Diez años atrás, Ignacio Fernández Pelayo, Sergio Ochoa y Rafael Ballester eran tres veinteañeros inquietos, dispuestos a lanzarse a la aventura de constituir su propia empresa de publicidad. Los dos primeros acababan de terminar la carrera en la Universidad del Salvador y el tercero, estudiante de arquitectura, trabajaba en el área de producción de una agencia. Estaban seguros de contar con suficiente capacidad y tenían muchas ganas, pero éstas eran inversamente proporcionales al capital de que disponían. Aun así, con apenas US$ 1.000 cada uno, ingresaron en el mercado.
“Desde el principio, nuestra premisa fue profesionalismo y estrategia en función de los que creemos son nuestros clientes: el anunciante y el consumidor”, afirma Fernández Pelayo, actual director de Medios y Cuentas de la firma. El período comprendido entre 1990 y 1995 estuvo signado por el trabajo duro, que se vio recompensado con la confianza de marcas como Triumph y Warner´s en lencería, las automotrices Mazda, Kia y Asia, y la cadena Pizza Hut.
Por entonces llegó la resaca del tequila, pero los tres mosqueteros, en vez de amilanarse, decidieron huir hacia adelante. Así, pusieron en marcha una importante reestructuración interna a la que acompañaron con la incorporación de tecnología de punta y profesionales bien entrenados en cada una de las áreas de la agencia. Y otra vez no se equivocaron: del ´96 hasta hoy, Fob Publicidad ganó una buena cantidad de clientes importantes a través de concursos de agencias y fue afirmándose en una línea creativa.
En ese lapso, la curva de facturación muestra una evolución firmemente ascendente, lo que la ha posicionado entre las agencias medianas de menor porte pero con mayor crecimiento sostenido.
Sin embargo, siguieron cultivando un muy bajo perfil. “Nos hemos presentado en pocos certámenes nacionales o internacionales, a pesar de lo cual fuimos finalistas en dos oportunidades en los New York Festivals”, dice Ochoa, director general creativo, y agrega: “Quizás éste sea un tema que debamos reconsiderar, ya que los premios son una vidriera que no se puede desdeñar y contribuyen al posicionamiento de la agencia”.
“El ´98 fue un buen año”, dice Ballester, quien comparte con Fernández Pelayo la responsabilidad del área de Cuentas. “Incorporamos clientes como Corp Banca, Subaru, Dun & Bradstreet y Fem-Fem explica y facturamos más de US$ 5 millones. Y de acuerdo a los proyectos en marcha, calculamos que podremos cerrar el ´99 con US$ 7 millones”.
El optimismo de estos tres veteranos de 35 años de edad se asienta, además de en el crecimiento de su cartera de clientes, en lo que esgrimen como carta de presentación: el esfuerzo. “Nunca nadie nos regaló nada concluye Fernández Pelayo; todo lo construímos con trabajo, trabajo y más trabajo. Hay semanas enteras en las que no nos vamos de la oficina antes de las 12 de la noche, y esto el cliente lo reconoce”.
Radiografía de Fob
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