Autorizada a funcionar como banco en diciembre de 1993, la antigua casa de cambios Mercurio comenzó a desarrollar las
nuevas actividades desde octubre, con lo que se constituyó en la entidad más joven de las que integran el sistema financiero.
A esta etapa llegó después de que la familia Benadon, propietaria de Cambios Mercurio, adquiriera el control
mayoritario del Banco Inversora de La Plata, que mediante un proceso de fusión y absorción se transformó en el
Banco Mercurio, que incorporó a su patrimonio los activos de la casa cambiaria.
Respaldado, en buena medida, por su tradición en el mercado de cambios, el Banco Mercurio logró pasar sin mayores problemas el
cimbronazo que afectó al sistema financiero después del llamado efecto tequila. Según el gerente de Administración y Finanzas,
Daniel Troccoli, a esto contribuyó notablemente la fidelidad de los clientes, basada en una relación que se hizo muy intensa durante
la época en que el dólar era el centro de la actividad económica y financiera.
Troccoli avala su apreciación señalando que el nivel de depósitos, que a fines de diciembre ascendía a $ 3,2 millones, pasó a
fines de mayo a $ 4,8 millones.
Pese a que una gran parte de los clientes proviene del negocio cambiario, este segmento viene perdiendo gravitación dentro
del conjunto de actividades del banco, debido a la creciente importancia que en los últimos meses adquirieron las
operaciones con títulos públicos, a través de la constitución de su propia casa de Bolsa, Mercurio, que funciona básicamente
a través de la rueda continua.
Atención Personalizada
A ello se agregan las mayores operaciones realizadas en el segmento de la intermediación financiera y en el de los servicios,
entre los que se incluye el asesoramiento económico y financiero a empresas e inversores particulares. Estos últimos son
atendidos en forma personalizada a través de la banca individual, que incluye un asesoramiento integral, tanto en
operaciones de plazo fijo, préstamos y operaciones de Bolsa como, en un futuro próximo, los Fondos Comunes de Inversión
que el banco esta próximo a constituir. Para acceder a estos servicios, se requiere disponer de un capital mínimo de $
20.000.
Para reforzar el patrimonio de la entidad, el grupo mayoritario realizó en enero un aporte de capital de $ 2,5 millones, que
elevó el patrimonio neto a $ 13 millones. Según señala Troccoli, existe la posibilidad de que en el futuro se concreten
nuevos aportes de capital, acompañando la expansión de los negocios.
Banco Mercurio opera exclusivamente en su casa central, ubicada en plena City. Por el momento sostiene
Troccoli no está prevista la apertura de sucursales, porque esto no condice con el perfil de banco que aspiramos a
tener, basado en la especialización en operaciones financieras, excluidos los negocios tradicionales de banca
minorista.
La política de la entidad está orientada a asistir con líneas de préstamos a empresas que merezcan restablecer la asistencia
crediticia, expandiendo simultáneamente la banca individual.