Un diagnóstico preciso

    En agosto de 1991 MERCADO inició su encuesta semestral para medir las expectativas de los empresarios. Desde entonces,

    se ha mantenido el mismo diseño, elaborado por el sociólogo Heriberto Muraro, y el procesamiento de la información ha

    estado en todas las ocasiones a cargo de la firma especializada Telesurvey. De modo que la continuidad y la metodología de

    esta medición se han mantenido sin alteraciones.

    Desde el comienzo, el pronóstico sobre la evolución de las ventas fue considerado como uno de los factores más relevantes

    para evaluar el clima de los negocios. Pero nunca, como en esta oportunidad, las estimaciones acerca de esta variable

    representaron un pronunciamiento tan contundentemente negativo: más de la mitad (53%) de los consultados vaticina que

    su facturación bajará con respecto al año pasado. Lo que representa un salto significativo con respecto al 23% registrado en

    enero. Y la diferencia es abismal frente al 11% de empresarios que formulaban este pronóstico cuatro años atrás.

    En forma simétrica, quienes avizoran un aumento de las ventas descendieron de 48 a 17%. Vale la pena mencionar que

    entre éstos sobresalen netamente los industriales del sector alimentario (27%), en tanto que los pronósticos más pesimistas

    provienen de los fabricantes de otros productos de consumo masivo (75% anticipa una caída de los negocios).

    La retracción de los precios que suele acompañar a un período recesivo está claramente presente en las expectativas de los

    empresarios: 26% prevé una deflación, en tanto que sólo 17% espera aumentos (frente a 24% de la encuesta publicada en

    enero).

    Los encuestados adhieren, mayoritariamente, a la idea de que la recesión impulsará las exportaciones: la proporción de

    quienes proyectan vender a los mercados externos aumentó de 44 a 67% entre las últimas dos mediciones. (Nuevamente se

    advierte aquí un liderazgo neto de la industria de los alimentos, con 88% de respuestas positivas).

    Entre quienes esperan exportar, dos tercios estiman que sus ingresos provenientes del exterior serán algo o muy superiores a los que

    se registraron en la segunda mitad de 1994. Y tres de cada cuatro anticipan que estas operaciones resultarán rentables.

    Significativamente, sólo 25% de los que respondieron a la primera encuesta, en 1991, creía en la posibilidad de generar ganancias

    fronteras afuera.

    Con respecto a la política de aranceles para importaciones, 37% de los empresarios prevé mayores cargas, frente a 12% que

    formulaba esta apreciación en enero.

    Depresión Salarial, Desempleo

    Otro de los ingredientes clásicos de una recesión, la caída en los ingresos reales de los trabajadores, se dibuja con inusual

    nitidez en las respuestas. Los que calculan que los salarios se mantendrán en línea con la inflación descendieron de 35 a

    23%. Y es abrumadora la mayoría (71%) de los que anticipan que los sueldos quedarán rezagados con respecto al costo de

    vida (frente a sólo 40% que preveía esto en enero). El temor a que las remuneraciones trepen más que el índice de precios

    prácticamente ha desaparecido: sólo 4% se inclinó por esta alternativa que, en cambio, consideraba probable 23% de la

    muestra en la medición anterior.

    Los empresarios confían, sin embargo, en que la situación no conducirá a conflictos laborales: 46% no cree en esta

    posibilidad y el resto opina que los desacuerdos serán manejables.

    Es particularmente revelador el cuadro de pronósticos acerca de la generación de empleo. Los que planean incrementar

    moderadamente su nómina de personal descendieron de 13 a 6%. Son casi inexistentes los proyectos de aumentos más

    significativos en los planteles: sólo 2% menciona esta posibilidad, frente a 7% en la encuesta anterior. Por el contrario, un

    tercio de los empresarios anticipa que reducirá su personal hasta 10%. Y los que prevén recortes más drásticos subieron a

    12% (comparado con el 5% registrado en enero).

    Dificultades Financieras, Capacidad Ociosa

    Nadie, entre los encuestados, confía en que el acceso al crédito será más fácil en el próximo semestre. Es cierto que no eran

    muchos (9%) los que manifestaban optimismo en este terreno en enero, pero la brecha es colosal con respecto a 1991,

    cuando 43% mantenía expectativas favorables.

    En contrapartida, 77% pronostica dificultades para obtener apoyo financiero, frente a menos de un tercio que manifestó este

    temor en la última encuesta.

    Coherentemente, casi la mitad (46%) estima que las tasas de interés serán mucho más elevadas que la inflación, una

    opinión que compartía sólo 21% de la muestra en la medición anterior. Y poco más de un tercio prevé un aumento algo

    superior.

    Con respecto a la utilización de la capacidad instalada, los que prevén mejoras descendieron de la mitad de la muestra en

    enero a sólo 28% en la actualidad. Las previsiones de mayor capacidad ociosa subieron, en cambio, de 7 a 38%. El sector

    metalmecánico es el que, en esta ocasión, lanza el vaticinio más pesimista: 21% de los industriales del sector creen que el

    porcentaje de uso de sus instalaciones será muy inferior.

    Invertir, a Pesar de Todo

    Una de las escasas paradojas que surgen de las respuestas aparece, curiosamente, por el lado de las inversiones. Casi tres cuartas

    partes (73%) de los consultados señalan que han realizado o proyectan realizar inversiones en su empresa durante este año. Lo que

    representa un avance significativo frente al 58% que respondió afirmativamente en enero.

    Los proyectos, sin embargo, son más modestos. Sólo 12% planea destinar más de $ 20 millones a nuevas inversiones,

    mientras que uno de cada cinco pensaba en ese monto seis meses atrás. Curiosamente, los fabricantes de productos de

    consumo masivo (no alimentarios) que muestran un bajo perfil de expectativas son los que en mayor medida (40%) se

    inclinan por las grandes apuestas.

    Pero, a la hora de evaluar la rentabilidad de su negocio para lo que resta del año, crece notablemente la proporción de los que

    esperan resultados negativos: 11% (en enero el índice era de sólo 2%).

    La Presión Fiscal

    En agosto de 1991, las opiniones en torno del impacto de la reforma tributaria se repartían parejamente entre quienes

    percibían un efecto favorable, los que no advertían cambios y los que emitían un juicio negativo. En la medición realizada

    en enero de este año, las proporciones habían variado ligeramente: 39% observaba un resultado positivo, 40% se

    pronunciaba por una respuesta neutra y 21% votaba por la negativa. Ahora, el cuadro se altera radicalmente. Los que

    señalan un impacto negativo en términos de costos impositivos alcanzan a 70% de la muestra. Se redujeron a 7% los que

    muestran aprobación y a 22% los que piensan que nada ha cambiado.

    El fantasma de la temida voracidad fiscal pesa, desde luego, en estas opiniones, y es probable que tenga también una

    influencia negativa en la percepción de los efectos de la política económica. Cuando se les pide una opinión acerca de la

    repercusión que tendrán en sus empresas las medidas del equipo Cavallo, 37% las califica como muy o algo favorables, lo

    que representa un pronunciado descenso con respecto a la última medición, cuando 56% manifestaba un juicio positivo. Los

    que prevén efectos perjudiciales aumentaron, en cambio, de 21 a 44%.

    Finalmente, cuando se les pregunta a los empresarios qué piensan acerca de las perspectivas de la economía argentina para

    el próximo semestre, surge un panorama que quizá sea de más interés para los sociólogos que para los economistas. Hay un

    núcleo de optimismo que se quebró por la mitad a mediados de 1994, cuando el índice de opiniones positivas bajó

    abruptamente de 70 a 37%, pero sigue manteniéndose allí, incluso con un leve aumento (ahora registra 38%).

    Lo que ha cambiado, y mucho, es la franja de los que expresaban un juicio neutro, que descendió de 34 a 21% entre las últimas dos

    mediciones. Y la migración se produjo, casi enteramente, hacia los que se reconocen pesimistas: eran 28% en enero, ahora suman

    41%.

    Ficha Técnica

    Esta es la encuesta de expectativas de MERCADO que ha tenido el mayor índice de respuestas desde que se realizó la

    primera medición, en agosto de 1991. En esta oportunidad, 151 empresas pertenecientes a 43 sectores económicos

    completaron los cuestionarios enviados. De ellas, 30% operan como subsidiarias de compañías extranjeras y 70% son de

    capitales nacionales.

    Los resultados de las anteriores mediciones se publicaron en las siguientes fechas: agosto y diciembre de 1991, agosto de

    1992, enero, julio y diciembre de 1993, julio de 1994 y enero de 1995.

    El diseño de la encuesta fue elaborado por Heriberto Muraro y la firma especializada Telesurvey tuvo a su cargo la tabulación y el

    procesamiento de los datos obtenidos.