La energia hasta el siglo xxi

    En lo que resta de la década, la Argentina tendrá abundancia energética, lo que no significa energía barata. A principios del próximo siglo el horizonte energético del país enfrentará renovados desafíos.

    Si prevalece la ausencia de objetivos estratégicos es probable que la abundancia se vuelva escasez.

    La entrada en servicio de Yacyretá y el aporte gradual de 20.000 Gigawatts/hora adicionales entre1995 y 1998, mejora sustancialmente la oferta hidroeléctrica, también favorecida por la entrada en servicio de Piedra del Aguila, que en 1995 estará trabajando con todas sus turbinas.

    El desarrollo del gas natural mantendrá su ritmo de expansión hasta encontrarse hacia fines de la década con la capacidad del actual sistema de transporte saturada (83 millones de m3/día).

    La incorporación de Atucha II hacia fines del siglo constituye el último aporte diferido del sistema de asignación planificada de recursos a las fuentes de energía primaria, hoy bajo reglas de mercado.

    La producción petrolera continuará creciendo a tasas decrecientes a menos que se produzcan descubrimientos significativos de nuevas reservas. Durante la presente década la oferta petrolera seguirá siendo excedentaria con respecto a las necesidades del mercado interno. Si el PBI desacelera su ritmo de crecimiento a 2,5% acumulativo anual, la oferta petrolera argentina igualará la demanda doméstica entre 2003 y 2005. Si la economía mantiene una tasa de crecimiento acumulativo de 4% anual, oferta y demanda petrolera se cruzarían entre 1999 y 2002.

    Las Fuentes.

    En 1993, las fuentes de energía primaria correspondieron a la siguiente estructura relativa:

    petróleo: 49,58%.

    gas natural 37,93%.

    energía nuclear 3,38%.

    hidroelectricidad 3,31%.

    carbón mineral 1,78%.

    otras 4,02%.

    El cuadro 1 muestra la evolución de la participación relativa de las fuentes de energía primaria en la Argentina. Los cuadros 2 y 3 proyectan la futura participación relativa de las fuentes a partir de dos hipótesis de crecimiento del producto (2,5% y 4% acumulativo anual).

    En la alternativa de crecimiento moderado la participación relativa del petróleo decrece debido al mayor aporte de la hidroelectricidad y a la continuidad de proceso de sustitución del gas natural. En la hipótesis de mayor crecimiento del FBI la importancia relativa del petróleo no decrece. Es preciso recordar que el petróleo ajusta el balance energético.

    Cualquiera sea la hipótesis de crecimiento, la matriz de energía primaria en la Argentina de la próxima década seguirá siendo muy dependiente del petróleo y del gas natural. Este es un elemento condicionante de la formulación de una estrategia sectorial. El otro elemento clave es que el gas sigue siendo el recurso escaso relativamente abundante entre las fuentes primarias. Sin embargo, su desarrollo está acotado por la necesidad de contar con nuevos sistemas de transportes.

    El gráfico de energías permite visualizar la transformación de energía primaria en energía secundaria y el volumen final de energía disponible.