“La nueva economía no es Amazon.com”

    -Más allá del rédito que puedan obtener los accionistas de las recientes fusiones y adquisiciones en el sector de las telecomunicaciones, ¿cuál es el beneficio para los consumidores?


    -Ese proceso es muy bueno para la gente, porque conviene compartir una base lo más amplia posible Tal como sucede con un idioma, es deseable que la mayor cantidad posible de personas participe de la misma red. Cuantos más individuos hablen una misma lengua, más fácil resulta hacer diccionarios, fijar reglas, publicar diarios.


    Lo ideal es tener dos o tres redes muy grandes ­para que haya competencia­ porque sabemos que su valor aumenta al cuadrado en relación con la cantidad de gente que las usa. Eso significa que una red de 100 personas vale más que dos de 50 usuarios cada una. Por eso son deseables las fusiones y las grandes organizaciones.


    -¿La convergencia del transporte de voz y datos en unas pocas empresas no puede llevar a un peligroso monopolio de la información?


    -En ese terreno las cosas cambian tan rápidamente que el mismo hecho de ser un monopolio le impide a una empresa acceder a la siguiente revolución tecnológica. Por eso los monopolios son temporales y cada vez duran menos. Microsoft lo detenta en este momento, pero dentro de cinco años no lo tendrá más. AT&T logró la supremacía de las comunicaciones de larga distancia en Estados Unidos, pero apareció la fibra óptica y ahora perderá esa posición dominante.


    -Sin embargo, en 1984 el gobierno estadounidense, obligó a AT&T a dividirse en las Baby Bells.


    -En realidad, el gobierno debió disolver ese monopolio porque había participado de su creación. Pero no es necesario dividir a los monopolios nacidos naturalmente, como Microsoft, porque de eso se van a encargar las fuerzas del mercado rápidamente. La evolución va a ser muy natural. Vamos a ver monopolios que surgen rápidamente y enseguida terminan por desintegrarse.


    -Una de las ideas en boga es que en un mundo global la competencia ya no será entre naciones. ¿Esto significa que los estados terminarán desapareciendo?


    -La globalización es inevitable, pero no la desaparición de los estados. Creo que van a bajar a otro nivel pero no dejarán de existir, porque son necesarios para alcanzar la globalidad. Si no los tenemos, nada funciona. No obstante, se volverán menos importantes. Serán como esos andamios que se utilizan durante una gran construcción y una vez finalizada se desarman. Es absolutamente necesario que en el mundo existan compañías multinacionales. Pero no sólo ellas serán muy importantes. También las organizaciones no gubernamentales ­como la Organización Mundial de la Salud, Greenpeace o la Cruz Roja­ tendrán más relevancia en este mundo global.


    -En algunos aspectos, la economía de redes no parece diferenciarse demasiado de otras etapas de la historia económica mundial. En las últimas crisis financieras los más perjudicados volvieron a ser los países emergentes. ¿Cómo se supera la brecha entre las naciones en un mundo globalizado?


    -La llegada de las computadoras y las redes ofrece muchas más posibilidades que la era industrial, porque hace que las ideas sean más importantes que los capitales. La ventaja ya no pasa por tener recursos materiales, sino ideas diferentes. En la era informática, las cosas intangibles se convierten en el elemento más importante para generar riqueza. Y los países pobres carecen de recursos, pero suelen contar con más ideas que los demás.


    -Sin embargo, se supone que el desarrollo de las ideas tiene que ver con la educación, que a su vez requiere recursos.


    -No hace falta tener educación para generar ideas. La educación es buena porque le da más poder a la gente, pero aquí hablamos de comunicación y diferencias. De hecho, una de las cosas que adquiere mucho valor es tener una idea diferente. Por eso, la diversidad cultural es tan importante, porque tener concepciones diferentes acerca de cómo hacer las cosas se vuelve fundamental y ésa es una ventaja que no requiere educación.


    -¿Las pequeñas y medianas empresas también podrán globalizarse?


    -En los próximos diez años surgirán las compañías más grandes jamás vistas. Pero también muchas empresas cambiarán de forma, en el sentido de que sólo habrá dos o tres personas en sus oficinas y tercerizarán la mayor parte de sus tareas. Va a ser muy difícil decir si son pequeñas o grandes. No será una cuestión de tamaño sino de forma.


    -¿En qué lugar del espectro político ubicaría la posición de Wired?


    -La verdad es que no tenemos una postura política determinada. De hecho, constantemente criticamos a republicanos y demócratas. En todo caso, la tendencia política de Wired se inclinaría más por un tercer partido, un punto de vista libertario que no es muy popular en Estados Unidos, sino más bien representativo de los trabajadores digitales. En otros lugares podría considerarse como una postura más cercana a la derecha, pero para los norteamericanos es bien de centro. El problema es que, como la mayoría de los países se encuentra a la izquierda del nuestro, cualquier cosa dicha aquí parece de derecha.


    -Se están comprando en millones de dólares empresas de la Web que, por ahora, sólo son promesas y trabajan a pérdida. ¿Está creciendo una gigantesca burbuja especulativa alrededor de Internet?


    -No hay duda de que hay cierta especulación. Pero en buena parte esas valuaciones son lógicas, porque esas firmas se están construyendo pensando en el futuro. Esto no quiere decir que todas ellas valgan lo que dicen. Sin embargo, esto es sólo el principio de un crecimiento explosivo. En la próxima década se multiplicará por diez el número de personas conectadas a la Red, y las compañías que inviertan ahora serán las más beneficiadas.


    -¿Cree que el comercio electrónico será realmente el mercado del futuro?


    -Sin duda. Hace cinco años, la gente me decía que nunca compraría bananas ni autos por Internet. Y hoy son algunos de los productos más vendidos a través de la Web. Sin embargo, la nueva economía no tiene que ver con comercio electrónico ni con sitios Web. No se trata de Amazon.com. Se refiere a que todas las industrias ­acero, autos y petróleo­ van a seguir sus nuevas reglas. Normas surgidas en el mundo de la informática, donde el valor de todas las cosas tiene que ver cada vez más con las ideas e información contenidas en ellas.


    Muy pronto toda la economía se va a comportar de esta manera. En este momento, 92% de los estadounidenses ya está cumpliendo tareas de la era informática, trabajos que pertenecen a la nueva economía. Pero nadie les ha dicho que las reglas han cambiado. No es algo del futuro o una idea que tiene la gente del sector informático. Esa industria ya es la más grande de Estados Unidos, la que emplea más gente. Está pasando ahora y no es una fantasía o una locura.


    -¿Qué les respondería a quienes critican a su revista Wired porque dicen que sólo habla de la supremacía del mundo digitalizado y no da espacios a otros puntos de vista?


    -Es verdad, Wired sólo publica opiniones optimistas sobre el futuro porque la mayoría de la prensa mundial se especializa en informar sobre las cosas malas. Todo aquello que los críticos quieren decir ya está disponible en la mayoría de los diarios y revistas. Ofrecemos un punto de vista diferente en forma deliberada. Queremos ver cómo será el mundo si pensamos en el futuro como un lugar cordial.


    -¿La polución de información en Internet no puede llegar a destruirla?


    -Ya hay 400 millones de páginas en la Web. Es un problema muy grande tener tantas opciones y no contar con suficiente tiempo para evaluarlas. Hay más ideas que gente para hacerlas realidad. Es fácil encontrar fondos para crear una compañía pero es muy difícil encontrar a alguien calificado para manejarla. Básicamente, todos los problemas que veremos en la nueva economía son de abundancia y no de escasez.


    -¿Qué tecnología terminará dominando el mercado de las telecomunicaciones?


    -Van a imponerse las empresas que utilizan el protocolo de Internet, es decir las IP (Internet Protocol), y terminarán reemplazando a la tecnología tradicional a nivel del consumidor. Las operadoras telefónicas como las Bells se convertirán en compañías de redes.


    -Se dice que el comercio electrónico terminará con los intermediarios. Philip Kotler, una autoridad reconocida en la disciplina del marketing, no está de acuerdo. ¿Cuál es su opinión?


    -Los intermediarios no desaparecerán. Internet y la nueva economía crean lugar para más intermediarios que antes, pero va cambiar el papel de algunos de ellos. Por supuesto que muchos de los que existen hoy no sobrevivirán porque no hacen nada valioso, como los mayoristas y muchos bancos.


    -¿Cuáles serán los mayores desafíos de la próxima década?


    -En Estados Unidos las compañías tienen problemas para encontrar gente realmente buena, y mantenerla entusiasmada con los proyectos y satisfecha con su lugar de trabajo. El nuevo estilo será trabajar durante unos pocos años en un lugar y después pasar a otro. Los empleados se van a hacer preguntas como “¿por qué debo trabajar para una compañía y no como free lance o consultor?”. El control pasará de la compañía al empleado, y aprender a enfrentar eso será un gran desafío para la mayoría de las organizaciones. Es el trabajador el que tendrá la ventaja durante los próximos diez años. Y las empresas deberán empezar a preguntarse cuál es el valor que le aportan a sus empleados.