Estado de sospecha sobre la convertibilidad. Se debe a la pérdida de competitividad por términos del intercambio más bajos, devaluación de Brasil y fortaleza del dólar frente al euro. En el plano interno, la Argentina logró, gracias a la convertibilidad, estabilidad de precios y crecimiento económico, pero acompañados con alto desempleo.
En los puntos siguientes analizaremos las principales opciones para reforzar la convertibilidad y mejorar el ingreso.
Cómo mejorar la competitividad sin devaluar. La rigidez de nuestro tipo de cambio es una desventaja frente a los socios comerciales que tienen mayor capacidad de ajuste moviendo el tipo de cambio nominal. Tampoco nuestra estabilidad ayuda a mejorar el tipo de cambio real porque los principales socios comerciales también logran baja inflación. En consecuencia, tenemos más urgencia por recuperar competitividad mediante un régimen laboral flexible, eliminación de los aportes patronales, eliminación de impuestos distorsivos y reducción de tarifas por servicios públicos.
Será necesario un ajuste fiscal. El mayor déficit fiscal de este año, casi 2,5% sin considerar el déficit provincial, tiene que ver con menor recaudación y mayor carga de intereses por la deuda externa, que subirán este año a casi 3% del PBI. El peligroso crecimiento del endeudamiento aumenta la dependencia de los fondos externos. Se puede argumentar que los niveles de deuda/PBI no son altos, que parte del mayor endeudamiento es privado, o que nos prestan porque confían en la Argentina, pero esto no impide que, frente a un cambio en la situación internacional, dejen de ingresar capitales y se produzca el ajuste mediante recesión y desempleo.
El proyecto de ley de convertibilidad fiscal prevé una eliminación del déficit fiscal recién en el año 2003.
A nuestro juicio, este ajuste gradual no ayudará a bajar significativamente el riesgo país, porque la credibilidad en la política fiscal es baja: si el gobierno acaba de prorrogar un impuesto automotor que comenzó a cobrar recién hace un mes, penalizando severamente a 1 millón de contribuyentes que ya pagaron, ¿cómo podemos lograr credibilidad sobre objetivos que demorarán tres años en alcanzarse?.
Nuestra opinión es que el nuevo gobierno será inducido por el propio mercado, interno y externo, a hacer un ajuste fiscal más severo.
Efectos beneficiosos del ajuste fiscal. La reducción del déficit, mediante menores gastos y aumento de la base de contribuyentes, permite una baja del riesgo país que induce mayores entradas de capitales externos y baja en las tasas internas de interés, alentando la inversión y el consumo. Estudios que disponemos en el BBV Banco Francés nos indican que si el actual riesgo país de 700 b.p. (basic points) se reduce a 300 b. p. (el menor registro de riesgo logrado por la Convertibilidad) el impacto adicional sobre el PBI sería de 1,5% por año, lo cual, sumado a otros determinantes del PBI (tendencia, tasa de interés, tipo de cambio real y términos del intercambio), permitiría un crecimiento piso de 3% en el PBI en el año 2000.
Financiamiento de programas para aliviar los problemas sociales. Los programas de reparación social que los candidatos prometen llevar adelante reflejan una genuina demanda social.
Los economistas no debemos perder de vista que un menor riesgo país no es sostenible a largo plazo con desempleo creciente.
Estos programas pueden ser financiados por una redistribución del gasto público (hay varios rubros del presupuesto que operan como cajas negras, no conocemos su destino final ni su eficiencia) y, además, aprovechar la deflación para inducir, mediante un gerenciamiento eficiente, una reducción de por lo menos 10% en los precios de bienes y servicios que compra el Estado.
Perspectiva del financiamiento bancario. Este año, los
depósitos acumulan un aumento de 2%, mientras que los préstamos
bajan 1%. El menor financiamiento se explica por el lado de la oferta (los bancos
aumentan su liquidez con fines precautorios por el aumento en el riesgo de incobrabilidad)
y por el de la demanda (por temor a perder el empleo o ver reducidos sus ingresos,
las familias demandan menos préstamos hipotecarios y personales). En
consecuencia, si el riesgo argentino disminuye durante el próximo año
como consecuencia de medidas creíbles del nuevo gobierno para consolidar
la convertibilidad, las expectativas se revertirán y volverá a
haber financiamiento.
Ernesto Gaba es Economista jefe del BBV Banco Francés.