Como se sabe, la realidad se encargó de desmentir las esperanzadas proyecciones bosquejadas por las administradoras
durante el período de puesta en marcha del nuevo sistema previsional. Sólo los grupos que se habían fijado metas
conservadoras se aproximaron a las cifras estimadas de adhesiones y de cobrabilidad.
Una de las más claras lecciones que dejó la experiencia es que el éxito de una AFJP depende de una férrea cultura de
costos. La caída del nivel de cobranzas que afecta a todos pone en peligro la posibilidad de mantener una relación
adecuada entre los ingresos y los egresos. Ese balance surge de la combinación de varios factores: clientes, aportes y
salario promedio, apunta Mauricio Barassi, adscripto a la gerencia general de ProRenta. Los afiliados son una
variable determinada por su trabajo; su calidad se relaciona un poco con la labor de la empresa y otro tanto con el
contexto socioeconómico. La cobrabilidad refleja la situación económica, al igual que el sueldo medio.
Algo más de 70% de los gastos del sector son fijos. Es preciso contar con un cierto número de clientes para poder
cumplir con las reglamentaciones exigidas por la Superintendencia de la actividad, señala Francisco Cabrera,
gerente general de Máxima. A eso se le suma la política agresiva de traspasos de ciertas AFJPs. Nadie puede estar
inactivo ante ella. Hay que realizar una inversión significativa en promotores y publicidad. Todo esto no se puede
solventar sin un número importante de adherentes.
Una empresa previsional que se estructuró para ser pequeña o mediana desde sus inicios, y no destinó grandes sumas a
publicidad, marketing y fuerza de ventas, puede tener un desempeño satisfactorio. Lo mismo sucede con las líderes. El
problema suele estar en aquellas que pretendían ser grandes, se dimensionaron para serlo, pero se quedaron a mitad de
camino.
Alrededor de 15% del presupuesto del primer año de un segmento importante de administradoras se destinó al
entrenamiento de los vendedores y empleados. Y, a pesar de los fuertes recortes, todavía es posible encontrar dotaciones de
promotores que rondan dos mil personas en AFJPs con 250.000 a 340.000 afiliados.
Puesto que están imposibilitadas de emplear sus recursos para la prestación de otro tipo de servicios o la comercialización
de otros bienes, y de contratar a terceros para desempeñar tareas específicas, las AFJPs tienen toda su infraestructura de
gastos fijos aplicada a un solo producto, recuerda Ricardo Guitart, gerente general de Siembra. Este es un caso único en la
actividad económica local. La diversificación es una alternativa cerrada.
Bajos Aportes
Según los primeros análisis, la baja tasa de cobranza de los aportes acompaña al crecimiento del desempleo en el país.
También interviene aquí la dificultad de muchas empresas para cumplir de manera puntual con sus obligaciones fiscales y
previsionales. Sin embargo, aunque la existencia del fenómeno es innegable, su magnitud continúa rodeada de
imprecisiones. Todos los analistas del sector admiten que en el volumen teórico de aportantes se incluyen, erróneamente,
desempleados, trabajadores de corresponsalía gremial y empleados de cajas provinciales.
Por otra parte, la experiencia ha demostrado que la morosidad tiene una fuerte gravitación en los índices. La tasa de
cobrabilidad de junio de 1994 llegó a cerca de 80%. Pero esto sólo pudo constatarse ocho meses después, porque una
proporción significativa de los fondos correspondientes a ese período demoraron todo ese tiempo en ingresar.
En agosto del año pasado, las cifras indicaban que la relación aportantes-adherentes durante el mes de julio había sido de
70%. En los nueve meses siguientes ese índice creció 10%.
Pero el índice de recaudación de abril de este año fue de sólo 50%. Si se mantuvieran las tendencias de incremento
posterior, el nivel contribución llegaría a 60% entre diciembre y enero.
Yanina Mazzia
Anticipar-Savia
La Segunda Boda
La última fusión entre administradoras dará origen a una entidad con 170.000 afiliados, que podrían llegar a 190.000 a fin
de año.
La más reciente conmoción en el ámbito de las AFJPs provino del anuncio de que Anticipar absorberá a Savia, una
operación todavía pendiente de aprobación por parte de la Superintendencia que fiscaliza a estas entidades pero que, de
confirmarse, pasaría a constituirse en el segundo acontecimiento de este tipo, después de la absorción de Dignitas por
Siembra.
Guillermo Sorondo, titular de Anticipar, admitió que ya se firmó el convenio entre ambas AFJPs y recién para agosto o
septiembre podría concretarse la unión legal, ya realizados todos los trámites administrativos.
La transferencia del paquete accionario se concretó sin movilización de dinero. En contrapartida, los dueños de Savia (el
grupo Sudamérica de Seguros) recibirán una participación máxima de 8% en el capital de Previar, el holding que
administra Anticipar, cuyos socios principales son Banmédica (una medicina prepaga de Chile) y la siderúrgica Acindar,
cada una con 20% del capital.
Los otros socios de Previar, con una participación de 10%, son los bancos ABN Amro, Medefin y Ciudad, a los que se
agrega la multinacional Cargill. También integran el holding, pero con 5% cada una, la compañía de Seguros La
Construcción, perteneciente a la cámara que nuclea a las entidades del sector, Cerámica Zanon y la empresa constructora
Aragón.
La participación de 8% que tendrán los dueños de Savia en Previar hará que la gravitación de los demás integrantes
disminuya entre 1 y 1,5% sobre las tenencias actuales.
Buena Rentabilidad
Según explica Sorondo, la realización del proyecto Anticipar demandó una inversión de $ 40 millones, entre los que se
incluyen los desembolsos destinados a constituir la empresa de seguros de vida Generación y una compañía de seguros de
retiro que todavía no está en actividad.
Si a los 125.000 afiliados con que hoy cuenta Anticipar se suman los 45.000 de Savia, se llegará al momento de la unión a
170.000, sin computar las nuevas incorporaciones hasta esa fecha. Sorondo estima que para diciembre la cartera
consolidada de Anticipar alcanzará a 190.000 (aumenta a un ritmo de 3.000 mensuales) y se alcanzarán las metas
originales.
En la tercera semana de junio, cuando ya se habían recibido los aportes correspondientes a los sueldos de mayo, la cartera
de Anticipar ascendía a $ 40 millones. De ellos, $ 3 millones correspondían a ganancias obtenidas desde la iniciación de las
actividades. Con el tiempo, agrega Sorondo, la participación de las utilidades dentro de la cartera patrimonial irá
incrementándose, por la natural acumulación de los beneficios.
Anticipar se destaca por la importante rentabilidad obtenida de sus inversiones, que desde la iniciación de la actividad y hasta
promediar la tercera semana de junio alcanzaba a 15,14%.
L. G.