Las provincias (XIV)

    Catamarca mantiene una situación deficitaria en sus cuentas públicas desde ya hace muchos años. Si se considera el déficit de la provincia como proporción del total de sus erogaciones, el índice se ha mantenido en un promedio de 13% entre 1990 y 1994, con un pico de 20% durante ese último año, para descender a 12,7% en 1995. Si bien el desarrollo relativo de Catamarca es bajo en comparación con el de otras provincias, el estado de las finanzas públicas no es el resultado de la aplicación de políticas orientadas a revertir esta situación, sino que responde, principalmente, a fuertes ineficiencias que afectan tanto al gasto como a los ingresos públicos. Catamarca es la provincia argentina que menos ingresos fiscales propios recauda. En 1995, sólo $ 29 millones del total de $ 372 millones de ingresos de la provincia correspondieron a recursos tributarios o no tributarios de origen provincial, lo que representa una proporción inferior a 8% de sus ingresos corrientes, mientras que para el período ´90-´94 esta proporción promedió aún menos: 7%. De esta forma, la provincia tuvo el raro privilegio de superar a La Rioja en términos de la dependencia de fondos nacionales, y se mantiene sumamente alejada de la media de 58% que surge para esta variable en el consolidado de las 24 jurisdicciones provinciales. Por otro lado, la provincia se ubica segunda en el ranking de coparticipación federal per cápita, con aproximadamente $ 970 al año, cifra muy superior al promedio de $ 520 que recibe la región conformada por Catamarca, Jujuy, La Rioja, Salta, Santiago del Estero y Tucumán. Al observar el nivel y la composición del gasto, también surgen algunos aspectos negativos notables. Para el promedio de los últimos tres años, el gasto corriente de la provincia ha representado 93,5% de la totalidad de las erogaciones, un índice que no es posible encontrar en ninguna otra jurisdicción para ese mismo período, mientras que la media nacional se situó en 87,6%. Dentro de los gastos corrientes se destacan los destinados al pago al personal, con 66,4% del total en 1995. La planta de personal de la administración pública sumaba en 1994 aproximadamente 23. 000 personas, con una población de la provincia de 282. 000, lo que hace que cerca de ocho de cada cien catamarqueños fueran durante ese año empleados provinciales. Con respecto a las medidas adoptadas por la administración provincial, en julio de 1994 se transfirió a la Nación el sistema de previsión social, lo que significa para la provincia un ahorro de $ 45 millones al año, y comenzó un Programa de Reforma del Estado Provincial que ha logrado reducir ligeramente las erogaciones en personal, pero que ha resultado a todas luces insuficiente para desandar el sendero de incremento del gasto que se aceleró a partir de 1992 y se mantuvo hasta 1994. Oportunidad históricaLa provincia enfrenta en este momento una oportunidad histórica, a partir del proceso de inversiones que ha comenzado a generar la sanción de la Ley de Inversiones de Minería y el nuevo Código Minero. Bajo este marco regulatorio, un consorcio de empresas australianas y canadienses invertirán US$ 900 millones en el desarrollo del proyecto minero Bajo de la Alumbrera, que comenzará a producir oro y cobre a partir del segundo semestre de 1997. La provincia de Catamarca, en asociación con la Universidad Nacional de Tucumán, recibirá en carácter de socios del proyecto 20% de las ganancias netas (60% para la provincia y 40% para la universidad). Los recursos extraordinarios que recibirá la provincia pueden ser utilizados de diversas formas. Podrían destinarse a mantener indefinidamente el actual nivel de gasto corriente, a mejorar la deteriorada infraestructura vial o a muchos otros usos alternativos, de los cuales dependerá en gran medida la capacidad futura de crecimiento de la provincia. La hora de las decisiones para las autoridades ya ha comenzado. Los beneficios derivados de las nuevas inversiones comienzan a hacerse ver, como lo muestra el hecho de que la recaudación tributaria provincial ha mostrado durante el primer semestre de 1996 un crecimiento cercano a 40% con respecto al mismo período del año anterior.

    Una inyección de US$ 1. 700 millones

    Cambio de paisaje económico

    La minería y el sector agropecuario promovido generarán un fuerte ingreso de capitales. Bajo la Alumbrera será, en el año 2000, la novena mina de oro del mundo.

    Con una economía tradicionalmente dependiente del sector público, desde hace algunos años Catamarca ha experimentado un crecimiento del sector privado que se basó, fundamentalmente, en la puesta en marcha de proyectos mineros a gran escala y en la concreción de inversiones en el sector agropecuario bajo el régimen de Diferimientos Impositivos. Para citar una cifra, entre las inversiones comprometidas en Bajo la Alumbrera -el mayor emprendimiento de oro y cobre- y las de las empresas agropecuarias, en la provincia habrá una inyección de capitales algo superior a US$ 1. 700 millones de dólares. Bajo la Alumbrera -en el corazón de la precordillera catamarqueña, a 2. 600 metros de altura- se erige como el mayor emprendimiento minero de la provincia. No sólo eso: se calcula que en el año 2000 será la novena mina de oro del mundo y la 14ª de cobre. Su vida útil está estimada en 20 años. El emprendimiento se construye en nombre de la UTE conformada entre la empresa estatal Yacimientos Mineros Aguas de Dionisio (Ymad) y Minera Alumbrera Limited, cuyo capital accionario se reparte por igual entre la Mount Isa Pacific Pty. Ltd. -una subsidiaria de la australiana MIM Holdings Limited- y la Musto Explorations (Bermuda) -propiedad de la canadiense Rio Algom y la North, de Australia. La inversión total de la empresa sumará US$ 903 millones. A fines de junio pasado, la obra de ingeniería había avanzado en 87%, en tanto que la construcción llegaba a 17%. En esta etapa, trabajan allí más de 4. 000 personas, pero a partir de 1997 y durante 20 años la planta constante será de 700 empleados, la mayor parte de ellos con un alto nivel de especialización. Más allá de este megaproyecto, es preciso tener en cuenta que en el territorio catamarqueño hay más de 400 minas que aún no han sido explotadas, en las que se ha comprobado la existencia de cobre, plata, cuarzo, estaño, berilo, amianto, uranio, manganeso y bórax, entre los principales minerales. La mayor parte de estas minas se encuentran vacantes (sin dueño) o caducas (con dueño pero no explotadas).

    Impuestos diferidos

    Catamarca, San Juan y La Rioja son las tres provincias beneficiadas por el régimen de diferimientos impositivos establecido por la Ley Nacional de Desarrollo Económico. En rigor, este régimen permite diferir los montos que los inversionistas deben pagar por los impuestos sobre las ganancias, a los activos y al valor agregado (IVA). Según la inversión de cada prooyecto, la empresa promovida puede diferir hasta 75% de la masa considerada. Los montos diferidos recién comienzan a pagarse, libres de intereses, al cabo de cinco años de gracia adicionales al tiempo que demande la puesta en marcha de una determinada actividad agropecuaria o turística. En Catamarca, entre 1991 y 1995 se radicaron 233 empresas bajo este régimen. El monto total de la inversión comprometida asciende a $ 837 millones, sobre una superficie algo superior a las 270. 000 hectáreas trabajadas. Desde el punto de vista fiscal, las empresas promovidas dejan a la provincia una renta anual de alrededor de $ 6 millones, la cuarta parte de lo que recibe mensualmente por coparticipación federal. Entre 1993 y 1995 Catamarca triplicó sus exportaciones. Para este año se espera obtener un incremento levemente superior al anterior. En la práctica, eso se traduce en $ 63,5 millones contra los 21,2 millones que se exportaron el año pasado. La base de esta mejora en la performance exportadora está en la fibra de algodón, que pasaría de US$ 3 millones exportados en 1995 a un total de 38 millones este año. En cuanto al empleo, si bien en un principio el gobierno había sobreestimado el grado de absorción en el sector agropecuario de la gran oferta de mano de obra que arrojó la reforma del Estado, con el tiempo esta situación comenzó a revertirse. En la actualidad, solamente en los cultivos más desarrollados del Valle Central (olivo y jojoba) trabajan 3. 500 personas en forma directa. Si a eso se agregan los proyectos ganaderos y otros cultivos (como los frutales) el nivel de ocupación asciende a 5. 400 personas en empleo directo y 2. 000 en forma indirecta. (en Catamarca)


    Marcelo Sosa