Desde comienzos de 1996 los fondos comunes de inversión
(FCI) vienen exhibiendo un crecimiento espectacular que
superó, incluso, los cálculos de los observadores
más optimistas. El boom sobrepasó también las
estimaciones que sirvieron de base a la nota publicada por MERCADO en
la edición de septiembre del año pasado: “Un negocio de
$ 1.600 millones”. El balance del año de la actividad
excedió ese pronóstico. El negocio movilizó $
1.870 millones, un nivel que marcó un salto cualitativo con
respecto a los $ 631 millones de 1995 y los $ 389 millones de 1994.
En los primeros meses de este año el sector siguió
expandiéndose a un ritmo arrollador. A fines de mayo los FCI
sumaban un patrimonio conjunto cercano a $ 3.300 millones que en
junio se elevó $ 3.946 millones y en julio a $ 4.678 millones.
Y nada hace prever una desaceleración.
Los analistas, por el contrario, coinciden en estimar que a fines
de diciembre la suma se acercará a $ 6.500 millones repartidos
entre más de 200 entidades (en julio eran 182 y al concluir el
año pasado había 152).
Un menú variado
Aunque no se dispone de cifras oficiales sobre la cantidad de
personas que invierten en los fondos comunes, Oscar J. Falleroni,
responsable de los FCI que administra el Banco Galicia y presidente
de la Cámara que nuclea a estas entidades, estima que son
más de 150.000, en su mayor parte pequeños y medianos
ahorristas, cuyos capitales oscilan entre $ 5.000 y 30.000.
Esta es la razón por la que el segmento que más se
desarrolló es el de fondos de renta fija, cuya cartera
está constituida básicamente por títulos
públicos, obligaciones negociables y certificados de
depósito a plazo fijo en los bancos.
Dentro de esta categoría hay opciones para todos los
gustos. Están los que invierten únicamente en
dólares, los que lo hacen solamente en pesos y los que dividen
sus operaciones en pesos y en dólares en distintas
proporciones. Además, dentro de este sector puede optarse
entre los que operan con riesgos mínimos y los que se
caracterizan por una cuota mayor de riesgo en la composición
de su cartera, en especial en lo relativo a la calidad de los
títulos y de las obligaciones negociables. Todas estas
circunstancias están previstas en los respectivos estatutos,
de manera que el inversor sabe de antemano a qué tipo de
riesgo destina sus ahorros.
En promedio, durante 1996 los FCI de renta fija en dólares
obtuvieron una tasa anual de 10%, muy superior a la de los
depósitos en esa moneda en las entidades financieras.
Ello se debe a que los fondos comunes se beneficiaron con la
valorización que después del efecto tequila registraron
los títulos públicos. Esto permite suponer que, tanto
en este año como en los próximos, la diferencia entre
los rendimientos de los FCI de renta fija y los de las entidades
financieras no será tan pronunciada (los analistas estiman que
se situará entre un punto y un punto y medio porcentual
anual).
Otro segmento que registró un gran impulso es el de los
money markets, cuyos clientes son, fundamentalmente, empresas que
administran a través de estas entidades las disponibilidades
transitorias de fondos.
En un money market pueden efectuarse colocaciones por un solo
día y no hay costos de entrada ni de salida. La
comisión de las entidades oscila entre 1 y 1,5% anual, que se
descuenta proporcionalmente del valor de la cuota.
Los FCI de renta variable, cuya cartera está integrada
fundamentalmente por acciones, no acompañaron el crecimiento
de los otros sectores, posiblemente por los temores que
todavía generan en el ánimo de los inversores locales
los elevados riesgos de la inversión bursátil.
Esta actitud, por cierto, marcha a contramano de la tendencia en
los principales mercados mundiales. En Estados Unidos, por ejemplo
(donde en los últimos años los fondos comunes
también experimentaron un crecimiento explosivo), el mercado
de las acciones absorbe la mitad de los fondos administrados por
estas entidades, que a fines de junio sumaban en total US$ 4,1
billones (millones de millones).
Contrariamente a lo que podría suponerse, las AFJP no se
han mostrado muy entusiastas ante la posibilidad de canalizar el
dinero de sus afiliados en los FCI, a pesar de que las normas
vigentes les permiten invertir en esas entidades hasta 14% de la
cartera que administran. A fines de julio, las AFJP habían
colocado en los fondos comunes $ 67,3 millones, equivalentes a
sólo 0,9,1% de los fondos que administran ($ 7.789 millones)y
a 1,4% del total del patrimonio de los FCI.
Pioneros y recién llegados
El Boston fue uno de los primeros bancos que apostó
fuertemente al negocio de los FCI. Ultimamente también el
Río se mostró interesado en promover la actividad. Tras
el reciente traspaso del control de la entidad a manos del Santander,
que en los últimos años también mostró un
fuerte interés por los fondos comunes, podría
constituirse en uno de los líderes del sector.
El Banco Francés también se mantuvo muy activo en
este aspecto. A fines de julio administraba cinco FCI con un
patrimonio conjunto de $ 690 millones, que lo ubicaba con una
participación de 14,7% en el mercado. Esta cifra no incluye
los FCI administrados por el Banco Crédito Argentino,
recientemente adquirido por el Francés. Hasta el cierre de
esta edición aún no se había decidido qué
actitud se adoptaría con respecto a estas entidades,
según explicó a MERCADO Alberto Estrada, integrante del
Comité que administra los FCI del Banco Francés.
Si bien la expansión de los FCI en los últimos
años fue explosiva, Estrada considera que todavía no
son plenamente utilizados como un instrumento de ahorro. “Para la
mayoría, constituyen una inversión de corto plazo y los
asocian con las acciones. Sin embargo, la compra de la cuota parte de
un FCI debería hacerse con un criterio de permanencia.”
“Esta actitud todavía no fue asumida por los clientes
medianos y pequeños, lo que exigirá un proceso de
maduración que llevará varios años pero, una vez
que la adopten la mayoría de los inversores, la
gravitación de los FCI llegará a niveles que hoy
ostentan en otros países. Mientras en la Argentina el
patrimonio de los FCI equivale a 6% del M3 (circulante más
depósitos a plazo fijo y en caja de ahorro), en Brasil esa
relación se eleva a 44% y en Estados Unidos a 33%.”
La estrategia del Banco Francés con respecto a los FCI,
afirma Estrada, “consiste en proteger al máximo el capital del
cliente, tratando de optimizar la relación
rentabilidad/riesgo. Por lo tanto, con los cinco FCI de que
disponemos tenemos cubiertas todas las alternativas de
inversión necesarias para un cliente minorista”.
No todos los bancos mantuvieron una actitud agresiva en este
sector. Uno de ellos fue el Galicia, que, si bien estuvo entre los
primeros en explotar este mercado al constituir en 1960 el Fima
Acciones, se mostró después muy cauteloso en este
rubro, posiblemente por el temor a una pérdida de
depósitos por esa vía. Sin embargo, en los
últimos meses modificó esta política. En abril
constituyó dos nuevos money markets y a fines de julio
complementó esa decisión con la creación de tres
FCI de renta mixta, que elevan a nueve los administrados por el
banco.
Falleroni cree que la decisión de relanzar los FCI
colocará nuevamente al Galicia en una posición de
liderazgo en este sector, respaldada por la estructura de 210
sucursales que posee el banco en todo el país. La estrategia
apunta a incorporar a los FCI al pequeño inversor, como lo
prueba el hecho de que el importe mínimo para suscribir estos
fondos es de sólo $ 1.000, con excepción del PB
Acciones, destinado a medianos inversores que desean participar del
negocio bursátil, y para el que se estableció un
mínimo de entrada de $ 10.000. “Ninguno de nuestros FCI”,
afirma Falleroni, “cobra comisión de entrada ni de salida, lo
que avala la intención de posicionarnos entre los más
competitivos del mercado”.
Con los FCI recientemente incorporados, Falleroni estima que
cubren la totalidad de las distintas alternativas de
inversión, “aunque no descarto que en un futuro relativamente
cercano analicemos la posibilidad de incorporar nuevos productos”.
A fines de julio, los nueve FCI administrados por el Galicia
disponían de un patrimonio conjunto de $ 176 millones, que,
según Falleroni, en diciembre “duplicarán, como
mínimo”.
Lugar para crecer
La mayoría de los analistas consultados considera que los
FCI seguirán constituyendo uno de los sectores más
dinámicos del sistema financiero local. Los $ 6.500 millones
que a fines de año alcanzaría el patrimonio neto
conjunto de todas las entidades todavía dejaría mucho
espacio para el crecimiento. En Brasil, los 3.000 fondos comunes en
actividad concentran capitales por US$ 110.000 millones, que ya
superan a los depósitos bancarios. En Canadá, con una
población muy similar a la de Argentina, los FCI disponen de
un patrimonio neto de US$ 180.000 millones, y en Francia, de US$
500.000 millones.
A pesar del generalizado optimismo de los pronósticos,
algunos observadores estiman que el mercado todavía no
pasó su prueba de fuego, debido a que el boom de la actividad
se produjo después del efecto tequila.
Por lo tanto, advierten, habrá que esperar la
reacción de los inversores ante una eventual crisis que afecte
tanto la cotización de los títulos públicos como
de las acciones. Si mantienen sus capitales, el negocio de los FCI
habrá logrado su madurez plena, un aspecto de fundamental
importancia, teniendo en cuenta que el boom es muy reciente y, por lo
tanto, es muy difícil para los inversores determinar
cuáles, a través del tiempo, son los mejores.
Además, todavía no existe entre los inversores la
cultura de comparar la performance de los FCI con otros indicadores.
La competencia que se registra entre los grandes players para
captar inversores tuvo un efecto positivo sobre los costos; en la
actualidad hay un gran número de FCI que no cobran
comisión de entrada ni de salida. En esos casos los gastos de
administración son debitados directamente de la cuota.
Privilegiar la seguridad
Para María Laura Tramezzani, presidenta de Boston Asset
Management, administradora de los FCI 1784, que a fines de julio
alcanzaban a 12, con un patrimonio conjunto de $ 1.070,6 millones
(22,9% del mercado), la explosión que en los últimos
meses muestra el sector está relacionada con la
profesionalidad que revelan las entidades que actúan en el
mercado. “Por nuestra parte, tenemos por norma fundamental dar
siempre preferencia a la seguridad, aunque los inversores -en todos
los casos- son los que deciden el perfil del riesgo que desean
asumir.”
Alrededor de 90% de los clientes de los FCI 1784 mantienen un
nivel promedio de inversión de $ 20.000 y operaban
anteriormente con cajas de ahorro y operaciones de plazo fijo en las
sucursales del banco. Para reforzar la captación entre los
inversores que no son clientes del Boston, el banco inauguró
recientemente centros de inversión que funcionan con
independencia de las sucursales y están destinados
únicamente al manejo de fondos para los FCI. Actualmente
están funcionando cuatro centros (uno en la Capital Federal,
dos en el conurbano y uno en Rosario) y antes de fin de año se
abrirán otros en las principales ciudades del país.
Esta agresividad comercial se reflejará, opina Tramezzani,
en un nuevo e importante aumento del patrimonio de los doce FCI 1784
que administra y que, según sus estimaciones, a fines de
diciembre dipondrían de un patrimonio conjunto no inferior a $
1.500 millones, “con la posibilidad de llegar a cerca de $ 2.000
millones”. Si se cumple este pronóstico, duplicarían el
nivel acumulado a fines de julio en sólo cinco meses.
A este ritmo, según Tramezzani, el patrimonio conjunto de
todos los FCI podría llegar a superar al de las AFJP a fines
de 1998 o comienzos de 1999. En el año 2000 todo el sector
dispondría de un patrimonio conjunto superior a $ 16.000
millones, en el que continuarían predominando los FCI de renta
fija, aunque para esa época ya tendría que comenzar a
perfilarse un vuelco hacia los de renta variable, como consecuencia
de la esperada consolidación del mercado accionario y de la
incorporación al mercado de los FCI de inversores dispuestos a
asumir mayores cuotas de riesgo.
Apuestas más osadas
Fabián Ciarlotti, gerente de Marketing de los seis FCI SMIM
que administra el grupo Schroder Mildesa, opina que “después
del boom inicial de los FCI de renta rija comienza a observarse un
progresivo avance hacia los que ofrecen un mayor nivel de riesgo, lo
que en una primera etapa se hizo evidente a través de la
suscripción de FCI de renta mixta (títulos
públicos en pesos y en dólares) y ahora ya
comenzó a perfilarse hacia los de renta variable”.
Este es un proceso de evolución normal en el negocio que el
grupo Schroders acompaña mediante el servicio de tailor made
portfolio, que consiste en ofrecer a los inversores una cartera
constituida con cuotas partes de los diferentes SMIM, conformada de
acuerdo con el perfil del riesgo que el cliente desee asumir.
Los SMIM mantienen el liderazgo en el segmento de las AFJP. A
fines de julio cubrían 45,3% de las inversiones realizadas por
las entidades previsionales en los FCI. Según Ciarlotti, esos
aportes se canalizaron principalmente hacia el SMIM Renta Variable
Crecimiento, cuya cartera esta constituida básicamente por 70%
de acciones con cotización bursátil pertenecientes a
empresas pequeñas y medianas y 30% de papeles del panel de las
líderes.
Otra porción de las inversiones realizadas por las AFJP se
canaliza hacia el SMIM Latin America, cuya cartera está
formada por 47% de acciones de empresas de Brasil, 18% de la
Argentina, 16% de México y 6,5% de Perú. El sector
líquido de este FCI (10/12%) lo integran títulos
argentinos de corta duración.
Ciarlotti también se muestra optimista con respecto al
futuro de la actividad. Estima que a fines de diciembre el patrimonio
conjunto podría sumar $ 6.000 millones, de los cuales los SMIM
participarían con $ 120 millones, contra $ 88 que sumaban en
julio.
Sus expectativas se basan en el creciente interés de
inversores del exterior en la región. Señala, como
ejemplo, que el FCI inglés Schroders Latin American,
administrado por el grupo, llegó a un patrimonio de US$ 1.000
millones, y sus autoridades resolvieron no aceptar más
suscripciones nuevas por la imposibilidad de realizar un manejo
profesional de una cartera accionaria de esa magnitud.
Nuevas reglas
El Deutsche Bank, a través de los DB, también se
mostró muy activo en el negocio de los FCI, aunque a fines de
julio sólo contaba con tres, a los que en estos días se
agregaron dos money markets (DB Ahorro Pesos y DB Ahorro
Dólares) destinados a captar el mercado de quienes disponen de
dinero por lapsos muy cortos y desean obtener rendimientos superiores
a los que brindan las cajas de ahorro.
Roberto J. Ross, a cargo la administración de la cartera de
los DB, pronostica que por un tiempo los FCI de renta fija
continuarán liderando el sector, debido a la creciente oferta
que existirá de obligaciones negociables y de títulos
públicos. También coincide con quienes opinan que el
mercado de los fondos de renta variable tendría que comenzar a
consolidarse, pero su evolución se ve frenada por la falta de
una oferta fluida de acciones de amplia liquidez bursátil.
A fines de julio los 3 DB disponían de un patrimonio
conjunto de $ 122 millones, pero con los dos money markets
incorporados recientemente, Ross considera que a fin de año su
participación en el mercado se elevará a $ 200 millones
sobre un patrimonio conjunto que para esa fecha estima en $ 6.000
millones.
En los próximos meses se incorporará un nuevo
integrante a la familia de los DB. Será un Fondo Cerrado
Inmobiliario, cuya cartera estará integrada básicamente
por créditos hipotecarios de tasa variable. Dispondrá
de un patrimonio de $ 30 millones y cotizará sus cuotas partes
en la Bolsa de Comercio.
Ross se suma a los que opinan que el mercado de los FCI
continuará expandiéndose a muy buen ritmo, pero
“todavía hay aspectos que contribuyen a restarle fluidez al
sistema”. Uno de ellos está relacionado con la demora (como
mínimo, de cuatro meses) de la Comisión Nacional de
Valores para autorizar nuevas entidades, cuando “el trámite no
debería demorar más de un mes, especialmente en los
casos de FCI similares a los que ya se encuentran en actividad”. Esto
podría solucionarse, afirma, mediante un reglamento de
gestión estándar.
Con respecto a los money markets, opina que su actividad tropieza
con el inconveniente de que no pueden comprar opciones y realizar
operaciones de futuro; “las autoridades consideran altamente
especulativas estas variantes financieras, cuando en la
práctica constituyen herramientas idóneas para cubrir
riesgos”.
Medianos y pequeños
La Banca Nazionale del Lavoro, que recién en marzo
último comenzó a actuar activamente en el sector a
través de cinco nuevos FCI (tres de renta fija, uno de renta
variable y uno mixto), disponía ya a fines de julio
último de un patrimonio conjunto de $ 161,6 millones, entre
los que se incluyen dos money markets constituidos el año
pasado.
Pablo G. Cousido, gerente financiero del BNL, que es depositario
de la cartera de los FCI y encargado de su comercialización,
señala que la política de la entidad se orienta
exclusivamente al pequeño y mediano inversor. “Damos
preferencia a quienes cuentan con capitales que oscilan entre $
15.000 y $ 300.000.”
Actualmente, los siete FCI BNL disponen de 4.500 cuotapartistas
con un promedio de $ 35.000 por inversor. “Este es el nivel que nos
interesa”, sostiene Cousido. Por esta razón, la entidad no
promociona los FCI entre las AFJP y los inversores corporativos.
La política comercial de los FCI del BNL se orienta hacia
las sucursales del interior del país, “donde obtuvimos
resultados sorprendentes. Si bien esta política puede
repercutir en el nivel de depósitos de las sucursales, tiene
la ventaja de que los inversores siguen vinculados con la entidad y
contribuyen al acercamiento a la sucursal de nuevos clientes
atraídos por la novedad que significan los FCI para esas
plazas financieras”.
Cousido pronostica que a fines de diciembre los BNL
dispondrán de un patrimonio conjunto superior a $ 200
millones. Para los primeros tramos de 1998 la entidad tiene previsto
incorporar dos FCI Globales, que se caracterizan por la mayor
libertad que la sociedad gerente dispone para elegir su cartera de
inversiones. Por lo tanto, están destinados a cubrir los
requerimientos de los cuotapartistas dispuestos a asumir una mayor
cuota de riesgo.
En España, advierte Cousido, los grandes bancos administran
FCI por el equivalente a 25% de sus activos totales, y la
proporción es áun más alta en Estados Unidos. Si
esa relación se registrara en la Argentina en un plazo de tres
años, a fines del 2000 la cartera de los FCI oscilaría
en torno de $ 25.000 millones, lo que significaría una
expansión acumulativa anual cercana a 60%.
Evolución de los fondos comunes (en millones de $)
Año | Cant. entidades | Patrimonio neto | Promedio por fondo |
| | | |
1975 | 18 | 5.7 | 0.3 |
1976 | 18 | 46.2 | 2.6 |
1977 | 20 | 16.6 | 0.8 |
1978 | 20 | 32.2 | 1.6 |
1979 | 20 | 117.1 | 5.9 |
1980 | 21 | 87.9 | 4.2 |
1981 | 23 | 27.9 | 1.2 |
1982 | 22 | 7.8 | 0.4 |
1983 | 27 | 17.8 | 0.7 |
1984 | 28 | 12.8 | 0.6 |
1985 | 30 | 31.8 | 1.1 |
1986 | 30 | 14.8 | 0.6 |
1987 | 30 | 9.8 | 0.3 |
1988 | 30 | 19.9 | 0.7 |
1989 | 30 | 68.2 | 2.3 |
1990 | 29 | 39.8 | 1.4 |
1991 | 34 | 288,3 | 8.5 |
1992 | 40 | 184.1 | 4.6 |
1993 | 48 | 234.6 | 4.9 |
1994 | 86 | 389.4 | 4.5 |
1995 | 109 | 630.8 | 5.8 |
1996 | 152 | 1868.6 | 12.3 |
1997 | | | |
Enero | 151 | 2150.1 | 14.2 |
Febrero | 156 | 2336.4 | 15.0 |
Marzo | 159 | 2459.7 | 15.5 |
Abril | 163 | 2809.6 | 17.2 |
Mayo | 169 | 3297.9 | 19.5 |
Junio | 173 | 3945.8 | 22.8 |
julio | 182 | 4678.1 | 25.7 |
Fondos comunes en los que invierten las AFJP (en millones)
Cerrados
Latin American Fund | 3.9 | 2.1 | 0.1 |
Brasil Equity | 0.4 | 0.2 | 0.1 |
Total | 4.3 | 2.3 | 0.2 |
Abiertos
Smim Rta. Var. Crecim. | 17.4 | 0 | 0 |
Smim Latin America | 9.1 | 0 | 0 |
Total Renta en pesos | 8.1 | 11.7 | 0 |
Toronto Trust | 3.4 | 0 | 0 |
Smim Ahorro | 3.3 | 2.3 | 0 |
Cap. Arg. Rta. en pesos | 2.9 | 10.6 | 0 |
Total | 2.7 | 0.9 | 0 |
Superfondo Rta. fija Dls. | 2.4 | 8.1 | 0 |
BR Ahorro $ | 2.1 | 0 | 0 |
1784 Mega | 2.1 | 0 | 0 |
Invesco Patagonia Fund | 1.9 | 0 | 0 |
Invesco Utilities Fund | 1.4 | 0 | 0 |
Roble ahorro en Pesos | 1.2 | 0 | 0 |
Roble ahorro en Dólares | 1.2 | 0 | 0 |
1784-Ahorro Pesos | 0.6 | 13.1 | 11.4 |
Smim renta variable | 0.6 | 4.7 | 0 |
Pampa | 0.6 | 0 | 0 |
BNL Renta en Pesos | 0.6 | 0.2 | 0 |
Total Renta en dólares | 0.3 | 0.1 | 0 |
Columbia Acciones | 0.3 | 0 | 0 |
1784-Ahorro Dólares | 0.2 | 1.1 | 1.2 |
Fima Money Market Pesos | 0.1 | 0 | 0 |
Superfondo Ahorro pesos | 0.1 | 12.8 | 7.7 |
Columbia Global | 0.1 | 4.5 | 10.2 |
Smim Internacional | 0.1 | 1.1 | 0 |
Fortaleza | 0.1 | 2.8 | 7.5 |
Cardinal Rta. en pesos | 0.01 | 1.6 | 9.8 |
Superfondo Ahorro en Dls. | 0 | 0 | 1.1 |
Francés renta | 0 | 0.2 | 0 |
Fima P.B. Rta. en pesos | 0 | 0.3 | 0 |
Pionero Fro. En pesos | 0 | 1.4 | 5.4 |
BGN Corto Plazo | 0 | 1.4 | 0 |
Total | 62.91 | 78.9 | 54.3 |
Fidelity
El número uno
En mayo desembarcó en el mercado local Fidelity
Investments, la compañía de fondos mutuos más
grande del mundo, con un patrimonio de US$ 511.000 millones
distribuidos entre 251 fondos que cuentan con más de 11
millones de accionistas-inversores.
Fernández Sánchez Alcázar, que dejó la
gerencia de banca individual del Santander para asumir la
representación de Fidelity, explica que la decisión del
holding de instalar una filial en Buenos Aires responde a la madurez
que alcanzó el mercado de capitales argentino, en el que
Fidelity incursiona desde hace aproximadamente diez años a
través de inversiones de portafolio, que administraba
directamente desde su sede en Boston.
En esta primera etapa, la entidad mantendrá una
relación directa con los inversores institucionales del
país (bancos, compañías de seguros y AFJP) para
ofrecer los fondos ya existentes. “Pero estamos estudiando la
creación de nuevos FCI, para atender las necesidades de los
principales inversores del mercado”, anuncia Sánchez
Alcázar. Los nuevos FCI Fidelity no se ofrecerán
directamente al público. Esta es una norma internacional del
holding, que por su condición de mayorista comercializa sus
FCI a través de bancos y brokers especializados.
La idea es, por otra parte, mantenerse fuera de los sectores donde
la oferta ya se encuentra bien abastecida por los operadores
actuales. “Representarán nuevas alternativas de
inversión, destinadas a satisfacer las crecientes necesidades
de los inversores institucionales argentinos”, sostiene
Sánchez Alcázar.
Según el representante de Fidelity, a medida que el mercado
de los FCI se consolide y diversifique, irá ganando en fluidez
operativa, y con el tiempo los bancos deberán separar la
función de producción de la de distribución. “En
un mercado muy competitivo resulta difícil realizar con
éxito las dos actividades simultáneamente”, afirma. A
nivel mundial Fidelity sólo distribuye directamente sus
productos en Estados Unidos e Inglaterra, donde se asoció con
un operador local que tenía su propia red de
comercialización.
Para Sánchez Alcázar, los FCI seguirán
avanzando a un ritmo espectacular en la Argentina, aunque a la hora
de hacer pronósticos se inclina por la prudencia: “Con mucho
optimismo, puede estimarse que a fines de diciembre el patrimonio
conjunto de las entidades se ubicará ligeramente por encima de
$ 5.500 millones”. Sus proyecciones a mediano plazo son, en cambio,
entusiastas: “Es bastante probable que se registre un crecimiento
promedio anual de 60% hasta el 2000”.
Si se cumplen estos vaticinios, al comenzar el nuevo siglo los FCI
dispondrán de un patrimonio conjunto superior a $ 20.000
millones, con lo que desplazarían al de las AFJP.
Para ello será necesario, sostiene Sánchez
Alcázar, que la Comisión Nacional de Valores
flexibilice el marco reglamentario, especialmente en lo que respecta
al tipo de activos que pueden adquirir. “Además,
tendrían que estipularse mecanismos más ágiles
para la valuación de las cuotas-partes de los money markets y
dictarse normas que faciliten la incorporación de nuevas
empresas al mercado bursátil”.
“Por su parte, el Banco Central debería agilizar el sistema
nacional de pagos, para estar en condiciones de realizar en el
día un clearing de fondos a nivel nacional. Esto
permitiría que la suscripción o la venta de
cuotas-partes pudiera concretarse directamente a través de las
tarjetas de crédito o de débito.”
Sánchez Alcázar advierte que hay países en
los que el patrimonio de los FCI llega hasta 60% de los
depósitos bancarios, y en economías muy monetizadas
representan hasta 40% del producto bruto. En la Argentina, con un PBI
de US$ 310.000 millones, el sector estaría, entonces, en
condiciones de administrar -a valores actuales- $ 120.000 millones.
Al ritmo de las cosechas
En la Argentina ya hay seis FCI cerrados de inversión
directa destinados a la explotación agrícola. El
más antiguo e importante es el Faid (Fondo Agrícola de
Inversión Directa), que comenzó sus actividades en la
campaña agrícola ´94/´95,con un capital de $ 10
millones, aunque en esa oportunidad no contaba con la
autorización para realizar oferta pública. En esa
temporada dejó una tasa interna de retorno real de 20%. La
siguiente (´95/´96) fue la primera que realizó después
de obtener la autorización para ofrecer públicamente
sus cuotas. Contó con un capital de $ 11 millones y
brindó una rentabilidad de 18,5%.
En la campaña recién finalizada (el capital se
reintegra todos los años) operó con un patrimonio de $
20 millones pero con resultados adversos. Registró una
pérdida de 14% como consecuencia de la aguda sequía que
afectó la producción de soja al sur de Santa Fe y de
Córdoba y al oeste de Buenos Aires, a lo que se sumó en
enero y febrero un exceso de lluvias que perjudicó la cosecha
de girasol. Las condiciones climáticas provocaron una
caída de 20% en los rendimientos esperados, a lo que se
sumó una merma promedio de 9% en los precios previstos al
iniciar la siembra.
Ricardo Mario Scotti, presidente de Unifund, la sociedad que
administra Faid, se encarga de destacar que, pese a todo, la tasa
promedio de retorno de los últimos tres años se
situó en 9,5%.
Para la próxima temporada (1997/98) Faid operará con
un capital de US$ 25 millones, que permitirá poner en
explotación 77.000 hectáreas, que en “condiciones
climáticas normales significarían una producción
de 80.000 toneladas de girasol, 45.000 de maíz, 15.000 de
soja, 32.000 de trigo y otras 10.000 entre sorgo, maní, poroto
alubia y algodón. En total, a los valores promedio de mediados
de julio se sumaría un ingreso de US$ 32 millones. Si se dan
estas cifras, Scotti estima que la tasa interna de retorno
oscilaría en 20%.
Los ciclos de los fondos agrícolas oscilan entre ocho y
nueve meses, con la particularidad de que los inversores hacen sus
aportes de capital a medida que la sociedad lo requiere y comienzan a
percibir las devoluciones cuando se realizan las primeras ventas de
trigo. De ahí la insistencia de Scotti en aclarar que debe
hablarse de tasa interna real de retorno y no de rentabilidad anual.
La aceptación que lograron entre los inversores los fondos
agrícolas de inversión directa llevó a Unifund a
constituir Faid 2003, cuya autorización por parte de la
Comisión Nacional de Valores se concretó el 10 de julio
y abarcará seis cosechas (´97/´98 a 2002/3). El patrimonio
será de US$ 20 millones: la mitad deberá integrarse
este año, y el resto, el próximo.
En la actual campaña agrícola el fondo
operará en 33.000 hectáreas, que a partir de la
próxima se elevarán a 52.000. Según Scotti, la
posibilidad de operar en un plazo superior al año
“favorecerá el logro de mejores retornos a la
inversión, mediante el uso de técnicas más
eficientes, como el riego y la sistematización de los suelos y
de la siembra”.
En lo que constituye un claro signo del interés que
despiertan en el exterior este tipo de inversiones, la
Corporación Financiera Internacional suscribirá 25% del
patrimonio y realizará gestiones para que otros inversores
externos aporten una porción similar. Además, la CFI
adquirió 10% del capital de Unifund, lo que le
permitirá designar un director para monitorear el control de
los negocios.
Además del Faid, hay otros cinco fondos agrícolas
con oferta pública. De ellos, tres tienen como depositario al
Banco Privado de Inversiones (Agrifund, Chacarero I y País)
pero son administrados por diferentes sociedades. El grupo Velox, por
su parte, es depositario y administrador del Vx Agro, y la
compañía Custodia depositaria del Fondagro.
El Citi es otro de los bancos que en noviembre ingresaría a
este negocio, mediante la constitución de un fondo cuya
aprobación, al cierre de esta edición, se encontraba en
los trámites finales en la Comisión Nacional de
Valores.
Evolución de los fondos agrícolas
| | | Fecha | Importe |
Fondo | Soc. gerente | Soc. depositaria a | probación | |
Faid 95/96 | Unifund | Bco. Ciudad | 20/09/95 | 11,0(resca-tado) |
Faid 96/97 | Unifund | Bco. Ciudad | 04/06/96 | 20 |
Vx Agro 96/97 | Velox Administr. De Valores | Bco. Velox | 05/09/96 | 7,2 |
Superfondo Agrario | Santander Investment | Bco. Santander | 28/11/96 | 4,0 (no colocado) |
Faid 97/98 | Unifund | Bco. Ciudad | 03/04/97 | 25 |
Agrifund 97/98 | Agrimanager | Bco. Privado de Inversiones | 06/06/97 | 9.2 |
Vx Agro 97/98 | Velox Administr. De Valores | Bco. Velox | 24/04/97 | 4 |
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Chacarero I | Agra Fond | Bco. Privado de Inversiones | 06/06/97 |
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