“Este es el gran secreto que guardan los argentinos para el
mundo”, dijo Greg Harney, director de la entidad organizadora de los
Juegos Panamericanos, cuando visitó Mar del Plata por primera
vez. Pese a las dificultades, la ciudad se alza con personalidad y
fuerza propia, reasume su destino y busca concretarlo en
términos de competitividad y desarrollo económico,
social y cultural.
El esfuerzo involucra iniciativas singulares, como una
campaña de marketing específicamente diseñada
para devolverle su esplendor. La investigación encarada para
respaldar la acción indica que 29% del público
argentino la elige como su destino turístico preferido, por
encima de Carlos Paz, Punta del Este, Pinamar y Bariloche.
La historia de Mar del Plata se remonta a 1747, cuando la
Compañía de Jesús fundó, a orillas de la
Laguna de los Padres la misión de Nuestra Señora del
Pilar. Casi cien años después, Coelho de Meyrelles, en
representación de un consorcio
brasileño-portugués, estableció allí un
saladero que daría nacimiento al pueblo Puerto Laguna de Los
Padres. En 1873 Patricio Peralta Ramos compró el saladero y
las tierras aledañas y gestionó ante el gobierno de la
provincia el reconocimiento del pueblo, al que pidió llamar
Mar del Plata. Poco después, en 1879, se fundó a su
alrededor el partido de General Pueyrredón.
Pero Mar del Plata adquirió definitivamente
carácter de ciudad en 1907, dos décadas después
de la llegada del ferrocarril y 15 años antes de la
fundación del puerto. Y su vocación turística se
selló en 1938, con la inauguración de la ruta 2.
La ciudad cuenta hoy con 660.000 habitantes permanentes, y
atiende las demandas de más de un millón y medio de
personas en temporada alta y de casi tres millones de visitantes
anuales.
Detrás del negocio turístico, Mar del Plata
despliega, además, un escenario económico
multifacético. Es el primer puerto pesquero del país,
con una extracción de más de 450.000 toneladas de peces
y mariscos, lo que equivale a más de un tercio de lo que
produce la actividad en la Argentina. Cuenta también con un
cinturón hortícola muy importante. Produce granos y
carnes, y desarrolló, a partir de su producción
primaria, una industria procesadora de alimentos de importancia
nacional e internacional. A lo que hay que sumar las plantas
metalmecánicas especializadas en maquinaria para la industria
alimentaria, como envasadoras, cerradoras, freidoras, lavadoras
automáticas y equipos de refrigeración.
En total, su producto bruto suma unos $ 3.300 millones, de los
cuales 75 % proviene del sector terciario (ante todo,
turístico), 18% de la industria manufacturera y 7% de
actividades primarias. Mar del Plata también exporta: casi US$
400 millones en el último año, de los cuales 93% se
origina en la actividad pesquera.
“Pero no hay que olvidar que todo esto tuvo su origen en la
enorme y concentrada demanda turística de temporada alta. El
turismo definió y sigue definiendo el perfil de la ciudad”,
advierte Elio Aprile, intendente de Mar del Plata. “Algo más
de la mitad de la población ha venido a instalarse desde otras
partes del país y del extranjero: tenemos 60 comunidades
nacionales. Esto le confiere a la ciudad el carácter
cosmopolita y diverso que tanto atrae a los turistas y a sus propios
habitantes, pero que impone también un permanente
desafío de renovación y de coordinación de
esfuerzos.”
En esa diversidad tradicionalmente relacionada con el mar, la
playa y el esparcimiento encuentra la ciudad sus rasgos más
fuertes. Más de 1.500 establecimientos gastronómicos
matizan una oferta que oscila entre el refinamiento y la comida al
paso. Casi 700 hoteles recorren también una amplia gama de
opciones, desde los cinco estrellas, como el Costa Galana y el
Sheraton, hasta las variantes más rústicas y sencillas,
pasando por los apart, las hosterías y los hoteles gremiales,
hoy remozados y abiertos al público. Un total de 61.500 plazas
para todos los gustos y presupuestos.
El actual intendente, un joven dirigente radical y profesor
universitario, lleva adelante una gestión abierta a la
consulta y la participación de la ciudadanía y
particularmente concentrada en resolver los principales
déficit de la región. Al iniciar su mandato, en 1996,
Aprile realizó una consulta popular inédita: propuso un
programa de 25 obras y solicitó el apoyo de la
población para un aumento de $ 4 mensuales en el impuesto
municipal.
“Muchos de mis colegas me trataron de loco”, recuerda ahora,
“pero 60% de la población aceptó pagar más, y de
ese modo, por decisión ciudadana, se puso en marcha el plan de
obras, que incluye pavimentación, iluminación,
ampliación y renovación de espacios verdes, cloacas,
desagües, forestación y mejoramiento de las playas y las
plazas, todo lo cual generará, por cierto, alrededor de 6.000
puestos de trabajo”. Para una segunda etapa “pero siempre antes del
2000, vamos a descentralizar las funciones municipales, siguiendo los
modelos de Barcelona o Córdoba, mediante una serie de
municentros que serán no sólo entes municipales
tradicionales, sino centros culturales y vecinales”.
Convocar y coordinar
Por su parte, el Ente Municipal de Turismo (Emtur)
inició una fase de actividad profesionalizada y
autónoma dirigida a desarrollar un plan de trabajo acordado
con las organizaciones de nivel intermedio que representan al
conjunto de los sectores de la población. “Transformamos el
directorio del Emtur, incorporando representantes de las 16
principales cámaras de la ciudad, el Concejo Deliberante, la
CGT y la Universidad, lo que da continuidad a la plana directiva,
porque, más allá de los cambios de funcionarios, la
totalidad de las instituciones representadas seguirá
perteneciendo al organismo. Así, en el directorio se realiza
un permanente proceso de negociación entre los diversos
sectores de la ciudadanía y las decisiones se toman por
consenso. La pérdida de poder de decisión del
funcionario tiene la gran ventaja de que todas las medidas reciben el
apoyo de los representados, porque fueron tomadas en forma conjunta”,
explica Carlos Patrani, presidente del Ente.
“Para orientar esas decisiones hemos encargado un estudio de
demanda potencial que nos permita definir cuáles son los
atractivos que busca el turista argentino, hoy bombardeado por una
amplia demanda nacional e internacional. De este modo, lo que se pone
en marcha pertenece de inmediato a la población en general, no
a este o aquel gobierno”, razona Patrani. “Empieza a haber una
conciencia clara de la pertinencia y la necesidad de los acuerdos, de
la construcción de proyectos comunes y de su puesta en
práctica mediante un trabajo colectivo.”
Entre los proyectos del Emtur se destacan la
remodelación de Playa Grande, la mejora de la
prestación de servicios en todas las playas, incluida su
iluminación; la remodelación del Paseo Costero, la
expropiación y demolición de la manzana ubicada tras el
Casino, que se parquizará por completo; la
privatización del Hotel Municipal, que se transformará
en un centro de convenciones, y el rescate de las playas
aledañas al puerto.
Sorprender al turista
Todo se encuadra en el marco de “dos esfuerzos de
interés ciudadano: la promoción del turismo de
temporada baja, no sólo de vacaciones sino también de
fin de semana, que está creciendo y que se potenciará
cuando se complete la autopista, con lo cual estaremos a tres horas
de Buenos Aires, y la promoción de nuestra ciudad como centro
de congresos y convenciones. No hay que olvidar que tenemos 63.000
camas hoteleras y 250.000 extrahoteleras que durante unos ocho meses
exhiben una capacidad ociosa de más de 60%”, dice Patrani.
La ciudad se encuentra, además, comprometida en un
proceso de recategorización de sus hoteles, “para poner
nuestra oferta de acuerdo con los cánones internacionales: es
mejor no prometer en exceso y que el turista se sorprenda”,
argumenta.
La preocupación general por mejorar la calidad de los
servicios es el tema de conversación y acción
más común de los marplatenses. No constituye
sólo un proyecto de gobierno, sino el objetivo de toda la
población. En comercios, restaurantes, taxis y
panaderías el visitante percibe la misma vocación:
prepararse e innovar para atraer gente durante la temporada baja y
los fines de semana, y para garantizar que quien llegue quiera
volver.
El esfuerzo también apunta a la resolución del
problema que más angustia a la ciudad, el desempleo, que
alcanza a “casi 24%, sin contar a los subempleados”, reconoce el
intendente. “Es que tenemos una masa importante de trabajadores
temporarios, que durante ocho meses al año no tienen
actividad. Por eso también estamos coordinando los esfuerzos
de la comunidad para desarrollar la microempresa y la pequeña
y mediana industria, especialmente en el área de alimentos.”
Puerto postergado
En cuanto al puerto, “ha sido olvidado por el Estado
argentino”, dispara Ricardo Polverino, presidente del Consejo
Empresarial, formado por las cámaras textil, de armadores de
buques de altura, de industriales del pescado y de supermercados y la
asociación de hoteles, la sociedad rural y el centro de
constructores. “Todavía no tiene un ente autónomo que
pueda gerenciarlo por su cuenta, como la mayor parte de los grandes
puertos del país. Sigue dependiendo de la Dirección
Provincial de Puertos, con lo cual sus directivos no tienen poder de
decisión. Como consecuencia, está virtualmente muerto,
cuando podría ser uno de los puertos oceánicos
más importantes del país, si no el mayor”, argumenta
Polverino. “No es posible que nuestras exportaciones de pescado
tengan que salir por Buenos Aires.”
No todo anda mal, sin embargo. La Comisión Mixta de
Defensa del Puerto tiene hoy dos representantes en la
dirección; la provincia está realizando un Plan Maestro
para la transformación del puerto; el Consejo Empresario,
financiado por la Municipalidad, contrató una consultora para
realizar un estudio de mercado potencial, y el intendente se ha
puesto al frente del movimiento de defensa de la autonomía.
Ventajas comparativas
Tras recibir una municipalidad endeudada en US$ 42 millones,
“durante 1996 nos dedicamos a pagar las deudas y a refinanciar
ciertos préstamos”, relata el intendente Elio Aprile
.”Renegociamos el contrato de recolección de basura y ahora,
con el mismo proveedor, estamos pagando la mitad. También
pusimos a valer la empresa de vialidad, que hoy es la más
solvente de la provincia y acaba de incorporar maquinaria por valor
de US$ 11 millones. Terminamos el ´96 en negro y así pudimos,
en 1997, plebiscito impositivo mediante, dedicarnos a hacer obra
pública. Tengo que decir que esto sólo es posible
porque los marplatenses aceptaron pagar más impuestos y porque
han hecho crecer el índice de cobrabilidad de 45% a 64% en un
año: algo heroico en épocas de recesión para las
mayorías”, reconoce.
“Las 25 obras para las que se le pidió a la gente el
aumento impositivo están hoy empezadas, terminadas o
licitadas. Esto no sólo generó nuevas realidades
materiales, sino también un efecto mimético. Así
como una ciudad y una administración decadentes generan
actitudes decadentes y espantan las posibilidades de
inversión, una ciudad que resurge se torna atractiva para sus
habitantes y para los posibles inversores”, explica Aprile.
“Esto convocó un proyecto colectivo, que consiste en
transformar a Mar del Plata en la ciudad más pujante del
país para comienzos del siglo. Una ciudad con prestigio
recuperado, con alta calidad de vida, que no aplaste a la gente que
vive en ella pero amplíe el vigor de su industria
turística y la haga compatible con sus posibilidades
académicas y con el desarrollo de sus otros focos
industriales: la producción primaria y secundaria de alimentos
y la industria en general. Toda la infraestructura que está
haciendo la Municipalidad apunta en ese sentido: tanto la mejora de
las salidas viales, turísticas y comerciales como las obras
que permitirán que la totalidad de la ciudadanía tenga
cloacas y agua potable a fin de siglo.”
Aprile destaca las ventajas comparativas de la ciudad:
“Somos el destino turístico más importante y mejor
equipado de la Argentina; el mayor productor pesquero del país
y el primer productor hortícola nacional; tenemos un puerto
oceánico de aguas profundas que puede dar salida
atlántica a todo el centro del país; estamos
comunicados por carretera y por ferrocarril hacia tres de los cuatro
puntos cardinales; somos una ciudad de tamaño intermedio y
contamos con dos universidades, una nacional y una privada, con lo
cual tenemos también capacidad de formación de recursos
humanos y de producción de conocimiento, lo que nos da la
posibilidad de montar una industria procesadora de alto valor
agregado”.
Pequeños socios
El eje de la política productiva del Partido de General
Pueyrredón pasa por fomentar la radicación de nuevas
inversiones y cuidar las existentes. “Desde la Secretaría de
Producción tratamos de llevar adelante acciones conjuntas con
los empresarios, brindamos cesiones en el parque industrial,
exenciones de los impuestos municipales y apoyo a la creación
de microemprendimientos”, afirma Juan Darío Sócrate, a
cargo del organismo.
La secretaría organizó en junio una
misión comercial a San Pablo, en la que participaron diez
empresas. La industria de la alimentación fue mayoritaria,
“porque es el frente que hay que desarrollar en Mar del Plata:
tenemos el sector de producción primaria más importante
del sudeste bonaerense, y la demanda de alimentos crece en el mundo
entero”, explica Sócrate. “Por eso, también
participamos en el Salón de la Alimentación del
Mercosur, en Buenos Aires. Toda esta actividad está destinada
a promover el desarrollo de la pequeña y mediana empresa, que
es la única que puede generar empleo para los 50.000
desocupados que tiene el partido, muchos de los cuales migran hacia
el conurbano de Mar del Plata”.
“Fomentamos las asociaciones, porque las Pymes tienen
que unir sus recursos si buscan fortaleza económica y volumen
suficiente para competir en la Argentina y, sobre todo, en el
exterior”, explica. Un ejemplo de esto es el Proyecto Góndola,
a través del cual ocho pequeños productores de
delicatessen conformaron una Agrupación de Colaboración
para la Venta, destinada a colocar sus productos en las cadenas
locales de supermercados. De ese mismo proyecto forma parte la
creación de una cooperativa de fabricantes de dulces y la de
un Centro de Apoyo a las Pymes desarrollado por el Instituto de
Desarrollo Empresarial Bonaerense, las cámaras empresarias y
la Universidad.
“Tenemos otros cinco programas funcionando. Uno de
promoción industrial, que contempla preparar la
infraestructura de servicios del parque, abrir la posibilidad de
cesión gratuita, aplicar la coadministración entre la
Municipalidad y los industriales, y generar alternativas de
radicación fuera del parque; en el puerto, por ejemplo. Hay un
segundo programa de seguimiento de microemprendimientos, dedicado
especialmente a seguirles la pista a los empresarios relevados en
nuestra base de datos, única en la provincia. Fomentamos,
además, la creación de microemprendimientos mediante la
exención, por un año, de las tasas municipales.
Completamos la tarea consiguiendo becas para capacitación en
distintas instituciones educativas”, señala el secretario.
“Con respecto al desempleo, realizamos un censo voluntario
para conocer el perfil de los desocupados. Se inscribieron 9.000,
casi 20% del total. Así tenemos una idea de quiénes son
y podemos realizar una tarea de intermediación: mandamos a los
trabajadores que cumplen con el perfil pedido, y así se
generaron 350 puestos de trabajo en menos de un año. Algo es
algo.”
“Por último, estamos conformando el Corredor Productivo
del Atlántico, destinado a fomentar la producción
primaria no tradicional. Haremos producción de cerdo magro,
miel y horticultura orgánica.”
Un manantial de negocios
Torre de Manantiales es uno de los emprendimientos pioneros de
la nueva hotelería marplatense. Diez años atrás
se convirtió en el primer gran apart hotel de la ciudad. “Lo
construimos pensando en satisfacer dos necesidades: más
comodidad y períodos de vacaciones más largos”, dice
Hernán Lombardi, presidente de la empresa.
Se apuntó también a fortalecer un mercado
decisivo, el de congresos y convenciones, ofreciendo salones
más amplios y luminosos, comodidad para el trabajo y
esparcimiento: “elegante sport, ése es nuestro
posicionamiento”, explica Lombardi.
Al apart de 32.000 metros cubiertos con 700 camas
distribuidas en 224 apartamentos, se suman Manantiales Villa Gainza
Paz, una antigua mansión en el barrio Los Troncos destinada a
convenciones; Manantiales Club de Mar, ocho hectáreas al sur
del faro, en la zona de mayor desarrollo del turismo de alto nivel, y
el Spa de Mar Manantiales, “nuestra propuesta para el turismo salud:
ambos sin igual en Argentina, por la variedad de su oferta, porque
están rodeados de verde y de tranquilidad, y por la calidad de
sus servicios”, sostiene Lombardi. “Además, el 15 de noviembre
inauguramos un nuevo salón para grandes congresos.”
Durante las vacaciones de invierno, los fines de semana
largos, Semana Santa y los meses de enero y febrero “Manantiales se
convierte en una especie de crucero: hay actividades recreativas y
culturales de todo tipo, para grandes y chicos, desde las 9 de la
mañana hasta las 3 de la mañana siguiente. Distribuimos
un Manantiales News todos los días, para que la gente pueda
elegir”, señala Lombardi.
“Muchas veces nos equiparan con los Club Med, pero
además de los deportes, algo típico de los Med,
tenemos actividades culturales: hicimos, por ejemplo, un festival
Mozart en el Club de Mar, con gente del teatro Colón. Tenemos,
incluso, una isla de edición, donde hacemos nuestras propias
publicidades y se elaboran videos de regalo para los pasajeros.”
En temporada baja Manantiales se dedica intensamente a los
congresos y convenciones, incluyendo la gastronomía y el ocio
de los participantes: “En cuatro años realizamos casi 500
eventos, y en 1996 concentramos 50% de los que tuvieron lugar en Mar
del Plata”, afirma el empresario. “Es cierto que ahora tendremos que
contar con la competencia del Sheraton, además del Costa
Galana, pero seguimos siendo líderes. Logramos un promedio de
ocupación de 45% en temporada baja, con más de 90% en
los meses de verano”.
Hay, además, un perfil comunitario del que la empresa
se enorgullece. Lombardi es presidente ad honorem de la Casa de Mar
del Plata. “También formamos parte de la comisión que
recuperó el Festival de Cine de Mar del Plata, cuya segunda
edición comienza el 13 de noviembre y para el que esperamos
aún más gente que el año pasado”, se entusiasma
Lombardi.
Delfines y caimanes
A cuatro años de su fundación, el Aquarium de
Mar del Plata ha logrado constituirse en una de las atracciones clave
de la ciudad. Con 10 hectáreas íntegramente parquizadas
sobre la playa, alberga un acuario con más de 300 ejemplares y
cerca de 20 especies diferentes. Ofrece, además, dos
espectáculos con lobos marinos y delfines y un cine
tridimensional para 300 personas.
“La empresa auspicia una fundación dedicada a la
recuperación de animales marinos en peligro: rescatamos
pingüinos empetrolados, lobos marinos y delfines heridos. Los
atendemos hasta que se reponen, los marcamos y, si es posible, los
devolvemos al mar”, cuenta Fernando Mumare, gerente general del
complejo. Todo esto se financia con la facturación anual de $
36 millones que, en invierno, se sostiene sobre todo con las visitas
guiadas para escolares.
“Tenemos un plantel estable de 200 empleados, que en verano
casi se duplica. En temporada nos visitan unas 10.000 personas por
día. En invierno la cifra se reduce a la mitad”, explica
Mumare.
“No dejamos de cambiar. Estamos preparando un nuevo
espectáculo de esquí acuático y habilitaremos un
espacio especial con caimanes del Mississippi. Si no presentamos una
novedad cada año, el negocio se para. De hecho, estamos
tratando de ampliar la superficie; queremos duplicarla.”
Una industria símbolo
Havanna nació en 1948, fundada por tres socios
porteños y marplatenses, y dedicada desde un comienzo a la
fabricación de alfajores. Diez años después, la
firma adquirió dos fábricas importantes y se
convirtió en una industria símbolo de la ciudad. En la
década de 1970 montó una cadena de locales propios para
la venta exclusiva de sus productos.
“Seguimos trabajando así, sin intermediarios,
operando directamente en nuestros 100 puntos de venta”,
señala Horacio Mastroberti, gerente de la
compañía.
“Nuestro mercado se concentra, fuera de Mar del Plata, en
la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. Hemos hecho algunas
exportaciones a Miami, Uruguay, Paraguay y Brasil, pero se hace
difícil ampliarlas porque no aceptamos que nuestro producto
llegue al consumidor después de los 15 días de la fecha
de fabricación”. Así y todo, Havanna factura
actualmente unos $ 40 millones anuales, con 20 líneas de
productos, a los que incorporó el café italiano Illy.
Recambio de generaciones
La Universidad de Mar del Plata está a punto de cumplir
36 años. Nació por iniciativa de una cooperadora de
padres de los estudiantes de una escuela de verano. Pero hubo que
esperar hasta 1983 para que los docentes fueran sus propios
graduados: mientras tanto, venían a dictar clases profesores
de La Plata o Buenos Aires. Hoy, el proceso de recambio se ha
completado y la Universidad atiende sus 36 carreras con profesores
marplatenses, en su mayoría salidos de sus propios claustros.
La oferta educacional de la institución abarca,
actualmente, nueve facultades: Derecho; Arquitectura; Ciencias
Agrarias; Humanidades; Psicología; Ciencias Económicas
y Sociales; Ciencias de la Salud y Ciencias Exactas. “Estamos
tratando de diversificarnos, para lo cual tenemos de modificar la
organización. Nuestro presupuesto es deficitario, y si
queremos atender mejor la demanda de la población marplatense,
tenemos que romper la estructura por facultades. No queremos pasar a
un esquema departamental puro, pero pretendemos que no se repitan en
varias facultades los mismos departamentos. Los existentes
ofrecerán servicios docentes y programas de acuerdo con las
necesidades de otras carreras y facultades”, explica el rector Jorge
Petrillo.
“También pretendemos flexibilizar la oferta horaria y
aumentar la proporción de materias optativas de modo que el
alumno termine la carrera en los plazos previstos”, explica.
“Sabemos cuáles son nuestros problemas y cuáles
son las transformaciones necesarias. Pero necesitamos mayor
dedicación docente, y para ello no hay presupuesto”, se
lamenta. “Los criterios para distribuir el dinero que está
manejando el Estado nacional conducen a aumentar las partidas de los
que mejor funcionan y a relegar a los que muestran problemas o
ineficiencias, con lo cual estamos en un círculo vicioso.”
“Modificar esta situación resulta imperioso. La
Universidad de Mar del Plata tiene en este momento más de
24.000 alumnos, entre grado, posgrado y universidad abierta, y la
matrícula sigue creciendo.”
A pesar de las dificultades, la Universidad está
trabajando fuertemente con el Movimiento Cooperativo de Mar del Plata
en proyectos de descentralización comunitaria y
autogestión, y con la Municipalidad, entre otras
instituciones.
En busca del tiempo perdido
Contratadas por el Emtur, dos empresas se ocuparon de estudiar la
demanda potencial y la percepción de marca de la ciudad y de
actualizar su imagen con miras a atraer a viejos y nuevos turistas.
El Grupo Estratégico de Negocios fue contratado por el
Emtur para realizar un estudio de demanda potencial de la ciudad de
Mar del Plata. Sus resultados no dejan duda acerca de la
percepción que los consumidores tienen de ella, ni tampoco del
trabajo que queda por hacer. “Hay una fuerte lealtad de marca en
relación con Mar del Plata: porque quien va tiene casa
allá, porque planifica sus veranos y acostumbra ir a Mar del
Plata, o por el valor afectivo y familiar de la ciudad”, dice Alberto
Wilensky, presidente del Grupo.
Como muestra de este apego, 86% de los encuestados dijeron tener
una imagen positiva del lugar, contra sólo 4% que se
manifestó negativamente y 10% de indiferentes. Esto concuerda
con la presencia de marca de Mar del Plata como lugar de veraneo: 25%
asoció las vacaciones estivales con Mar del Plata. En segundo
lugar se ubicó Bariloche, con 7%, y detrás Villa
Gesell, con 6%.
En cuanto a la plaza preferida, aquella a la que realmente van, la
ciudad costera se adjudicó otra vez el primer puesto, con 29%
de las preferencias, contra 11% de la segunda, Carlos Paz. Punta del
Este fue tercera en la contienda, con 8%, y Pinamar y Bariloche
compartieron el cuarto puesto, con 7% cada una. Otras 300 plazas se
llevaron el resto.
Las cifras marplatenses caen cuando se trata de las vacaciones de
invierno. Sin embargo, la ciudad está en condiciones de
satisfacer adecuadamente los deseos del público invernal, 25%
del cual dice ir en busca de tranquilidad y descanso. Otro 10% pide
diversión y esparcimiento, cosa que también pueden
encontrar allí, y sólo 5% se orienta a los deportes en
la nieve. “Aquí hay un importante trabajo de promoción
que hacer”, dice Wilensky; “es necesario fortalecer la presencia de
marca de la ciudad como destino invernal”.
La investigación revela que el público distingue a
Mar del Plata por razones contundentes:
1) La amplia gama de alternativas de diversión y
entretenimiento para todos los gustos y edades, y para la familia en
pleno, de día y de noche.
2) El alto desarrollo de su infraestructura ciudadana.
3) La diversidad de públicos y de ondas, algo que, junto
con el esparcimiento nocturno, es lo más valorado por los
jóvenes.
4) La excelente relación precio-calidad, con valores
relativamente bajos (éste es el factor más importante
para los adultos).
5) La belleza urbana y natural, que combina playas, lugares
tranquilos y apartados, y una atractiva arquitectura.
“Hay un punto que destacar: 53% de los encuestados prefirieron Mar
del Plata a cualquier otro destino si de relación
precio-calidad se trata, y 41% le dio el primer lugar en cuanto a la
amabilidad con que se atiende al turista”, explica Wilensky.
“La ciudad tiene un perfil interesante para explotar como centro
de convenciones y congresos. Está lo suficientemente cerca
como para acceder a ella de forma económica y cómoda, y
lo suficientemente lejos como para lograr un cambio de horizonte;
tiene una excelente infraestructura, tanto para las actividades
mismas como para el alojamiento, y cuenta, además, con grandes
atractivos urbanos y naturales. No se puede pedir más. Y la
demanda crece: las empresas realizan cada vez más eventos
internos, y se multiplican los congresos sectoriales o
temáticos, tanto en el país como a nivel
internacional.”
Cambio de imagen
En marzo el Emtur llamó a concurso de agencias de
publicidad para emprender una campaña destinada “a recuperar
la fuerza de la marca Mar del Plata”, dice Ricardo Rutemberg,
presidente de Downtown, la ganadora. “Partiendo de allí, nos
propusimos mostrar una ciudad que, aunque todos conocen, pocos han
descubierto. Está llena de atractivos secretos. Y ése
es el concepto que domina la campaña: ´Ya la conocés,
ahora descubríla´”, cuenta Rutemberg.
Revistas y vía pública fueron los medios elegidos
para comunicar estos conceptos. El perfil es muy simple: ir develando
por medio de las imágenes los atractivos poco conocidos de Mar
del Plata, como el bosque Peralta Ramos o la Barranca de los Lobos.
“Así la presentamos con rasgos inesperados. Entramos por la
ventana con un material inherente a la marca y a la vez
creíble, que amplía y realza el atractivo del
producto”, explica Rutemberg.
La campaña va dirigida a unos 12 millones de personas,
principalmente residentes de la Capital Federal y el Gran Buenos
Aires. Cada imagen se acompaña con un texto que expone las
ventajas de la ciudad: tranquilidad, deportes, frutos de mar, playas,
árboles, arte, descanso, sierras, noche y día,
espectáculos intentan operar como eficaces anzuelos. “En
primavera, además, cambiamos los tonos: vamos hacia los
amaneceres, los ocres, la luz”, apunta el ejecutivo. Una
inversión anual de $ 700.000 al servicio de una nueva cara
para Mar del Plata.
La cultura de la ciudad
Más bibliotecas que Buenos Aires
La idea de que la cultura es no sólo arte, sino todo lo que
tenga que ver con la calidad de vida, impulsa al ente oficial del
área a desarrollar actividades de recuperación del
espacio público, o arqueología urbana.
“La antigua secretaría de cultura pasó a ser un ente
descentralizado. Una vez aprobado el presupuesto, administramos por
cuenta propia los recursos que recibimos”, explica Nino Ramella,
presidente del Ente de Cultura. “Esto nos permite ahorrar dinero y
tomar decisiones inmediatas.”
“Uno de nuestros más importantes capitales culturales, en
Mar del Plata, es la red de bibliotecas. A partir de la Biblioteca
Pública Central se han establecido 30 centros barriales con un
total de 230.000 libros.” Para poner las cosas en perspectiva,
Ramella señala que “Buenos Aires cuenta con 23 bibliotecas
públicas municipales para una población diez veces
mayor, y Barcelona, en España, cuenta con 300.000 libros para
3 millones de personas”.
“Esta red cumple un servicio público importante: hay muchos
alumnos de nivel terciario que estudian en nuestras bibliotecas. Por
eso la mantenemos cuidadosamente: el semestre pasado se compraron
22.000 libros y este semestre invertiremos otros $ 500.000 en
volúmenes.”
A toda orquesta
Una cuarta parte del presupuesto del Ente se destina a actividades
musicales: una orquesta sinfónica, la banda municipal, dos
quintetos, uno de piano y cuerdas y uno de vientos, y la
recientemente creada Orquesta Municipal de Tango. “Sabemos que la
gente se siente convocada y disfruta de la música: ya
organizamos varios megaconciertos multitudinarios en el
Polideportivo, todos con entradas desde 3 pesos, y en cada
ocasión tuvimos entre 5.000 y 6.000 asistentes, para una
capacidad de 7.000 butacas”, se entusiasma Ramella.
El Ente también tiene a su cargo los museos de Ciencias
Naturales, el Histórico Municipal, el Castagnino, de Arte, el
José Hernández, -que tiene un Centro de
Investigaciones- y el Centro Cultural Victoria Ocampo. También
dependen de él el Teatro Colón y el área de
preservación del patrimonio. “Estamos incorporando una
galería de arte en la Torre Tanque”, cuenta, “y acabamos de
fundar una biblioteca de Música bautizada Astor Piazzolla”.
Patrimonio intangible
Ramella subraya un aspecto poco conocido de la actividad cultural
marplatense: “Nos ocupamos mucho de la preservación del
patrimonio arquitectónico e histórico de la ciudad. Es
el único recurso que tenemos para ir consolidando nuestra
identidad”, plantea. “Por eso, en colaboración con el Centro
Internacional para la Preservación del Patrimonio Intangible,
Cicop, realizamos un congreso del Mercosur para abordar el tema, que
es el primero en América”, señala. Y explica que se
denomina patrimonio intangible a la totalidad de las tradiciones, los
mitos, las leyendas, las técnicas de una comunidad: “En Mar
del Plata esto existe y es importante conservarlo porque
constantemente recibimos gente de afuera. Por eso desarrollamos una
serie de actividades de recuperación del espacio
público, o arqueología urbana. Cultura no es
sólo arte, sino todo lo que tiene que ver con la calidad de
vida de las personas”.
Con ese mismo espíritu, el organismo administra un sistema
de becas y subsidios para que la población tenga más
posibilidades de acceder a actividades culturales, “porque el Ente no
hace cultura, mejora las condiciones para que la gente pueda
hacerla”.
Show time
Con más de 10 cines y 25 teatros, la ciudad no carece de
vida artística en ninguna época del año: a ello
colaboran especialmente el teatro Colón -centro de conciertos
y presentaciones permanentes-, el Polideportivo, con 7.000 butacas y
una infraestructura que hace posible desarrollar espectáculos
musicales y también grandes simposios, y el teatro Auditorium,
un complejo cultural semejante al San Martín capitalino,
donde constante y simultáneamente se presentan obras
dramáticas, musicales y cinematográficas, exposiciones
y encuentros. Toda esa actividad dibuja un perfil atractivo no
sólo para el turismo sino también para el mercado de
congresos y convenciones nacionales e internacionales.
A esto se agrega el recuperado Festival de Cine, que el año
pasado convocó a 97.000 espectadores. Esto determinó
que los concursantes internacionales solicitaran que la
edición 97a -que se inicia el 13 de este mes- cuente ya con un
mercado que se esperaba recién para el ´99.