Respuestas para llamadas urgentes

    Un negocio en expansión, una gran área de cobertura
    y la necesidad de un soporte tecnológico que respaldara la
    operación en 100% fueron los componentes de una
    ecuación tecnológica-empresaria que debió
    resolverse en tiempo récord.

     

    La situación no es nueva y de hecho ya había una
    empresa que cubría ese nicho, pero la alternativa obvia de
    copiar lo ya elegido por el sector fue dejada de lado para asumir el
    riesgo de una innovación que se consideraba más
    prometedora. La decisión permitió contar hoy con el
    beneficio de un sustento tecnológico diferenciador.

    Eduardo Julio Massa, jefe de Tecnología y Servicios de
    Unifón, explica los resultados del proceso a partir de su
    aspecto más visible : “Hay algo que es muy evidente con
    sólo recorrer el edificio: no hay gente transpirando, nerviosa
    o corriendo. Eso significa organización. Porque estamos
    hablando de una empresa que creció en un año y medio
    más de lo que debería haber crecido en cinco
    años y para eso tiene que haber una buena organización,
    que involucra una buena tecnología”.

    El director de Sistemas de la empresa, Pablo Harttig, relata la
    breve e intensa historia. “Esta compañía nació a
    fines de 1994, para dar servicio de telefonía celular al
    interior del país. En mayo de 1995 se creó la
    dirección de Sistemas. Teníamos una cosa muy clara: en
    marzo de 1996 teníamos que salir a dar servicio y cumplir con
    todas las condiciones del pliego, lo que requería dar
    cobertura a toda ciudad de más de 550 habitantes. Estaba
    detrás el nombre de Telefónica de Argentina y, por lo
    tanto, era preciso asegurar un alto nivel de calidad desde el
    principio. Empezamos a buscar sistemas de gestión para un
    negocio que no teníamos completamente definido, no
    sabíamos cómo íbamos a facturar, ni cómo
    íbamos a cobrar, ni cómo iba a reaccionar un mercado
    del interior que no había sido sometido a la competencia
    (sólo estaba CTI, instalada dos años antes).”

    “Elegimos un sistema de gestión que estaba montado sobre
    plataforma Unix, corriendo sobre Sun. Pero teníamos muchas
    dudas. Nosotros empezamos a funcionar en agosto del ´94 y Sun se
    estableció en la Argentina dos meses después. Y la
    tercera pata del proyecto, que era TYSSA, también
    comenzó a operar en esa misma época. Todos
    éramos nuevos.”

    “Sun como marca era intachable pero, ¿qué pasaba
    con Sun Argentina? ¿Qué soporte post-venta íbamos
    a tener si Sun Service no estaba en el país?”, señala
    Massa. “La verdad es que fuimos en buena medida los responsables de
    que se adelantara la llegada de Sun Service al país. Una vez
    que se garantizó el soporte técnico en la Argentina, se
    allanó todo el camino.”

    Horacio Lampe, de TYSSA (Telecomunicaciones y Sistemas), que
    asumió el papel de integrador, reconoce que éste fue
    también un enorme desafío para su entonces
    recién nacida empresa. “En octubre empezamos las negociaciones
    con los primeros pliegos, el 26 de diciembre estaban las
    máquinas en viaje, se empezó la instalación el
    15 de enero y el 20 de enero estaban los equipos funcionando.”

    Massa completa la descripción: “El sistema del que
    estamos hablando no es sólo el de facturación, sino de
    administración de clientes, y llega hasta las centrales
    telefónicas en línea, con una tecnología de
    administración de redes de telefonía que sólob
    se había probado experimentalmente en Canadá”.

    El proyecto partió con una serie de premisas con
    respecto a la tecnología que otras empresas celulares no
    tenían, con un planteo de interconexión con las redes
    celulares directas. Lo cual resultaba de importancia
    estratégica en vista de las grandes extensiones
    geográficas que debía cubrir la empresa y las
    consiguientes dificultades con las numeraciones, por el cambio de
    prefijos. “No podíamos salir con teléfonos preasignados
    y con esto ganamos mejor administración del stock, más
    seguridad y la posibilidad de otorgar altas inmediatas, que en otras
    compañías requieren un proceso que lleva no menos de 24
    horas”, señala Harttig.

     

    Para domir tranquilos

    Esteban Alvarez-Ponte, de Sun Microsystems, señala que
    “nosotros tuvimos que poner a andar nuestro hardware con una
    aplicación de una tercera compañía, que nos daba
    comunicación entre dos equipos grandes (al principio dos 2000
    y actualmente dos 6000) que permitiera que, en caso de que se cayera
    una máquina, la otra tomara todas las direcciones IP y que,
    por lo tanto, para las sucursales del interior y para cualquier
    cliente esto fuera transparente. Se trataba, en definitiva, de
    brindar alta disponibilidad”.

    Harttig destaca, además, la importancia de la
    escalabilidad para misión crítica. “Era difícil
    hacer pronósticos sobre la evolución del negocio. Para
    el primer año se esperaban 16.000 clientes y se suscribieron
    40.000. Hoy estamos en 134.800.” En esta materia, Sun y TYSSA
    obtuvieron un logro notable en soporte y escalabilidad.

    “Ciertamente, tener un proveedor y una tecnología que
    nos acompañe para soportar esta plataforma es bastante
    importante. Esto se demostró cuando hicimos la
    migración al los 6000. No tuvimos que dar de baja equipos y
    nuestro proceso fue continuo y sin impacto en nuestro negocio. Esa,
    para nosotros, es la receta para dormir tranquilos.”

     

    Final de riesgo, final feliz

    Massa sintetiza con sencillez las premisas que aseguraron el
    éxito del proyecto. “Asumimos el riesgo en todo sentido; no
    seguimos lo que hizo Telefónica. No nos guiamos por lo que
    hicieron nuestros socios ni por lo que hizo la competencia. Miramos
    el mercado, realizamos un estudio con profesionales serios y lo
    defendimos a capa y espada, interna y externamente.”

    Lampe, de TYSSA, confirma esta filosofía. “Esto fue
    realmente distinto. Porque en empresas como la nuestra, que forma
    parte de

    un grupo, donde hay algunos ítem que son corporativos, como
    los sistemas abiertos, hay que tener en cuenta que Sun no
    tenía presencia en el grupo Telefónica. Por lo tanto
    era jugarse, tanto TCP-Unifón, como TYSSA, como Sun. Porque
    éramos nosotros los que teníamos que dar la cara y
    recibir los cachetazos o los aplausos. Por suerte, fueron aplausos.”

    Para Harttig, “el otro factor diferencial es que,
    después de buscar el mejor sistema y el servicio que lo
    respalde, después de comprar y firmar los contratos,
    después de negociar los precios, hemos llegado a ser,
    realmente, socios tecnológicos. Pero no en el sentido
    más trillado de la frase. Esto quiere decir que no peleamos
    más por la plata y tiramos todos para adelante. Si no lo
    hubiéramos hecho así desde octubre hasta marzo, nunca

    hubiéramos puesto en marcha la compañía. La
    reflexión es sencilla: cuando uno tiene que hacer convenios
    con proveedores, es mejor matarse en el momento de definir las
    especificaciones, con el sombrero de negociador puesto, todo por
    escrito y todas las reglas claras. Después, trabajemos
    juntos”.

    Alvarez-Ponte agrega que “es muy importante destacar que,
    así como detrás de Sun Argentina está nuestra
    organización internacional, detrás de TCP-Unifón
    y de TYSSA está Telefónica. Ese respaldo es
    fundamental, pero las empresas las hacen las personas y eso fue lo
    que más contó en este proyecto. Personas que,
    independientemente de su formación, estaban muy preparadas
    para enfrentar nuevos desafíos. No todos tenían
    experiencia específica en estos sistemas o en este negocio,
    pero todos fueron capaces de adaptarse a los cambios y de evaluarlos.
    Dada la situación inicial de la compañía, era
    mucho más fácil y conformista tomar una solución
    que ya estaba andando y estaba probada (aunque no fuera totalmente
    satisfactoria) en las otras compañías del mercado. Lo
    notable es que los ejecutivos de TCP-Unifón asumieron los
    distintos riesgos, con mucha cintura”.

    Acerca de las decisiones de riesgo, Horacio Lampe, de TYSSA,
    explica que “en ese momento, elegir entre HP o Sun podía
    parecer trivial. Los dos son buenos. Pero en ese momento, con la
    perspectiva de los tres meses siguientes y lo que hubo que crecer,
    esa elección fue decisiva”.

    Harttig ratifica que “Sun Service en la Argentina existe y

    da muy buen servicio. Aunque lo hemos necesitado en muy pocas
    ocasiones, fundamentalmente para los upgrades (actualizaciones a
    nuevas versiones), hoy estamos convencidos de que hicimos una buena
    elección”.

    En definitiva, las bases del éxito de Unifón,
    según sus propios protagonistas, consistieron en la
    contratación de personal de primer nivel, presión y
    competencia sobre los posibles proveedores hasta firmar un contrato
    con todas las exigencias (en particular soporte técnico) y, a
    partir de allí, un compromiso de asociación y
    empeño en el trabajo sin que intervengan cuestiones
    comerciales. Detrás de todo ello estuvo, finalmente, la
    actitud de elegir y decidir asumiendo riesgos gerenciales.

    Fabián García

     

     

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