El año pasado, el mercado de las bases de datos que mueve US$ 9.500 millones por año creció 10%, un respetable aumento para un producto que tiene 20 años de vida. Entonces, ¿cómo es posible que actores como Sybase e Informix, que una vez prometían mucho, hayan estado luchando por mantener su posición y que Oracle, el líder del mercado, anticipe la llegada de tiempos difíciles? La respuesta cabe en una sola palabra: Microsoft.
La compañía de Bill Gates se ha echado a rodar en el negocio de las bases de datos con una política de precios criminal, paquetes de productos y convenientes ofertas para clientes y desarrolladores de software. En otras palabras, las mismas tácticas con las que llegó a dominar el mercado de software para PC con las que se ganó la enemistad de sus competidores y que, además, le costaron una enconada demanda por monopolio en Estados Unidos, bajo la acusación de ofrecer acuerdos demasiado atractivos a los consumidores.
Ahora, la gigante del software se ha lanzado con todo en una carrera contra la número uno de las bases de datos, Oracle, y la número dos, IBM. Sybase e Informix luchan por mantener su relevancia y han comenzado a huir hacia nichos del mercado que, según esperan, por ser demasiado pequeños no despertarán el voraz apetito de Gates.
La cruel ironía en esta guerra es que Sybase fue quien le proporcionó las armas a su mortal oponente. En 1989 Sybase, que fabrica bases de datos para grandes compañías con minicomputadoras que cuestan medio millón de dólares, aceptó otorgar en licencia su código de programación a un fabricante de software para PC cuya facturación anual sumaba apenas US$ 805 millones: Microsoft. En ese momento parecía una buena idea. ¿Quién se iba a imaginar que una pequeña compañía de software podría convertirse en una amenaza para el high end del mercado?
Nadie lo tomaba en serio
Los rivales se burlaron cuando Microsoft se lanzó al mercado con un
producto torpe y de poca potencia. Pero Microsoft no se dio por vencido. El
7 en el nombre SQL Server 7 significa que el producto está en su séptima
versión importante. La última salió en enero.
“Tardamos una o dos versiones en asustar a los competidores tradicionales del mercado de bases de datos”, señala Douglas Leland, gerente de grupo de Microsoft encargado de supervisar el marketing para el SQL. ¿Pero cuán seria es la amenaza? El SQL Server 7 se vende por sólo US$ 100 por usuario, un tercio del precio de la base de datos más barata de Oracle y apenas algo más que un quinto del precio de los principales productos de Sybase e Informix.
Los precios bajos generan adeptos. “¿Por qué elegí Microsoft? Por una sola razón: es barato”, explica Stuart Mowat, director de Soporte de Decisiones de HarperCollins Publishers. Usa SQL para almacenar 200 gigabytes (equivalentes a 300 CD-Rom) de información sobre clientes previamente almacenada en una minicomputadora IBM.
Además, Microsoft ofrece un descuento adicional de 50% a cualquier cliente que deje de usar IBM, Oracle, Sybase o Informix y que se pase a SQL. “No me sorprendería que terminaran por regalarlo”, se queja Robert Finocchio, CEO de Informix.
Pero hay más beneficios generosos que atraen a los socios de Microsoft. Para conseguir a Harper Collins, Microsoft le ofreció los servicios gratuitos de un experto en base de datos durante cuatro meses, dice Mowat, que normalmente cuestan US$ 50.000. Este año Microsoft gastará US$ 600 millones en este tipo de ganchos, lo cual ha obligado a Oracle a crear un fondo de US$ 500 millones por cuenta propia.
“Son monopolistas”, dice el CFO Jeffrey Henley, refiriéndose a sus rivales de Redmond. “Llegan a extremos para sacar a alguien de su camino”, añade. Pero hablar de monopolio para describir la posición de Microsoft en el mercado de las bases de datos no se ajusta a la realidad. Al menos, no por ahora: Microsoft posee una participación de 6% en el mercado frente a 43% de Oracle. La diferencia entre las dos firmas radica más en el poder de permanencia. Microsoft tiene US$ 19.000 millones en efectivo. Oracle tiene US$ 2.100 millones. En una guerra de precios y por eso Microsoft ofrece gratuitamente los servicios de un programador Microsoft tendría todas las de ganar.
Las Ferrari del software
Las bases de datos potentes, que permiten reducir montañas de datos
salariales, de inventario y otros, son las Ferrari del software: complejas,
caras y a un mundo de distancia de los productos para PC de Microsoft. El SQL
no es tan potente como los productos de sus rivales, pero es lo suficientemente
poderoso para ganar cuentas corporativas que no lo quisieron antes.
Sin embargo, la amenaza no radica tanto en que Microsoft se quedará con docenas de cuentas corporativas grandes. La mayoría de estas empresas ya posee bases de datos de alta potencia y pasarse a una nueva implicaría costos prohibitivos y otros trastornos; además, el mercado de las grandes compañías ya está saturado. La verdadera amenaza radica en que Microsoft consumirá todo el crecimiento de los segmentos no explotados, que son los que ofrecen las mejores oportunidades. Por esta razón, algunos desarrolladores están ajustando sus productos a Microsoft.
Spacelabs Medical, fabricante de dispositivos médicos y software relacionado, ha dejado a Sybase y ha adaptado su sistema de automatización para hospitales al SQL de Microsoft. Andrew Pitts, gerente de Producto de Spacelabs, señala que la versión de Sybase requería una computadora midrange de US$ 100.000, mientras la versión SQL corre con un servidor Dell que cuesta US$ 42.000. Pero, añade, hay una segunda razón, que es más nefasta para Sybase: la caída que ha experimentado la compañía en los últimos años lo pone nervioso. Dice Pitts: “El soporte que ofrecía se ha venido abajo y los precios siguen subiendo”.
Sybase manifiesta no estar preocupada, pero antes también había subestimado a Microsoft. Sus acciones alcanzaron un pico de US$ 57 en 1994, con una capitalización de mercado total de US$ 4.400 millones. Actualmente se cotizan a cerca de US$ 10 después de que la compañía perdiera US$ 1,15 por acción el año pasado. Informix alcanzó un pico de US$ 36 por acción en 1996, con una capitalización de mercado de US$ 5.400 millones. Las acciones bajaron a un tercio de su valor.
Todo esto plantea la pregunta de qué habría pasado si Sybase no hubiera entregado su código de software a Microsoft hace 10 años. ¿Quién dejó que esto ocurriera? Fue Mark Hoffman, el fundador de Sybase, en 1984.
Actualmente, Hoffman maneja Commerce One, una pequeña empresa de comercio electrónico de Walnut Creek, California. Hace aproximadamente un año, su nueva compañía estaba buscando una base de datos. ¿Cuál compró? La de Microsoft. “Funciona bien”, dice Hoffman. “Además, nos hicieron precio”, agrega.
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