La fuente del verdadero aprendizaje

    El verdadero aprendizaje requiere que las personas integren la

    teoría con la práctica, la conceptualización con

    la experiencia. Ello significa generalizar arrancando de situaciones

    particulares, y aplicar esta generalización a nuevas

    situaciones particulares.

    Para examinar debidamente el itinerario entre lo particular y lo

    general, primero será necesario analizar los niveles de

    generalización que puedan plantearse. Este análisis

    llevará a destacar la importancia de adoptar un enfoque

    sistémico y situacional, para comprender y valorar una

    realidad compleja y poder actuar positivamente sobre ella. A partir

    de ese enfoque pueden hacerse algunos comentarios vinculados a la

    literatura sobre management y a la actitud de ciertas personas.

     

    Niveles de generalización

    Supongamos que se plantea una pregunta general: ¿es

    conveniente o no aplicar Feedback 360° &endash;un modelo por el

    cual ciertos miembros de la organización son evaluados

    sistemáticamente no sólo por su jefe, sino

    también por sus clientes, pares y subordinados&endash; para la

    evaluación del personal? El cuadro 1 identifica posibles

    respuestas.

    Un análisis comparativo de las respuestas indica lo

    siguiente:

    • Las respuestas por sí o por no, sin agregado alguno,

      constituyen generalizaciones absolutas, completamente opuestas

      entre sí.

    • Las respuestas positivas con el agregado de “en general” o

      “excepto…” implican prácticamente lo mismo. Y esto

      también ocurre con las respuestas negativas que tienen esos

      agregados.

    • Si la respuesta depende del tipo de situación, de todos

      modos hay margen para generalizar, pues cabe identificar con

      carácter general los factores situacionales a considerar

      para definir si conviene o no aplicar Feedback 360°.

    • Si la respuesta depende de cada caso, ello puede significar

      que no corresponde hacer generalizaciones acerca de la

      conveniencia de aplicar Feedback 360°.

    Estas observaciones permiten distinguir tres niveles en cuanto al

    grado de generalización que puede tener una opinión.

    1 &endash; Generalización absoluta

    2 &endash; Enfoque situacional

    3 &endash; Negación de la generalización

    En un extremo, las respuestas por sí y por no, en

    términos absolutos, pertenecen al Nivel 1. En el otro extremo,

    la respuesta de que no se puede generalizar se ubica en el Nivel 3.

    La respuesta de que lo conveniente depende del tipo de

    situación corresponde al Nivel 2.

    Las respuestas positivas o negativas con el agregado de “en

    general” o “excepto…” constituyen un nivel intermedio entre 1 y 2.

    Aquí lo crucial es el alcance de las excepciones:

    • Si es muy limitado, la respuesta se aproxima al Nivel 1.
    • Si es muy amplio, la respuesta tiende a solaparse con el Nivel

      2.

    Muchas veces las personas hacen generalizaciones por medio de un

    lenguaje poco claro, que confunde o deja dudas acerca del nivel de

    generalización adoptado. Es recomendable cuidar este aspecto

    en aras de una buena comunicación.

     

    Enfoque sistémico y situacional

    En general, el conocimiento complejo demanda una gran dosis de

    enfoque situacional. La mayoría de las descripciones,

    valoraciones y prescripciones está condicionada por factores

    que intervienen o pueden llegar a intervenir en la situación.

    El management no escapa de este concepto general.

    El enfoque situacional está muy ligado al enfoque

    sistémico. Este último entraña visión de

    conjunto y comprensión de las partes que lo componen y de sus

    interrelaciones. La visión de conjunto alcanza no sólo

    al sistema objeto de análisis, sino también al

    macrosistema que lo enmarca. Lógicamente, cuanto más

    enfoque sistémico se tenga, más predisposición

    habrá para el enfoque situacional. Por ejemplo, si en un

    proceso de empowerment se toma debidamente en cuenta el estilo de

    liderazgo de la alta gerencia, se estará en condiciones de

    identificar características de autoritarismo que

    podrían aconsejar un proyecto menos ambicioso pero viable. En

    última instancia, el enfoque situacional es una consecuencia

    ineludible del enfoque sistémico.

     

    La literatura sobre management

    El enfoque situacional es clave para pulsar debidamente la

    abundante literatura que existe sobre management. Se trata de un

    temario complejo. Por lo tanto, probablemente sean pocas las

    generalizaciones absolutas que resulten válidas y

    también valiosas. Puede que existan muchas generalizaciones

    válidas, pero la mayoría de ellas son perogrulladas y,

    por lo tanto, no son valiosas.

    Al hablar de generalizaciones valiosas no se hace referencia tanto

    al valor intrínseco del concepto, sino más bien al

    valor agregado para la persona que lo recibe. En principio, este

    valor es distinto para cada persona y además cambia con el

    transcurso del tiempo. Hay conceptos que tenían valor agregado

    en 1950 pero hoy han dejado de tenerlo. Por ejemplo, decir que la

    motivación del personal es un factor clave de la

    productividad.

    Aun así, es acertado que un libro o artículo escrito

    en la actualidad incluya estos conceptos, por distintas razones:

    porque el texto está orientado a fijar conceptos

    básicos, porque resulta necesario establecer un marco de

    referencia para los conceptos más avanzados que siguen o para

    no distraer la atención con excepciones irrelevantes.

    Lo que no resulta correcto es el abuso que se observa en la

    literatura de management en materia de generalizaciones absolutas o

    cuasi-absolutas. Se trata de obviedades carentes de valor agregado; o

    lo que es peor, de exageraciones engañosas. Por ejemplo, decir

    que en las organizaciones modernas se acabaron las jerarquías.

    Algunas obras &endash;como las propuestas de tipo

    idealista&endash;normativo&endash; no caen en tal defecto, pero

    carecen del enfoque situacional correspondiente, en mayor o menor

    grado. Su contribución puede ser excelente: postulan modelos

    que deberían operar como brújula para el desarrollo

    organizacional, ofrecen herramientas para lograr el propósito.

    Sin embargo, en ciertos aspectos no ahondan en los factores

    situacionales; no analizan debidamente cuándo conviene y

    cuando no conviene intentar las intervenciones recomendadas.

    El cuadro 2 presenta preguntas que pueden ayudar a extraer lo

    valioso de la literatura de management.

     

    Actitudes y dificultades

    Desde la experiencia del trabajo en consultoría es posible

    observar cómo ciertas personas tienen dificultad para

    incursionar plenamente en el Nivel 2 de generalización, aunque

    se manejan cómodamente en el Nivel 3. Muchas de ellas son muy

    capaces para resolver positivamente los casos puntuales, sin

    explicitar la teoría &endash;generalización&endash;

    aplicada en cada uno. Pero si se pretende conducirlos hacia el Nivel

    2, se resisten. Entonces, a veces tienden a pegar el salto en el

    Nivel 1, apelando a determinada generalización absoluta o algo

    por el estilo. Por ejemplo, decir: “En esta empresa no se puede hacer

    nada”.

    Esta dificultad no atenta mayormente contra la resolución

    de problemas operativos. Tampoco impide contribuir al

    diagnóstico en los procesos de cambio organizacional. Al

    contrario, gran parte del diagnóstico primero debe nutrirse de

    la casuística correspondiente (Nivel 3). Sin embargo, en los

    procesos de cambio, cuando hay que sintetizar el diagnóstico

    para pasar al diseño, esas personas tienden a seguir dando

    vueltas con el historial detallado, y les cuesta construir

    conclusiones sintéticas.

    Hay quienes hacen hincapié en su experiencia como fuente de

    conocimientos y habilidades, y son proclives a desmerecer la

    teoría. Esto, en sustancia, es una generalización en

    contra de generalizar. De todos modos, esas personas son más

    teóricas que lo que suponen, porque el aprovechamiento de

    cualquier experiencia implica un cierto grado de

    generalización.