La crisis que soportó el mercado financiero como consecuencia
del efecto tequila se hizo sentir con particular intensidad en el
sector de los bancos cooperativos: de 65 entidades de estas
características que existían en el mercado al 31 de diciembre
de 1994, cinco meses después quedaban solamente ocho.
Entre las que desaparecieron, algunas fueron liquidadas por el
Banco Central y otras se fusionaron entre sí o se convirtieron
en sociedades anónimas, siguiendo los lineamientos de la
política emanada del organismo rector de las finanzas .Entre las
entidades que aún mantienen su perfil de banco cooperativo se
encuentra el Almafuerte, cuya composición societaria está
integrada principalmente por 4.000 Pymes, que lo vienen
acompañando desde su fundación, en 1965. En esa época
desarrollaba sus actividades únicamente en el barrio de Parque
Patricios, en la Capital Federal, donde operaba como Caja de
Crédito.
Su transformación en banco cooperativo se concretó en 1978. Su
actual presidente, Elías Farah, sostiene que la entidad siempre
desarrolló sus actividades acompañando a las pequeñas y
medianas empresas, que hoy absorben prácticamente 90% de los
negocios del Almafuerte.
Al poco tiempo de operar como banco (1980) abrió la primera
sucursal en el barrio de Barracas, a la que le siguió la de
Perú y Avenida de Mayo, en plena City de la Capital Federal.Hoy
dispone de 44 sucursales distribuidas en todo el país,
orientadas fundamentalmente a satisfacer las necesidades de las
Pymes que realizan actividades regionales. En Misiones, por
ejemplo, apoya financieramente a los productores de té, tabaco y
yerba mate. En la zona de la Mesopotamia, a las empresas que
comercializan e industrializan frutas. Y en la provincia de
Mendoza a los emprendimientos dedicados al cultivo de ajo,
cebolla y diversas hortalizas para la exportación.
En la Patagonia, el banco tiene una activa presencia. En la
provincia de Chubut financia las explotaciones ovinas y en la de
Santa Cruz, especialmente en Puerto Deseado, a las empresas que
realizan actividades relacionadas con la pesca.
Antes y después de la tormenta
Según explica Farah, la fortaleza económica de la entidad se
puso de manifiesto poco antes de producirse la crisis mexicana.
En 1994 el Banco Almafuerte absorbió al Roca, que, con un nivel
de depósitos de $ 60 millones, pertenecía a la Asociación de
Cooperativas Agrarias Argentinas y a la cooperativa de seguros La
Segunda. "Si no fuera por nuestra actitud", recuerda
Farah, el "Banco Roca hubiera sido la primera víctima del
efecto tequila, aunque reconozco que en ese momento no teníamos
una idea clara de las complicaciones que esta compra nos
traería".Al estallar, poco tiempo después, la crisis
mexicana, el Almafuerte, como la casi totalidad de los bancos
cooperativos, soportó las consecuencias de una fuga masiva de
depósitos. En los pirmeros cinco meses del año declinaron 33%
con respecto a los $ 218 millones que sumaban al concluir
1994.Para paliar esta situación, el Banco Central le otorgó un
préstamo de $ 20 millones, de los cuales el Almafuerte utilizó
solamente la mitad. Canceló el resto totalmente a fines de
diciembre. A esta fecha también ya había pagado, en forma
anticipada, la totalidad del préstamo por $ 25 millones que el
organismo oficial le había otorgado cuando se hizo cargo del
Banco Roca.
El hecho de que el banco se encontrara en condiciones de salir
rápidamente de la severa crisis que asoló a la mayoría de los
bancos pequeños y medianos, obedece, según Farah, a que la
entidad nunca otorgó créditos con tarjeta para financiar
consumo. "Todas las operaciones de préstamos las dirijimos
hacia las empresas productoras de bienes, y los resultados están
a la vista", explica. En plena crisis financiera, la casi
totalidad de los clientes del banco cancelaron en tiempo y forma
los préstamos acordados. "Las Pymes nos respondieron muy
bien, retribuyendo con esa actitud el apoyo que en todo momento
nosotros tratamos de brindarles."Esa es una de las razones,
afirma Farah, por las que el Banco Almafuerte es uno de los
pocos, entre los medianos, que logró sortear el efecto tequila
sin necesidad de suspender transitoriamente el pago de los
depósitos y sin acudir a la ayuda masiva por parte del Banco
Central.
Nuevos terrenos
Farah tiene plena conciencia de que la competencia en el sector
se tornará cada vez más agresiva. Por esta causa, el Almafuerte
viene avanzando en nuevos segmentos del negocio: recientemente
incorporó a sus actividades el cobro de facturas de los
servicios públicos e incursionó en los préstamos hipotecarios,
tanto para personas como para empresas. También planea
fortalecer el área de servicios, especialmente en lo vinculado
con el cobro de cheques en todo el territorio del país. Esto lo
hace sin ningún gasto para el cliente, pero con la intención, a
través de esa vía, de lograr un aumento significativo en el
nivel de los depósitos, que a fines de setiembre sumaban $ 240
millones y para diciembre podrían llegar a $ 300 millones.
Actualmente el Banco Almafuerte tiene 2.000 cuentas corrientes y
20.000 cajas de ahorro. En las próximas semanas, el banco
concretará una emisión de obligaciones negociables por $ 20
millones. Simultáneamente está aumentando la cantidad de
cooperativas-socias, con la finalidad de reforzar el capital y
finalizar el ejercicio con un patrimonio neto superior a $ 80
millones contra los $ 59 millones de 1995.La posibilidad de que
el banco se convierta en sociedad anónima no está en los planes
del Consejo de Administración.
Sobre este aspecto, Farah considera que la actual figura legal de
la entidad no perjudica el desarrollo de sus actividades, que,
según su apreciación, continuarán expandiéndose en forma
acelerada. Para ello, afirma, la entidad debe estar
permanentemente actualizada con los últimos adelantos
tecnológicos. "De lo contrario, no estaríamos en
condiciones de subsistir en un mercado extremadamente competitivo
como el que se avecina."Además de intensificar sus negocios
en al área de los servicios, los planes del banco se orientan
también hacia la expansión del área de comercio exterior, para
captar las posibilidades que se les presentan a las Pymes de
incursionar en forma creciente en los mercados internacionales.
En ese marco se inscriben los planes del Almafuerte de abrir para
las Pymes nuevos mercados en el Este asiático, en Medio Oriente
y en Africa. La idea es promover negocios en el área de los
productos no tradicionales y también en los commodities, a
traves de las cooperativas vinculadas al banco que explotan esos
rubros. Esta expansión la obligará a un fuerte aumento de su
patrimonio, que según estima Farah, en el año 2000 debería
triplicar los niveles actuales.