas las negociaciones para vender 50% de Altocity.com a Telinver, del grupo Telefónica, por US$ 24 millones.


    Faca

    Tribulaciones cooperativas


    La tradicional Federación Argentina de Cooperativas Agrarias (Faca) no pudo enfrentar una deuda de $ 38 millones y se presentó finalmente en convocatoria de acreedores. Más de dos décadas de problemas financieros apremiaron a la Federación, integrada, en su mayoría, por cooperativas cerealeras de Santa Fe y Córdoba que se dedican principalmente al acopio de granos y a la distribución de semillas, productos agroquímicos y abonos.


    Faca recibió en reiteradas ocasiones la ayuda de la banca oficial y durante este último tiempo trató de reducir su pasivo con la venta de parte de sus activos. Su último desprendimiento alcanzó a su sede porteña, ubicada en la avenida Juan B. Justo. Sin embargo, la situación financiera se agravó cada vez más.


    Al parecer, varias entidades adheridas pugnarían por pedir la quiebra para poder cobrar deudas atrasadas que la Federación mantiene con ellas por la compra anticipada de granos. Faca podría conseguir fondos frescos con la venta del terreno, a orillas del Paraná, en Rosario, donde funcionaba hace algunos años el puerto y centro de operaciones de sus exportaciones. Este sería uno de los bienes mejor valuados.


    La Federación inició sus actividades en 1947 como un brazo comercial de la Federación Agraria Argentina. Actualmente emplea a 60 personas y tiene el apoyo de 90 cooperativas.