El gas y los hidrocarburos representan el sector de mayor relevancia y dinamismo en la economía neuquina. La magnitud de
los yacimientos, las ventajas comparativas de su ubicación debido a su proximidad con los grandes centros de consumo
del país y su infraestructura de transporte convirtieron a la actividad en el principal sustento de ingresos de la provincia.
Actualmente, estos insumos aportan 35% del producto bruto interno neuquino. La producción de petróleo en Neuquén, que
representa 34% del total nacional, aumentó en 169% durante el quinquenio 1988-1993. En el caso del gas, la provincia
contribuye con 54% de la oferta de todo el país, y en el período 1988-1993 el incremento de la producción fue superior a
100%.
Las regalías hidrocarburíferas y gasíferas que recibe la provincia se determinan calculando 12% del “valor en boca de pozo”
de la producción efectuada en la jurisdicción. Durante toda la década del ´80 y en lo que va de la de los años ´90, la
extracción de hidrocarburos y gas en Neuquén mantuvo una tendencia creciente, y por lo tanto los ingresos por estos
productos pese a los desvíos que han existido participaron de una proporción importante en el total de los recursos
provinciales. Al finalizar este año, Neuquén espera recibir cerca de US$ 280 millones por regalías (gas y petróleo), que
sumados a los US$ 150 millones por coparticipación representan 55% del total de los ingresos proyectados US$ 780
millones para este año.
Cruzando la Cordillera
La integración económica argentino-chilena se profundizó fuertemente a partir de febrero del año pasado, con la
finalización del oleoducto trasandino que parte de Puesto Hernández (Neuquén) y llega a la ciudad de Concepción (Chile).
La obra requirió una inversión de US$ 220 millones, y se financió con créditos privados, sin avales de ninguno de los
Estados intervinientes en el emprendimiento. La capacidad máxima de transporte por el tubo de 425 kilómetros es de
15.000 metros cúbicos por día, con posibilidades de ampliarla a 18.000 (dependiendo esto de la demanda que presente Chile
para exportar por la cuenca del Pacífico).
El oleoducto no sólo alienta el comercio bilateral, también permite proyectar los niveles de exportación petrolera de
Neuquén a valores cercanos a US$ 400 millones por año.
Por otra parte, Chile continúa siendo un atractivo mercado para cereales, azúcar, carne vacuna y aceites en general.
Neuquén, a su vez, presenta importantes ventajas competitivas en una gran variedad de productos, como peras, manzanas,
jugos concentrados, pelones, nectarines y carne vacuna y ovina de alta calidad.
Y acceder al mercado trasandino no significa únicamente abastecer la demanda interna chilena. Allí está, por cierto, la llave
para llegar a los mercados de la cuenca del Pacífico, sobre todo los países del Lejano Oriente y la costa oeste de Estados
Unidos.
Por ahora, problemas sanitarios (el virus de la aftosa para la carne, y la mosca de los futos para la pera y la manzana) actúan
como un freno de esta tendencia. Sin embargo, se estima que en pocos años más la Argentina habrá superado estas
dificultades, lo que permitirá que las autoridades sanitarias chilenas habiliten el paso y la utilización de los puertos del
Pacífico para acceder con los productos nacionales a los mercados de Oriente.
Pese a esto, es importante destacar que el desarrollo del intercambio comercial exigirá mejorar los servicios que requiere
cada una de las actividades. Actualmente, por ejemplo, ningún paso fronterizo entre ambas regiones está totalmente
pavimentado. El eje transporte, comunicaciones y servicios portuarios debe funcionar adecuadamente para poder avanzar en
la integración bioceánica.
Pese a las buenas perspectivas que presenta el mercado chileno y las posibilidades de utilizar los puertos del vecino país
para incursionar en la cuenca del Pacífico, voceros del sector privado de la provincia suelen argumentar que no existe una
política productiva acorde con las demandas de los mercados en cuestión.
Peras y manzanas frescas, jugos concentrados y lanas elaboradas son los principales rubros que Neuquén comercializa
actualmente con el exterior. Entre los productos primarios y las manufacturas de origen agropecuario, la provincia exporta
por valores cercanos a US$ 40 millones por año. La cifra, argumentan muchos empresarios, podría duplicarse rápidamente
si existiera una política agropecuaria e industrial con objetivos claros para el mediano y largo plazo.
Javier Lojo
El Protagonismo de los Gobernadores
Cuando la prensa escrita se ocupa de un gobernador de provincia, en una de cada tres ocasiones el protagonista de la
información es Eduardo Duhalde. Lo siguen, en orden de apariciones, el rionegrino Horacio Massaccesi (14% de las
menciones) y el recientemente relevado Eduardo Angeloz (11,6%).
Los indicadores surgen de una investigación realizada por la firma Germano & Giacobbe (expertos en imagen y
comunicación) sobre las menciones periodísticas acumuladas por los mandatarios provinciales en diarios y revistas entre
octubre de 1992 y junio de 1995.
La lectura del ranking revela hasta qué punto el anecdotario político (e incluso personal) de los gobernadores prevalece
sobre la información estrictamente vinculada con sus provincias. La candidatura presidencial de Massaccesi, las
aspiraciones (contrariadas) de Ramón Ortega de integrar la fórmula justicialista y el episodio policial que protagonizó a
fines de 1993 el gobernador de San Luis fueron los factores que en mayor medida contribuyeron a sumarles puntos en este
relevamiento.
Por un sistema nacional competitivo
Argentina, Gran Exportador
El economista Martín Schwab y Etchebarne propone en su último trabajo una alianza productiva encaminada al desarrollo.
Desde 1985 vengo predicando la urgente necesidad de aumentar rápidamente las exportaciones argentinas de bienes y
servicios con creciente calidad, tecnología y valor agregado, de forma de generar las divisas y monedas fuertes que la
Argentina necesitará para pagar sus importaciones, su gran deuda externa y el enorme esfuerzo de modernizar y repotenciar
su infraestructura: caminos, autopistas, puentes, puertos, transportes, comunicaciones, etc.”
Con estas palabras, introduce su última obra Martín Schwab y Etchebarne, quien se autodefine como un Empecinado
Exportador. El libro, titulado precisamente Argentina, gran exportador, incorpora la experiencia de los dragones asiáticos y
la evaluación y recomendación del Banco Mundial en su informe de 1993.
El autor destaca la imperiosa necesidad de constituir el “sistema nacional competitivo”, en el que el nuevo tándem Estado-
mercado asumiría un papel fundamental: permitir al país proyectar al mundo su potencial productor y creativo, para
competir eficazmente y desplazar a otros proveedores.
Con este trabajo, Schwab y Etchebarne completa una suerte de tetralogía iniciada en 1985 con El Estado eficaz, donde
proponía una amplia reforma del sector público, la privatización y la desregulación. Tras la publicación de esta obra, el
autor fue convocado por el entonces presidente Raúl Alfonsín, y junto con Manuel Tanoira creó la primera Subsecretaría de
Privatizaciones.
En 1987 presentó La Argentina ganadora, en la que planteaba una concertación estratégica multipartidaria, y un plan de
crecimiento a diez años, el Decaplan. Dos años más tarde, continuó la saga con Exportar para crecer y ganar, un título que
resumía claramente la filosofía de la obra.
Después de analizar exhaustivamente todos los elementos en que funda su propuesta inversiones netas por US$ 7.000 a
8.000 millones anuales con la creación de cuatro millones de empleos productivos, el plan para el corto plazo expone
herramientas tales como una “alianza productiva” basada en la mayor libertad económica posible, aunque sin excluir su
compatibilización con la justicia y la ética de la solidaridad, y la menor intervención estatal necesaria. Asimismo, prevé un
mercado de capitales con “inversores de Tokio, Zurich, Franckfort, Madrid, París, Wall Street, los que aportarán el capital”,
junto a las empresas y trabajadores locales que ahorrarán e invertirán en las unidades productivas. Apertura de la economía,
estricto control presupuestario y promoción industrial son otros de los elementos constitutivos de la ambiciosa y esperanzada
propuesta.