Un año para la portada

    Sólo hay un objetivo común entre las tapas de
    revistas y las tapas de libros: vender.

    Ningún otro componente apunta tan directamente al
    consumidor ni tiene una importancia mayor en el punto de venta. A
    pesar de ello, el mundo de las revistas es completamente distinto del
    mundo de los libros, principalmente por la propia naturaleza de
    ambos: las revistas son efímeras y los libros no.

    La erosión producida por el ataque entre marcas ha sido
    severa y ha obligado -entre otras circunstancias- a liftings y
    aggiornamentos orientados a lograr una más eficiente
    prestación de los sistemas de identidad.
    Compañías petroleras, de telecomunicaciones,
    líneas aéreas, bancos, han desarrollado intervenciones
    de ingeniería corporativa con éxito significativo.

    Tradicionalmente, en los puntos de venta las revistas apuntan
    en primer lugar a los lectores leales -sobre la base de una
    reputación ya ganada-, y en segundo lugar a los lectores

    ocasionales o de impulso, tentados por el contenido de un
    número en particular.

    La competencia en el punto de venta no está ya
    limitada a las revistas del mismo género, sino que se extiende
    a todo el espectro: moda, noticias, música, actualidad,
    política; los competidores son hoy todas aquellas revistas que
    se presentan al público, y la lucha es sin cuartel.

    La expresión externa del contenido no puede ser
    transmitida por completo en una imagen ni en una cita. Es por eso que
    la oportunidad de convertir una tapa en una suerte de semáforo
    no debe ser desperdiciada ni menospreciada.

    Los grandes fracasos de la identidad visual están, por
    lo general, ligados a un desconocimiento del receptor. La
    evaluación inicial que se hizo de MERCADO estuvo centrada en
    su contexto de actuación, en su escenario, en los objetivos
    corporativos, en la conducta de sus competidores y las expectativas
    de su audiencia.

    Aire fresco

    El equipo de diseño dirigido por Lorenzo Shakespear
    llevó a cabo la nueva propuesta tipográfica,
    política de titulares, volantas, citas, epígrafes,
    imposición de imágenes, gráficos,
    fotografías, rankings, etc., que -combinados e
    individualmente- trajeron una bocanada de aire fresco, una clara
    expresión de orden visual, mejor legibilidad y mayor vigor.

    El diseño de las portadas es considerado un hito aparte
    en el programa global del styling de MERCADO. La ideología que
    guía el criterio mes a mes, también a cargo de
    Shakespear, está orientada a dotar a la imaginería de
    tapa de un contenido semántico lo suficientemente
    explícito y sintáctico para ser decodificado e ilustrar
    la nota principal elocuentemente. Se trata de giros que cambian la
    expresión del pensamiento para hacerlo más claro o
    más fácil de comprender. La participación del
    público en esa decodificación que trasciende a una mera
    ilustración es un componente fundamental en la
    recordación de la tapa.

    Ampliar la percepción

    “La innovación es enemiga de la moda, la
    pretensión y la timidez. Reconoce lo genuino de lo falso.
    Golpea al espectador, estimula la mente, intensifica los
    significados, genera interés y es el alma tanto del mejor
    diseño como del mejor negocio. Diseñar es mucho
    más que simplemente ordenar, montar o editar; es agregar valor
    y significado, iluminar, simplificar, clarificar, modificar,
    dignificar, dramatizar, persuadir y quizás hasta disuadir. El
    diseño amplía la percepción, magnifica la
    experiencia y realza la visión”, dijo Paul Rand, un
    célebre diseñador norteamericano.

    Esta supravaloración que se ha consumado en el
    último año intenta jerarquizar por sobre todo el nombre
    fonético de la revista, enfatizándolo con valores
    tipográficos claros y pregnantes, y tiende naturalmente a
    producir un clarísimo desglose dentro del universo contaminado
    de la jungla de las comunicaciones editoriales.

    Finalmente, no hay nada más importante que un buen
    nombre.



    volver al índice