Abogados para prevenir y curar

    Hay tres armas que, según afirman los expertos, pueden
    asegurar buenos negocios: llegar al mercado antes que los
    demás, saber encontrar los huecos que la competencia
    dejó sin cubrir y adoptar modalidades exitosas en otros
    rubros. Asist-Ley cumple con todas. La empresa, que fue una de las
    pioneras en inaugurar en la Argentina la asistencia jurídica
    prepaga, nació en 1993 y se dedica a todas las ramas del
    derecho.

    “La medicina prepaga avanzó por el espacio dejado por los
    hospitales y las obras sociales. Antes, nadie podía enfermarse
    hasta el día siguiente a las 7 de la mañana. Ahora hay
    atención las 24 horas. Nosotros estamos haciendo lo mismo en
    el campo de la abogacía tradicional”, explica Marcos
    Bergenfeld, presidente de Asistencia Integral, la sociedad que
    controla Asist-Ley.

    Sólo en la ciudad de Buenos Aires, la firma facturó
    el año pasado US$ 1 millón y, en 1998, esperan superar
    esa cifra con nuevos contratos.

    El sistema ha logrado consolidarse tras pasar por una etapa de
    auge y otra de depuración. Llegó a haber 49 empresas
    asociadas a la cámara sectorial en la Capital Federal. Hoy, si
    se suman las del interior son quince y, según Bergenfeld,
    habría apenas otras tantas no asociadas.

     

    Necesidad creciente

    A pesar de que sabe muy bien cómo usarla, Asist-Ley no
    inventó la pólvora. En Estados Unidos hay 68 millones
    de adherentes a servicios jurídicos prepagos y en Suecia la
    modalidad se volvió obligatoria para todos los habitantes del
    país.

    Los clientes naturales del sistema son las micro, pequeñas
    y medianas empresas porque “no cuentan con un estudio de abogados o
    no los encuentran cuando los necesitan”, sostiene Bergenfeld. Las
    Pymes suelen consultar a los profesionales a partir del hecho
    consumado cuando, por ejemplo, ya firmaron un contrato y el conflicto
    está planteado. “Nosotros trabajamos con la prevención,
    para poder ahorrar el desembolso que hay que hacer cuando se llega a
    la Justicia”, explica Bergenfeld.

    Un comercio familiar con un empleado puede disponer de abogados
    todo el día por $ 50 más IVA; si tiene cinco personas
    en relación de dependencia, paga $ 100 y un consorcio abona de
    $ 5 a $ 10 por departamento.

    Asistencia Integral también descubrió la veta de las
    franquicias, gracias a las cuales cuenta ahora con una red nacional.
    Ya dieron 17 a las que cobran, por un contrato de cinco años,
    un fee de ingreso que va de los $ 10.000 a los $ 50.000 y un royalty
    de 5% de la facturación, que suele oscilar entre $ 50.000 y $
    100.000 anuales.

    La intención de Bergenfeld es llegar a cubrir los 54
    distritos judiciales en los que dividieron al mercado argentino, para
    después saltar a Uruguay, Paraguay, Chile y Bolivia.

    Con la idea de explotar todas las oportunidades que abre el
    sistema, más allá de los clientes directos, la empresa
    también ofrece el servicio prepago a grupos de afinidad.
    Bergenfeld asegura que su servicio puede considerarse como un valor
    agregado que las empresas le dan a sus empleados, o las tarjetas de
    crédito a sus clientes. “Tenemos convenios por los cuales los
    socios de American Express y Visa/Banco Provincia pueden acceder al
    sistema con descuentos y ahora estamos negociando con el
    Automóvil Club Argentino, que nos pidió que le armemos
    un plan especial que, si llega a buen puerto, sumará a
    Asist-Ley los 480.000 socios del ACA.”

    N. E.