El tiempo, la última frontera
La humanidad ha logrado derrotar -o por lo menos domesticar- a la mayoría de los monstruos que históricamente la acecharon: las enfermedades, el clima hostil, los caprichos de la geografía, las fallas de la memoria. Pero el tiempo sigue ganándole la batalla. Y lo que es peor, las invenciones del último medio siglo, destinadas a ganar tiempo, parecen haberse vuelto en contra de sus supuestos beneficiarios. "¿Qué pensarían Henry Thoreau, Ralph Waldo Emerson y Walt Whitman de la comida rápida, la MTV, las novelas clásicas en versiones resumidas para los estudiantes, los productos descartables y todo lo virtual que ha desplazado a la realidad -más lenta- de la naturaleza?", se pregunta Ralph Nader en uno de los ensayos que aquí se reproducen. La noción de progreso que se asocia con el paso del tiempo suele ser, también, paradójica y engañosa. "La gente de la informática suele afirmar que si la industria automotriz hubiera avanzado tecnológicamente tanto como la de la computación, estaríamos manejando autos de US$ 25 y recorriendo 400 kilómetros con un litro de nafta. Claro que, si los automóviles funcionaran como el software, se les saldrían las ruedas varias veces por día", afirma, con ironía, Bob Metcalfe, uno de los más respetados patriarcas de Silicon Valley. El tema del tiempo, particularmente vigente en este fin de milenio, ocupó una edición especial de la revista Forbes ASAP, de la que MERCADO tiene los derechos exclusivos en la Argentina. Se han seleccionado, de esa extensa colección, siete artículos que recorren una variada gama de enfoques y autores: desde el combativo militante de los derechos del consumidor, Ralph Nader, hasta Michael Dell, presidente del gigante de la computación que lleva su apellido. También opinan ensayistas de la talla de Tom Peters, Rosabeth Moss Kanter y Regis McKenna. La lista se completa con el inventor del sistema Ethernet y fundador de la firma 3Com, Bob Metcalfe, y el experto en tecnología Michael Rothschild.
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