El sistema general de cobertura de salud del personal en relación de dependencia es objeto de un debate extendido ya a lo
largo del tiempo, en el que la puja por los grados de desregulación y los correlativos intereses en juego no permiten avizorar
una inmediata definición.
En ese contexto, MERCADO encomendó a la firma consultora Grant Thornton una investigación especial acerca de las
decisiones empresarias relacionadas con la cuestión, en la que jugó un papel fundamental la experiencia de la consultora en
materia de economía, organización y administración de los servicios de salud desarrollados a través de su Healthcare
Consulting Group. Este tipo de estudio, ya realizado en otros países, posibilita detectar las líneas de decisión empresariales
y los elementos argumentales considerados en ese proceso.
Teniendo en cuenta que las disposiciones legales obligan a efectuar la cobertura en las obras sociales que corresponden a
las asociaciones profesionales a las que pertenece el personal de cada compañía, la idea fundamental de la investigación
apuntó a detectar en cuántas oportunidades, por qué razones y hacia cuáles prestadores de servicios privados de salud se ha
orientado la decisión de las empresas, para complementar o suplementar esos sistemas obligatorios.
El universo tomado en cuenta para realizar el estudio fue el de las 500 empresas de mayor facturación relevadas en el
ranking de MERCADO. Se recibieron 112 respuestas, Esto es, 22,4% del total.
OPCIONES DIFERENCIALES
El análisis de la encuesta efectuado por Grant Thornton permite concluir que el criterio bastante generalizado entre las
empresas es el de complementar la cobertura asistencial que brindan las obras sociales sindicales con contratos
suplementarios con entidades privadas de salud.
En efecto, 79,5% de las empresa encuestadas cuenta con esos convenios suplementarios. Es decir que apenas 20,5 de la
muestra se ha mantenido con la cobertura provista por las entidades dependientes de las asociaciones profesionales.
Pero es también un dato digno de destacar que aquella cobertura suplementaria no se aplica en términos generales a todo
el personal, sino que se trata, mayoritariamente, de un beneficio que se otorga a los niveles de mayor jerarquía del esquema
organizacional de la empresa. Concretamente, los niveles de ejecución mantienen su adhesión a las obras sociales, mientras
que los de la alta dirección se reservan para sí la posibilidad de obtener un mejor servicio médico.
Al momento de efectivizar la decisión, más de la mitad de la muestra (52%) adoptó una sola prepaga, pero el resto
(48%) efectuó su elección entre un mínimo de dos y un máximo de seis prestadores para la misma empresa. Esta
dispersión se explicaría, fundamentalmente, por el ánimo de distribuir el riesgo, y también por una estricta
departamentalización de la compañía que posibilitaría la toma de decisiones separada para distintos núcleos de
personal.
Concretamente, tomando este universo de decisiones múltiples, 58,2% volcó su preferencia por las siguientes empresas
de cobertura de salud (enumeradas por orden alfabético):
– Amsa
– Docthos
– Galeno
– Life
– Medicus
– Qualitas
– Tim
– Valmed
Un segundo grupo, que representa 18,8% de las decisiones, optó por las siguientes empresas (siempre por orden
alfabético):
– Assi
– Medicals
– Medicorp
– Praxis
– Salud
– Swiss Medical
– Vivir
Y un tercer grupo, que constituye 7,1% del total, se decidió por:
– Acceder
– Demos
– First
– Omint
– Staff Médico
El resto de las decisiones aparece como muy disperso. Se requeriría, por cierto, un número mayor de respuestas para
definir un grupo individual de líderes en la forma de un ranking de decisiones nacional. Por esta razón se ha preferido esa
forma de agrupamiento, que permite clasificar decisiones por grupos de prestadores médicos.
RAZONES Y SATISFACCION
Uno de los puntos clave del estudio ha sido el de determinar las razones por las cuales se ha producido una elección
determinada. El análisis de las cifras contenidas en las respuestas se expresa en el cuadro 1.
Es interesante destacar que 51% de las decisiones se basó en la calidad de los servicios y de los profesionales
ofrecidos por cada prepaga, y sólo 14,5% ha tenido en cuenta el costo relativo.
El hecho es doblemente llamativo en el contexto de ajustes presupuestarios en que se mueve hoy la mayoría de las
empresas, a pesar de lo cual han preferido una alta calidad de servicio frente a la opción de costos diferenciales. Esto viene a
confirmar que, cuando se trata del cuidado de la propia salud, se detecta que si, bien el costo tiene importancia como
variable de elección, en estos casos específicos los precios juegan un valor relativo y de baja elasticidad al momento de la
decisión.
Otro dato relevante a los efectos de la investigación tiene que ver con la percepción que tienen los encuestados acerca de
su experiencia con las coberturas privadas contratadas. Los resultados del estudio (expuestos en el Cuadro 2) indican que
una abrumadora mayoría (88%) ha manifestado una excelente o muy buena opinión con respecto a la calidad de los
servicios.