La última versión del Oracle Openworld que reunió en noviembre pasado a 18.000 clientes, socios y empleados de la compañía en San Francisco, Estados Unidos tuvo dos protagonistas principales: Oracle 8i y Bill Gates. Desde Larry Ellison, presidente y CEO de Oracle, hasta el último de los expositores, no dejaron pasar oportunidad para descargar bromas y comentarios irónicos sobre el fundador de Microsoft, que por esos mismos días comenzaba el largo calvario judicial que puede llegar a erosionar la supremacía que hoy detenta en el negocio.
El más imaginativo de los bromistas fue Scott McNealy, presidente y CEO de Sun Microsystems, la empresa creadora del lenguaje Java. En su conferencia, McNealy presentó dos comerciales de TV especialmente concebidos para la ocasión. En el primero se ve a dos hombres dentro de un auto; el acompañante es un inconfundible clon de Gates, que juguetea ridículamente con uno de esos muñequitos articulados de plástico y alambre que cambian de posición cuando se aprieta la base sobre la que están montados. El conductor detiene el auto para levantar una computadora Sun que alguien dejó tirada en la banquina. En la siguiente escena, el hombre huele de manera muy ostensible un vaho desagradable dentro del vehículo. El cuadro final muestra a un atribulado pseudoGates, sentado en el cordón de la vereda, mientras el otro sigue su marcha sonriente, acompañado ahora en el asiento delantero por la computadora Sun.
El segundo aviso muestra a un buzo que, hablando un inglés con fuerte acento galo, evoca inevitablemente a Jacques Cousteau. El hombre se interna en las profundidades del océano para transmitir en directo por televisión las alternativas de la vida marina. El logotipo de Windows informa cuál es el sistema operativo que permite el funcionamiento de las cámaras y del tubo de oxígeno. De repente, el buzo lee en la pantalla de cristal líquido de su monitor: “El sistema ha cometido un error desconocido y se apagará inmediatamente”. Su desesperación desató una carcajada general entre la multitud que rebosaba el inmenso salón del Moscone Center, donde tuvo lugar la conferencia.
El agudo sarcasmo de estas apelaciones a Gates y su compañía encubren la dura competencia que enfrenta a Oracle y sus aliados Sun en primer lugar contra Microsoft. El objetivo de esta lucha es determinar quién impondrá el estándar de la plataforma de acceso a Internet, la nueva tierra prometida de la tecnología y los negocios. El que se imponga en esa puja dominará el floreciente mercado informático de los próximos años.
En busca del nuevo estándar
Con el lanzamiento de Oracle 8i, Ellison y McNealy parecen haber ganado la batalla inaugural de esa guerra. Se trata de la primera base de datos de Internet desarrollada con lenguaje Java puro, que permite manejar todo tipo de archivos, gráficos y objetos desde un servidor central, al que cualquier cliente puede acceder desde cualquier punto de la red. Es la pieza central de la plataforma de Internet de Oracle, que incluye Oracle Application Server 4.0 y otras herramientas especializadas de desarrollo.
“Como la primera base de datos que permite integrar aplicaciones empresarias, programas Java, web sites y contenidos de Internet, Oracle 8i es la continuidad escalable del Oracle 8, que hace posible que miles de usuarios de las redes corporativas puedan acceder al manejo confiable de aplicaciones de Internet”, afirma una declaración oficial de la compañía. Según Oracle, esta nueva plataforma permite reducir hasta 10 veces el costo operativo de una empresa respecto de los sistemas cliente-servidor.
Como señala el periodista norteamericano Dirk Hanson en su libro Los nuevos alquimistas. Silicon Valley y la revolución microtecnológica, las innovaciones tecnológicas nunca determinaron por sí solas los grandes saltos hacia adelante de la industria. Es la imposición de un estándar y la creación de un circuito de fabricación, distribución y consumo lo que permite que aquéllas prosperen. Ellison y sus muchachos lo tienen muy claro: “Una plataforma sirve únicamente cuando hay aplicaciones que la utilicen”, afirma Ray Lane, chief operative officer (COO) de Oracle.
Oracle 8i tiene además incorporada una Java Virtual Machine, que permite a los developers escribir, almacenar y ejecutar el código Java dentro de la misma base de datos. “Decidimos usar Java en estado puro, en lugar de una tecnología propietaria, para que Oracle 8i pueda ser empleado por todo el mundo”, dice Lane. La flexibilidad del lenguaje Java permite escribir los códigos una sola vez y luego correr los programas sobre cualquier sistema operativo y hardware, desde una mainframe o una PC hasta la red eléctrica o telefónica.
El esquema es muy simple: se trata de un poderoso server central, abastecido con Oracle 8i, y un browser o programa de navegación que permite al cliente ingresar a la red. “Todo lo que se requiere para acceder a Internet es una plataforma y un browser“, dice Lane. El navegador puede ser Netscape, Explorer o cualquier otro; la clave reside en la plataforma: “Apuntamos a que Oracle 8i se convierta en la plataforma estándar de Internet”, agrega.
El retorno de la mainframe
En realidad, esta nueva propuesta de Oracle es una vuelta, ampliada y mejorada, al modelo de la gran computadora central. “Las computadoras mainframe tenían muchos problemas pero también una gran ventaja: permitían centralizar la información”, dice Lane. Este modelo, epitomizado en todo el mundo por la marca IBM, fue sustituido a comienzos de los años ´80 por el modelo cliente-servidor, erigido en torno de la computadora personal. Gates fue el que mejor supo aprovechar las ventajas de comercialización de la PC, que democratizó el acceso a la informática. Desde el punto de vista corporativo, su principal desventaja es que el control de la información está en manos del usuario.
Hace un par de años, Oracle lanzó el concepto de network computing, que pone nuevamente el acento en el server central. La terminal es una suerte de caja boba, que sólo funciona en conexión con la red; en el Oracle Openworld de 1997 se presentó un prototipo de terminal NT que, hasta el momento, no prosperó en el mercado. Pero al focalizarse en Internet, el concepto de network computing se transformó en el de Internet computing. “Este modelo reúne las ventajas de los dos anteriores afirma Lane, amplía exponencialmente las posibilidades de acceso y manejo de información, y reduce drásticamente los costos operativos.”
En definitiva, será el mercado el que decidirá si Oracle 8i gana la carrera o no, pero la empresa enfrenta el futuro con optimismo. Después de todo, es la proveedora mundial líder de software para information management y la segunda productora de software del planeta, con una facturación anual de US$ 7.500 millones. Sus servidores de base de datos y aplicaciones operan en más de 140 países. Con la confianza que le brindan estos datos, Ellison aguarda que el chiste televisivo de su amigo McNeally se convierta en realidad.