El cajero automático gigante

    ¿Por qué Hewlett-Packard pagó US$ 1.300
    millones por un negocio relacionado con las tarjetas de
    crédito?

    Pues bien: ha sido su arma para derrotar a IBM en el comercio
    electrónico.

    ¿Recuerda cuando extraer dinero en efectivo significaba salir
    corriendo al banco antes de que cerrara, a las tres de la tarde? Los
    cajeros automáticos son una verdadera bendición. Sin
    embargo, si Hewlett-Packard materializara sus deseos, esas
    máquinas de efectivo pronto también serán
    historia. Porque usted podrá bajar dinero directamente de la
    Internet. La red de computadoras del mundo se convertirá en un
    cajero electrónico gigante, cargado con hardware y software de
    Hewlett-Packard.

    ¿Significa que los billetes saldrán de su computadora
    de escritorio o de su portátil? Bueno, no es tan así,
    aunque Hewlett-Packard está trabajando para gestar el mejor
    producto del futuro: un pedazo de plástico que
    representará tanto efectivo como el que emita el Tesoro de
    Estados Unidos.

    Esta es la historia: el verano pasado, la empresa pagó US$
    1.300 millones por VeriFone, una empresa de Redwood City, California,
    que tiene 70% de las pequeñas terminales grises que utilizan
    los restaurantes, los hoteles y los centros de compras para verificar
    las tarjetas de crédito. Es un negocio en crecimiento
    – con un aumento de los ingresos de 30 veces en el transcurso
    de 11 años, hasta cerrar el ejercicio fiscal 1996 con ingresos
    por US$ 472 millones – , pero no muy rentable. Al menos, no lo
    suficientemente rentable como para que valga tres veces los ingresos.
    Pero Hewlett-Packard no buscaba mejorar sus resultados financieros,
    sino un punto de apoyo para el comercio por Internet. Alguien,
    algún día, ganará muchísimo dinero
    vendiendo el software para las transacciones on line.

    “Comprendimos que si alguien quiere hacer negocios por Internet,
    lo que necesita es una forma de mover el dinero”, explica Glenn
    Osaka, de 42 años, gerente general de la unidad extendida de
    negocios de la empresa. Osaka comenzó entonces a buscar la
    forma de promocionar las computadoras de la compañía
    como servidores para correr los sites que las empresas tienen en la
    Web. Y así fue como se le ocurrió que conseguir una
    porción del negocio del dinero electrónico
    podría ser mucho más importante para el futuro de
    Hewlett-Packard que vender algunas cajas más. “El negocio del
    hardware está sometido a una gran presión en cuanto a
    los márgenes; por lo tanto, debíamos convertir al
    software en una parte más significativa de nuestro negocio”,
    explica Richard Belluzzo, de 44 años, vicepresidente ejecutivo
    del sector computadoras de Hewlett-Packard y heredero forzoso de su
    CEO, Lewis Platt.

    Hewlett-Packard podría tener una verdadera mina de oro,
    pero primero tiene que conquistar a los bancos y a los minoristas.
    Sin embargo, hay un problema: a los bancos les interesa muy poco el
    negocio de la Internet. Sus sistemas mainframe no se comunican
    fácilmente con la Internet y reemplazarlos por sistemas
    cliente/servidor costaría mucho dinero, por lo que los bancos
    se resisten a hacerlo.

    Por otra parte, Hewlett-Packard no es el único sistema de
    comercio electrónico que está gestándose. IBM se
    ha convertido en su más feroz competidor y está
    desarrollando un método de pago para la Web que compite con el
    de HP. Pero, además, ha puesto en marcha el Integrion, un
    consorcio de empresas independientes cuyo objetivo es brindar
    servicios de banca hogareña. A la fecha ya hay 18 bancos
    – que representan 75% de los hogares que operan con la banca
    minorista – que están trabajando con IBM.

    Hewlett-Packard avanza paso por paso. Su primera meta es llevar a
    la Internet su negocio de autorización de tarjetas de
    crédito. Eso significaría que cualquiera que tuviera
    acceso a la Red podría aceptar la tarjeta de crédito
    que usted ofrece. Después de convertir a la Internet en un
    medio seguro para el crédito, la empresa tiene pensado hacer
    lo propio con el efectivo. Para lograrlo, necesitaría el mismo
    software de seguridad que utiliza para autorizar las tarjetas de
    crédito, junto con un pedazo de plástico del
    tamaño de una tarjeta de crédito con un cerebro
    incorporado: la tarjeta inteligente.

    Osaka sabe que el éxito no llegará de la noche a la
    mañana. Después de todo, se necesitaron 21 años
    para que la mitad de la población utilizara regularmente los
    cajeros automáticos. Pero hoy las cosas avanzan a un ritmo
    más acelerado y por delante hay un enorme negocio.

    He aquí cómo funcionaría el sistema de
    tarjetas inteligentes de Hewlett-Packard. Usted pondría en
    marcha su browser desde la máquina apropiada (una PC, un
    teléfono celular o, incluso, un teléfono
    público). Luego se conectaría con el site de su banco
    en la Web y haría correr su tarjeta inteligente por el lector
    de tarjetas de su PC. La tarjeta inteligente le informaría al
    banco su número de cuenta, su password y el resto de la
    información encriptada. Una vez logrado esto, usted
    estaría en condiciones de debitar dinero de su cuenta y
    acreditarlo en su tarjeta. Rápidamente, usted ha bajado
    efectivo.

    Supongamos que usted baja US$ 100 y que quiere comprar la revista
    Forbes en el próximo quiosco de diarios. Le entrega su tarjeta
    al encargado del quiosco, él la introduce en su propia
    computadora e inmediatamente ingresan US$ 4,95 a la cuenta bancaria
    del diariero, y el saldo de efectivo de su cuenta se reduce
    exactamente esa cantidad.

    Hewlett-Packard tiene de su lado a importantes jugadores. Para sus
    clientes de la actividad bancaria, la empresa está trabajando
    con Microsoft para cargar el software de VeriFone en el sistema
    operativo de la red Windows NT. Electronic Data Systems pondrá
    en marcha un servicio de red que ofrece el software de VeriFone.
    AT&T está considerando incorporarlo al software de su
    sistema de pago, llamado SecureBuy. Además, Hewlett-Packard
    está tratando de convencer a Microsoft y a Netscape de que
    incorporen el software de VeriFone a sus browsers.

    La empresa preferiría vender el software directamente, pero
    hará todo lo que esté a su alcance para ganar la
    primera batalla por la participación en el mercado del
    comercio electrónico. Si su sistema tiene aceptación,
    no sólo se va a dedicar a vender el software sino
    también los servidores y los lectores de tarjetas.

    HP y VeriFone están desarrollando un software que permite
    leer alrededor de seis programas de tarjetas inteligentes para
    almacenar datos en los chips. Entre los más importantes se
    encuentran Mondex, la subsidiaria británica de MasterCard, y
    VisaCash, el sistema de Visa basado en el lenguaje Java.

    Hewlett-Packard tiene planeado difundir los beneficios del
    comercio electrónico entre todos los comerciantes que ya
    utilizan el servicio de tarjetas de crédito de VeriFone. Las
    tarjetas inteligentes podrían brindar a estos comerciantes
    información no confidencial sobre los compradores:
    dirección, ocupación, millas de los planes de viajero
    frecuente. También podrían ayudarlos a ganar dinero.
    Por ejemplo, Macy´s podría ahorrarse parte de la
    comisión que hoy paga a MasterCard si ofreciera dividir la
    diferencia con aquellos clientes dispuestos a utilizar la tarjeta
    inteligente en lugar de su tarjeta MasterCard.

    Pagar a través de la Web tiene, sin embargo, un gran
    problema: la seguridad. Los comerciantes no pueden ver a los clientes
    que ingresan al shopping mall virtual y, en consecuencia, no pueden
    ver la culpa reflejada en sus rostros ni las firmas que no coinciden.
    A la vez, los clientes no pueden estar seguros de que el comerciante
    es quien dice ser y no algún ladrón.

    Para resolver este problema, MasterCard y Visa han definido una
    norma conocida como transacciones electrónicas seguras (SET,
    sigla del inglés secure electronic transactions). Con el
    sistema SET, el banco con el que usted opera asigna un certificado
    digital a cada una de las partes de una transacción. El
    certificado asegura que el comerciante y el cliente son quienes dicen
    ser, sin tener que revelar el número de tarjeta de
    crédito del cliente.

    Toda esa seguridad devora muchísimo tiempo de
    transmisión. Hay por lo menos una demora de 50 segundos entre
    la presentación de la tarjeta y la terminación de la
    transacción, una desventaja que podría desalentar a las
    personas interesadas en usar las herramientas de comercio
    electrónico de Hewlett-Packard para hacer sus compras
    vía Internet. El software de VeriFone también funciona
    con otro protocolo – menos seguro – que no se ve afectado
    por un tiempo de demora y que se conoce con la sigla SSL (del
    inglés secure socket layer). A pesar de que todavía se
    sigue utilizando, es evidente que comerciantes y banqueros
    optarán por el sistema que les ofrezca mayor seguridad, aun a
    costa de una menor velocidad de transmisión. Pueden sacarlo
    adelante cobrando un mayor precio por los servicios alternativos de
    pago.

    No es difícil adivinar, entonces, que se va a gastar mucho
    dinero en la instalación del sistema, que para un gran negocio
    minorista puede representar una inversión inicial de US$ 1
    millón. Killen & Associates, empresa de
    investigación de mercado dedicada a rastrear el comercio
    electrónico, predice que para el año 2000 los bancos de
    todo el mundo van a gastar anualmente US$ 5.000 millones en
    infraestructura para adaptar sus sistemas mainframe legacy, que en su
    mayor parte fueron provistos por IBM, a la Internet. Cuando esto
    ocurra, la demanda de los sistemas cliente/servidor aumentará
    también.

    A eso apuesta Osaka. “IBM – dice – fue el gran
    constructor de la vieja infraestructura de pago. Nosotros somos los
    constructores de la nueva infraestructura. Habrá que pensar en
    nosotros como la IBM de la próxima década.” IBM, por
    supuesto, tiene otros planes, pero precisamente de eso se trata el
    negocio actual de la alta tecnología: nadie tiene un nicho
    seguro.

    Nikhil Hutheesing

    © Forbes / MERCADO