Tengo una regla corroborada por más de 30 años dedicados
a la alta tecnología. Es muy simple: “Lo que puede hacerse se hará”.
Igual que ocurre con una fuerza natural, es imposible detener la tecnología.
Encuentra la manera de abrirse paso independientemente de los obstáculos
que la gente ponga en su camino.
La belleza de esta regla es que puede usarse para analizar el futuro.
Todo lo que necesitamos es recordar lo que ya puede hacerse:
Toda la información puede expresarse digitalmente.
Toda la información puede transmitirse en forma digital.
Toda la información puede almacenarse en forma digital.
Si todo esto puede hacerse, dice la regla, se hará. Lo que significa
es que la creación digital y el despliegue de información
prevalecerán sobre las restantes formas de comunicación &endash;la
telefonía, la teletransmisión&endash; en el lugar de
trabajo y también en nuestra vida personal. El despliegue digital
también subsumirá todas las restantes formas de almacenar
información (las bibliotecas &endash;públicas o privadas&endash;,
los registros profesionales, el álbum de fotos).
Hay muchas razones que sugieren que hemos tomado el rumbo correcto:
la información digital estará con nosotros para siempre.
No se deteriora y requiere escasos medios materiales. Está en sintonía
con un mundo inundado de información, pero con limitados recursos
materiales. Es de bajo costo y, en consecuencia, se presta adecuadamente
para la creación, la transmisión y la utilización
de la información. La información digital no tiene fronteras
y es compatible con la tendencia hacia una única comunidad global.
Es instantánea, coherente con el ritmo de la época: veloz,
muy veloz, acelerado.
El avance hacia este nuevo medio digital tendrá lugar de adentro
hacia afuera. Comenzó hace 15 años dentro de la industria
de la computación, cuando las mainframes &endash;el paradigma
de la computación&endash; fueron reemplazadas por las PC de
bajo costo y gran volumen. Ha derribado las fronteras de la industria de
la computación y hoy está golpeando las puertas de la industria
de las comunicaciones. En este caso, la transformación significa
pasar de las redes conmutadas a las redes con conmutación de paquetes,
de bajo costo y gran volumen.
Las primeras olas del cambio ya han sacudido a la industria de los medios
y en este caso también las transformaciones serán igualmente
profundas. La creación y difusión de la información
en los medios editoriales y en las teletransmisiones han sido el resultado
de costosos y complejos equipos de transmisión y máquinas
de imprimir. Esto, sin embargo, cederá paso a las comunicaciones
de bajo costo, gran volumen, instantáneas y fuertemente personales.
La próxima parada puede ser la atención médica,
en la que el mundo digital también aportará su gran experiencia
a bajo costo y en gran volumen. Asimismo, la información digital
tiene el poder como para dar vuelta la educación.
El cambio ha sido el rumbo del mundo, pero lo que estamos enfrentando
hoy es un mundo digital que trae un feedback positivo al proceso de cambio
en sí. A medida que la información digital se convierta en
el medio para realizar el cambio, seguramente se acelerará. El cambio
se alimenta a sí mismo; los procesos se aceleran. La reestructuración
de la industria de la computación llevó 15 años. La
de la industria de las comunicaciones puede llevar menos de 10, y la de
los medios puede llevar aun menos. Nada de esto va a ser fácil:
la destrucción creativa de Schumpeter, pero en tiempo de Internet.
Pero no tenemos opción. Debemos enfrentarlo. Porque lo que puede
hacerse, se hará.
© Forbes ASAP / MERCADO
(*) Andrew S. Grove es CEO de Intel. Nació en Hungría
en 1936 con el nombre de Andras Grof. Huyó de su patria en 1956
durante la represión soviética a la revolución húngara.
Es autor de Only the paranoid survive.