Con un bajo ritmo de crecimiento de la población, la ciudad de Buenos Aires y su conurbano continúa concentrando la mitad del consumo total del país. Por otra parte, la característica más notable de la composición por edad de la población es un persistente proceso de envejecimiento, debido a la baja tasa de natalidad que reduce la base de la pirámide poblacional y contribuye, por lo tanto, al aumento proporcional de los escalones que representan las edades más avanzadas.
Las cifras demográficas no presentan, en general, novedades importantes
en cuanto a la movilidad de la población. La concentración en
los principales conglomerados urbanos se mantendrá por mucho tiempo y
la población rural, ya escasa, será aún menor en los próximos
años.
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El espejo de la región
La Argentina no ofrece, en este sentido, un panorama muy distinto del que se observa en el resto de América latina. Los otros cuatro grandes conglomerados urbanos de la región (México, San Pablo, Río de Janeiro y Santiago) también albergan a buena parte de la población de sus respectivos países, lo que determina una distribución del consumo fuertemente concentrada.
Otro rasgo común de América latina es la despareja distribución
del ingreso y el bajo índice de esperanza de vida al nacer: 72 años
(mientras que en los principales países de Europa y en Estados Unidos
el promedio se ubica en torno de los 76 años).
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Sin embargo, junto con Uruguay, la Argentina se sigue diferenciando del resto
del subcontinente por su nivel general de educación, un factor que, según
algunos estudios, incide en el poder de compra ya que, combinado con una baja
tasa de crecimiento de la población, suele apuntar a un mayor ingreso
per cápita.
De hecho, la Argentina duplica el producto bruto interno (PBI) per cápita brasileño, estimado en algo menos de US$ 5.000. Los uruguayos, con US$ 6.231, también superan al gigante del Mercosur.
Otro dato que diferencia a la Argentina del resto de los países de
la región es que exhibe el mayor salario mínimo (US$ 262,5), muy
superior a la media de los países del Mercosur y de Chile (apenas US$
160).
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Un cuarto propio
En cuanto a la problemática de la vivienda, la Encuesta Permanente de Hogares elaborada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) no permite realizar comparaciones con otros años, ya que sus mediciones, en este caso, varían de categorías.
En el censo de octubre del año pasado se analizaron los hogares con
cuartos de uso exclusivo en Capital Federal y Gran Buenos Aires (ver cuadro
1.6).
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Los resultados indican que casi una cuarta parte (23%) de la población
vive en casas o departamentos de dos cuartos.