“Los cambios que se avecinan en los próximos diez años son una
amenaza para todos, incluidos nosotros”, admite el CEO mundial de Andersen Consulting,
George Shaheen, como si hablara del Apocalipsis.
Shaheen afirma que sólo uno de cada tres directores ejecutivos de las multinacionales comprende acabadamente cómo habrá de cambiar el futuro esta revolución. Apenas uno de cada diez CEO tiene una idea de lo que es el comercio electrónico, señala otro socio de la firma.
¿Y el resto? “Están todos aterrados”, comenta.
Las empresas han invertido varios miles de millones de dólares en los últimos años en los sistemas de SAP, Oracle o PeopleSoft. Y por cada dólar gastado por el cliente, Andersen factura entre cuatro y diez más por adaptarlo, instalarlo, transferirlo a otros sistemas y capacitar a los usuarios. Si el software fuera simple, se habrían quedado sin trabajo.
Sus sistemas están instalados hoy en bancos, empresas de electricidad, industrias, hospitales y hasta en la bolsa alemana. ¿Valió la pena? La facturación de Andersen ha crecido 20% anual durante cinco años consecutivos, hasta alcanzar US$ 8.400 millones el año pasado. De esa suma, las ganancias de sus 1.250 socios se aproximaron a 20% (US$ 1.600 millones). Es decir, US$ 1,3 millón por cabeza. La compañía no planea cotizar en bolsa pero, si lo hiciera, tendría un valor cercano a los US$ 20.000 millones.
Contra la pared
Sin embargo, no todas son rosas en este camino del robusto crecimiento. Si
la economía entrara en una recesión global, la inversión
en tecnología informática sería un fuerte candidato a los
recortes de presupuesto. Además, se plantea un nuevo obstáculo
a superar: ¿por qué pagarle a los técnicos para que instalen
un nuevo software que puede alquilarse por Internet?
“Vamos a chocar contra la pared”, dice Shaheen, un poco inquieto. “Por eso me propongo reinventar la empresa una vez más y redefinir la función consultoría del futuro.”
Shaheen espera aumentar los ingresos por tercerización, que hoy suman US$ 1.200 millones (14% de los ingresos de 1998) para que representen 40% del negocio en un plazo de cinco años.
Sin embargo, hasta la tercerización tiene sus riesgos. Para trabajar con Du Pont, la consultora contrató 400 técnicos. Y si quiere seguir avanzando tendrá que emplear más gente.
¿Qué pasaría si los costosos trabajos de Andersen pudieran realizarse por Internet? Peter Fuchs, director de estrategia de la consultora, admite que la implementación de software que actualmente realizan podría venderse, en un futuro, a bajos precios y con mayor facilidad a través de la Web. Algún día, sugiere, hasta los programas más complejos para empresas podrán integrarse automáticamente como en el Lego, sin que hagan falta legiones de programadores para armonizar todas las piezas.
Pocas opciones
Shaheen advierte que el acceso al software más sofisticado a
través de Internet podría estar disponible en unos tres años
y que Andersen debe prepararse para esto, convirtiéndose en un proveedor
de la Red, como hacen las empresas que recién empiezan. Andersen tiene
muy pocas opciones porque los demás también harán lo mismo,
razona.
¿Cabría esperar que dijera otra cosa? Andersen Consulting les asegura a todos sus clientes que el poder está en la Red, que las recompensas mayores de la tecnología llegan cuando se corren grandes riesgos y que una empresa no puede ser dueña del futuro sin estar dispuesta a destruir una buena parte de su pasado. Shaheen dirige su empresa de la misma manera.
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