Cómo conquistar el mundo sin ser AT&T

    Pocos empresarios son capaces de ver la conexión que existe
    entre el éxito que obtienen en sus mercados internos y el
    éxito que pueden obtener en el exterior con la claridad de
    William T. Esrey, ex banquero de Nueva York que ahora dirige al
    gigante de las telecomunicaciones Sprint Corp., cuyos ingresos
    totalizaron US$ 15.000 millones en 1997. “No importa lo bien que
    funcione una compañía en el mercado local; no podremos
    hacer muchos negocios con Exxon si no somos capaces de resolver sus
    necesidades en el terreno de las comunicaciones internacionales”,
    comenta Esrey, y agrega: “Si no resolvemos las necesidades de Exxon
    al nivel global, otro lo hará y seguramente dirá, como
    al pasar: ´¿Sabe que podemos hacernos cargo también de
    sus negocios locales?´, a lo que Exxon responderá: ´Sí,
    por supuesto´”.

    Para conquistar y preservar a clientes como Exxon, que operan
    internacionalmente, Esrey, de 58 años, se mueve con rapidez
    para convertir a Sprint en una empresa de telecomunicaciones global,
    capaz de satisfacer las necesidades de empresas e individuos desde
    Sydney a Estocolmo. “Estamos frente a una gran oportunidad comercial
    &endash;afirma&endash; porque en la actualidad nadie más
    está prestando un servicio global.”

    Fuera de Estados Unidos, el arma de Esrey es una alianza
    estratégica conocida como Global One, fundada en Bruselas en
    enero de 1996 con dos proveedores de telecomunicaciones parcialmente
    privatizados: Deutsche Telekom y France Telecom, empresas que ocupan
    el tercero y el quinto lugar en el mundo en este terreno. Sprint,
    France Telecom y Deutsche Telekom poseen cada una un tercio de Global
    One, que tiene un capital suscripto de US$ 725 millones.

    La alianza invertirá US$ 900 millones entre 1996 y 1999 en
    el desarrollo de sus propias redes de conmutación en todo el
    mundo y el tendido de fibra óptica en aquellos lugares del
    planeta donde ninguna de las tres opera. También busca
    expandir la alianza en Asia: Esrey dice que Global One ha hablado con
    los principales actores de la región y hay rumores de que
    Japan Telecom podría llegar a unirse a Global One.

    Global One ofrece a las multinacionales un servicio
    telefónico al mejor estilo “compre todo en el mismo lugar”. La
    idea consiste en enlazar a los clientes que se encuentren en los
    lugares más dispersos del mundo, utilizando una web mundial de
    telecomunicaciones que tendría una numeración
    común de siete dígitos y un sistema de envío de
    llamadas organizado en torno de una línea telefónica de
    gran calidad.

    ¿Será un problema para las telecomunicaciones? La
    oficina de una empresa en Johannesburgo llama al mismo número
    de proveedor del servicio que la oficina en Yakarta. Los clientes
    multinacionales de Sprint reciben de Global One una única
    factura telefónica. “Ofrece más coherencia en el
    servicio que el resto de las firmas competidoras, y este punto es
    crucial para convencer a la gente de que la compañía
    posee una estrategia global”, sostiene Andy Greenman, analista de la
    oficina de Londres de la consultora Yankee Group.

     

    Alianza vs. confederación

    Por supuesto que AT&T también desea ofrecer un servicio
    a sus clientes globales. En los papeles, es la empresa de
    telecomunicaciones globales más grande del mundo, con ingresos
    internacionales de US$ 10.600 millones en 1996, de acuerdo con el
    Yankee Group. Pero los ingresos conjuntos de Sprint, Deutsche Telekom
    y France Telecom ascienden a US$ 11.400 millones, lo cual indica que
    supera a AT&T, y esa cifra no incluye los ingresos generados por
    Global One.

    AT&T es la empresa líder en telefonía de larga
    distancia de Estados Unidos y la segunda en el mundo, después
    de la japonesa Nippon Telegraph & Telephone. Su enfoque al
    desarrollo de un servicio global de telecomunicaciones es diferente
    porque ha evitado las alianzas y, en su lugar, ha formado una red de
    acuerdos que constituyen lo que la empresa denomina
    “confederación”, que utiliza proveedores de servicios en el
    exterior.

    ¿Cuál es la diferencia entre una alianza global y una
    confederación internacional? Mucho más importante de lo
    que creemos. La palabra confederación es un concepto bastante
    vago. Resulta poco probable que los confederados ofrezcan un servicio
    estandarizado porque les resulta más difícil llegar a
    un acuerdo sobre qué inversiones realizar y quién debe
    financiarlas.

    En cambio, los socios de la alianza de Global One han unido su
    capital y cuentan con dinero para invertir. Esto les da un mayor
    incentivo para realizar las inversiones necesarias para brindar un
    servicio global integral y así atraer nuevos suscriptores
    comerciales que, en Alemania, por ejemplo, desean hacer llamadas a
    Sprint de Estados Unidos. France Telecom y Deutsche Telekom ofrecen
    Global One a las multinacionales en sus mercados locales y sus
    fuerzas de ventas se ocupan del resto del mundo. Hasta ahora, Global
    One tiene 30.000 empresas clientes y los ingresos de la alianza
    están aumentando 30% por año (llegaron a US$ 1.100
    millones en 1997).

    “Es más probable que un cliente pueda recibir una
    garantía de buen servicio de una alianza que de una
    confederación”, dice Howard Anderson, presidente del Yankee
    Group, de Boston. El apoyo a la fórmula de la alianza
    recibió un gran impulso a principios de abril, cuando Telecom
    Italia y Cable & Wireless de Gran Bretaña dijeron que
    estaban tratando de negociar un emprendimiento conjunto de nivel
    global. El acuerdo propuesto puso fin a las conversaciones entre
    Telecom Italia y AT&T para formar una asociación
    internacional, y terminaría también con las
    especulaciones de que Cable & Wireless podría unirse a
    Global One. Un vocero de Global One se negó a hacer
    comentarios al respecto.

     

    La interna de la alianza

    A pesar de sus ventajas, una alianza no es precisamente un lecho
    de rosas. Uno de los problemas que Global One tuvo que enfrentar fue
    la comunicación entre sus gerentes. El año pasado, el
    caos burocrático y la innecesaria superposición de
    tareas entre los socios de Global One le costaron a Sprint alrededor
    de US$ 1 millón. En febrero, los socios de la alianza
    reemplazaron al CEO sueco Viesturs Vucins por Gary Forsee, presidente
    de la división Servicio de Larga Distancia de Sprint. Esrey
    dice que este norteamericano de 47 años tiene rienda suelta
    para hacer eficiente a Global One y reevaluar sus planes, pero admite
    que resolver esos problemas ha llevado más tiempo del
    esperado.

    En la alta gerencia de Global One, dice Esrey, todos funcionan en
    la misma longitud de onda. El presidente del directorio de Deutsche
    Telekom es Ron Sommer, ex presidente de Sony en Estados Unidos, y su
    contraparte francés, Michael Bon, fue CEO de Carrefour, grupo
    minorista que por su importancia es el segundo de Europa. Los tres
    son empresarios inteligentes y aguerridos y, cuando se reúnen,
    hablan en inglés.

    Sin embargo, en la gerencia media las cosas son diferentes. Hay
    muchas peleas y muy poca acción. Con demasiada frecuencia,
    Bon, Sommer y el propio Esrey tienen que ocuparse personalmente de
    resolver los problemas. “Nos miramos sorprendidos y de inmediato nos
    preguntamos por qué los gerentes no pudieron resolver solos
    ese problema”, dice Esrey, quien, sin embargo, confía en la
    capacidad empresarial norteamericana para resolver los conflictos con
    sus burocráticos socios europeos.

    “¿Es más difícil hacer las cosas en una
    sociedad que en forma individual?”, pregunta Esrey. Y se responde:
    “Claro que sí, pero eso no significa que la alianza no sea una
    buena idea”. Aunque combinar las tres culturas de Global One va a
    llevar su tiempo, la alianza ha recibido una bocanada de aire fresco
    como resultado de un golpe de suerte. La otra alianza internacional
    en el terreno de las comunicaciones es Concert, integrada por British
    Telecom (BT) y MCI Communications. En noviembre, WorldCom
    derrotó a BT en la adquisición de MCI. Como parte del
    acuerdo, WorldCom aceptó venderle la participación de
    24,9% que tenía MCI en Concert nuevamente a BT. En la
    práctica, eso significa que BT perdió a su socio
    norteamericano. WorldCom seguirá teniendo derecho a operar con
    Concert dentro del mercado de Estados Unidos, pero no tiene la
    exclusividad: sus rivales norteamericanos también pueden
    vender los servicios de Concert.

    Con ese tipo de acuerdo, WorldCom tiene pocos incentivos para
    vender esos servicios y es poco probable que las restantes
    telefónicas norteamericanas deseen atraer consumidores hacia
    Concert. “Desde nuestra óptica, ha sido como una especie de
    regalo”, dice Esrey con una sonrisa, y agrega: “La caída de
    Concert nos dará una posición dominante”.

     

    El mercado interno

    En el mercado interno, Esrey, que dirige Sprint desde 1985, ha
    invertido importantes sumas de dinero para construir una red de larga
    distancia de fibra óptica. Esta gran inversión
    preocupó a GTE, que en 1991 decidió vender su
    participación de 50% en Sprint a United Telecommunications,
    por US$ 1.100 millones (UT, que ya tenía el 50% restante, la
    rebautizó con el nombre de Sprint). La reivindicación
    para Esrey llegó el año pasado, cuando GTE trató
    infructuosamente de volver a ingresar al negocio de las
    telecomunicaciones de larga distancia a través de una oferta
    de US$ 32.900 millones por MCI. Esrey se ríe ante la
    ironía.

    Como empresa telefónica independiente, con sede central
    cerca de Kansas City, Sprint comenzó a buscar alguna fisura en
    la sólida armadura de sus competidores, AT&T y las Bell
    regionales que surgieron de la división de AT&T ordenada
    por la Justicia en 1984. Esrey desarrolló un nicho rentable en
    las zonas rurales, donde la competencia es limitada. Fuera de la
    Bell, Sprint es hoy una de las empresas de telefonía local
    más importantes de Estados Unidos y presta servicios a
    más de siete millones de clientes en 19 estados.

    En los servicios de larga distancia, Sprint apuntó al
    mercado corporativo, en el que su red de fibra óptica
    totalmente digital le permitió ganar terreno gracias a la
    transmisión rápida y económica de las llamadas.
    Desde principios de 1996, el índice de crecimiento de los
    ingresos, tanto por servicios de larga distancia como por minutos de
    uso, ha superado al de AT&T y MCI, aunque su participación
    en el mercado norteamericano no ha crecido de igual manera
    todavía.

    Hoy AT&T está de vuelta en el mercado local de Estados
    Unidos, tras pagar en enero alrededor de US$ 11.300 millones por
    Teleport Communications Group. Es un precio alto para una empresa con
    cero utilidad e ingresos en 1997 del orden de los US$ 494 millones.
    Pero AT&T necesitaba una red local para reducir los costos de
    acceso y para acercarse más a la industria del cable.

    Con una red ya montada, Sprint celebró contratos con las
    compañías locales de Bell para convertirse en su
    proveedor de larga distancia. Cuatro de las siete Baby Bells ya
    firmaron y hoy Sprint se ocupa de casi todos sus servicios de larga
    distancia. “Sprint tiene una estrategia muy prudente y eficaz en
    cuanto al costo”, dice Brian Moir, abogado de Washington
    especializado en la industria de las telecomunicaciones.

    A esta altura queda claro que Esrey ha invertido todo lo que
    hacía falta para convertir a Sprint en una empresa
    líder en tecnología. Sprint dice haber sido la primera
    en desplegar las redes ópticas sincrónicas (Sonet), que
    aumentan la velocidad de transmisión de la fibra, aunque MCI
    sostiene lo contrario. También fue la primera en lanzar los
    dispositivos de conmutación veloces y en utilizar los
    multiplexores por división de onda, que mejoran
    ostensiblemente la capacidad de la fibra.

     

    Más tecnología, más ingresos

    Esos y otros avances le permitieron a Sprint obtener mejores
    ingresos. La cantidad de conversaciones simultáneas que su red
    puede transmitir por el mismo par de hilos de fibra se ha
    multiplicado 20 veces, hasta alcanzar las 500.000, desde 1989. Sprint
    podrá transmitir más de ocho millones de conversaciones
    por esa fibra para 1999, dice Esrey.

    Sprint está también a la vanguardia de sus
    competidoras norteamericanas en servicios de comunicaciones
    personales digitales (PCS). De la red de PCS, Sprint tiene 40%; la
    gigante del cable Tele Communications Inc. (TCI) tiene 30%, y el 30%
    restante pertenece en partes iguales a las empresas de cable Comcast
    y Cox Communications.

    La de Sprint es la única red de PCS que puede cubrir todo
    el territorio de Estados Unidos. Sus competidoras, en cambio, deben
    recurrir a una combinación de redes analógicas y
    celulares, además de PCS, y en frecuencias diferentes. Sprint
    introdujo el PCS en el mercado de Washington DC en noviembre de 1995.
    Para fines de 1998 cubrirá las 100 áreas metropolitanas
    más importantes de Estados Unidos.

    Para adquirir las licencias correspondientes y construir la
    infraestructura de PCS, Sprint y sus socios han invertido ya US$
    4.200 millones y estiman que habrán de gastar alrededor de US$
    8.000 millones más para el año 2000. Esta fuerte
    inversión de capital redujo 20% las ganancias de la
    compañía durante 1997, a US$ 953 millones, lo que
    representó la primera caída en cinco años.

    Esrey intuye que 1998 será un año más
    positivo gracias a las sólidas utilidades provenientes de las
    actividades principales de Sprint en Estados Unidos: los servicios
    locales y de larga distancia, y la Internet. Y estima que para el
    año 2000, la red PCS de Sprint y Global One comenzará a
    generar cash flows positivos.

    Existe, sin embargo, un problema por el cual no es mucho lo que se
    puede hacer: la posibilidad de que Sprint sea absorbida antes de que
    las inversiones de Esrey comiencen a dar fruto. Bell Atlantic, GTE y
    hasta Deutsche Telekom, uno de los socios de Sprint en Global One,
    parecen ser hoy los candidatos más sólidos para este
    nuevo giro. Mientras tanto, British Telecom necesita desesperadamente
    un gran socio internacional, y recibirá US$ 7.000 millones por
    la venta de las acciones de MCI a WorldCom, al completarse la
    transacción.

    Previendo la posibilidad de una compra, los inversores han hecho
    crecer 15% las acciones de Sprint en lo que va del año. Su
    precio actual es de US$ 67 por acción, por lo cual la
    compañía valdría unos US$ 23.000 millones.

    En lugar de preocuparse por la posibilidad de una venta hostil,
    Esrey está arando el terreno con más inversiones en la
    red PCS y en Global One. Se ha unido al proyecto Iridium, de
    Motorola, que implica una inversión cercana a US$ 30.000
    millones para circundar el planeta con satélites de
    órbita baja y ofrecer servicios telefónicos
    inalámbricos a todos los usuarios del mundo (ver página
    196).

    “Estamos avanzando &endash;dice Esrey&endash; con la que creemos
    que es la mejor tecnología, sin duda superior a cualquier otra
    cosa que pudiese haber existido antes. ¿De qué otro modo
    podríamos satisfacer a clientes como Exxon en todos los
    lugares en los que opera?”

    Subrata Chakravarty y Nigel Holloway

    © Forbes / MERCADO

     


































































































    Aliados, confederados y un lobo solitario


    Empresa


    Socios


    Características de la
    sociedad


    Comentarios








    * Global One


    Sprint, Deutsche Telekom


    Alianza de tres socios en


    Actual líder mundial.




    y France Telecom


    igualdad de condiciones




    * Concert


    British Telecom y MCI


    Alianza


    No tiene exclusividad








    en las ventas en Estados Unidos; BT
    volvió








    a comprar su participación en MCI.


    * World Partners


    AT&T más 16


    En parte una alianza,


    Cuatro empresas europeas se aliaron




    empresas norteamericanas


    en parte una confederación


    a AT&T; otros socios son depositarios








    de franquicias.


    * Equant


    Asociación de Telecomunicaciones


    Consorcio de líneas aéreas


    La desregulación les permite
    ingresar




    de la Aviación Internacional


    y agencias de viajes


    al negocio de los servicios de voz.


    * Infonet


    Grupo de compañías
    telefónicas


    Consorcio


    Empresas de servicios postales




    y de telecomunicaciones




    que ingresan a un nuevo negocio.


    * IBM


    Red global


    División de la
    compañía


    IBM ha mejorado sus redes con valor
    agregado.


    Fuente: Global One.




























































    Sprint vs. la competencia


    Servicio


    Sprint


    AT&T


    WorldCom/MCI


    Telefonía local




    No


    No (1)


    Larga distancia dentro de EE.UU.








    Larga distancia internacional








    Alianza global




    No (2)


    No (3)


    PCS nacional




    No (4)


    No


    Backbone para Internet




    No




    Alianza satelital




    No (5)




    (1) El problema de MCI es tratar de crear una red local.
    (2) Confederación débil por falta de
    inversión. (3) WorldCom debe vender la
    participación de MCI en Concert nuevamente a BT. (4)
    Inversiones en PCS y telefonía celular operando en
    diferentes frecuencias. (5) Planes para vender su
    participación a DirecTV.


    Fuente: Sprint Corp.