Navegar en nuevas aguas

    La diversificación de actividades que en los últimos años encaró la empresa petrolera Astra no se orientó solamente hacia la compra de participaciones de capital en empresas de servicios privatizadas. También dio un gran impulso al sector naviero, que hasta hace pocos años se mantenía como una sección dentro de su estructura.

    A partir de 1990, los directivos constituyeron Antares Naviera, cuyo capital se encuentra en su totalidad en poder de Astra. La nueva empresa cobró impulso con la compra a YPF de dos barcos: el Libertador General San Martín y el Ingeniero Villa, este último rebautizado Comandante Tomás Espora. Además posee otras cinco unidades: Astra IV (transporte refrigerado de propano y butano), Antares I y Aldebarán II (petróleo y fueloil) y Polaris I y Toba Pegaso (nafta, gasoil y kerosene).

    A su vez, Antares Naviera, juntamente con la empresa chilena Ultragás y las nacionales Ciamar y Delbene, adquirió 70% del capital de Transportes Marítimos Petroleros (TMP). El 30% restante lo retuvo para sí YPF. Dentro del consorcio, Antares Naviera mantiene 50% del capital y actúa como operadora.

    TMP explota cuatro barcos: dos de 60.000 toneladas (Presidente Humberto Illia y José Fuchs) y los dos restantes de 30.000 (Capitán Constante y Humberto Beghin).

    Antares y TMP disponen de una flota conjunta de 270.000 toneladas de porte bruto, lo que ubica al grupo como el principal operador naviero de cargas líquidas del país (excluyendo las flotas propias de Esso y de Shell) y uno de los más importantes de Latinoamérica a nivel privado.

    Vale la pena mencionar, como dato curioso, que ninguna de las dos empresas tiene como cliente a Astra; la petrolera concreta la totalidad de sus ventas en boca de pozo o en las terminales marítimas de las compañías refinadoras.

    Los fletes anuales realizados por Antares y TMP alcanzan a US$ 60 millones, con una ganancia conjunta de US$ 10 millones, de la que Astra recibe US$ 6 millones.

    Según Carlos Carpanelli, titular de ambas compañías, las unidades que componen las dos flotas tienen una antigüedad promedio de 12 años y todas se hallan clasificadas por el American Bureau of Shipping, de Estados Unidos, y el Bureau Veritas, de Francia, lo que avala que las unidades se hallan en adecuadas condiciones de navegabilidad.

    Estos certificados, sostiene Carpanelli, podrían complementarse el año próximo con otro que otorga la American Bureau of Shipping: el de calidad total como armadores, de acuerdo con las normas ISO 9002.

    Tanto Antares como TMP realizan transportes locales y regionales (Brasil, Chile y Uruguay), y una de sus unidades, el Capitán Constante, opera también en la zona del Caribe, donde ganó una licitación internacional realizada por el ente petrolero mexicano (Pemex).

    En el mercado local, TMP tiene un contrato de exclusividad por tres años con YPF, para el transporte de 3 millones de metros cúbicos de petróleo anuales desde el golfo de San Jorge hasta Puerto Rosales, en Bahía Blanca, de donde es derivado por oleoducto hasta la destilería que la ex empresa estatal posee en la ciudad de La Plata.

    El patrimonio total de las dos empresas es de US$ 85 millones (Antares: 25 millones, y TMP: 60 millones), en los que Astra participa con US$ 45 millones. Para la compra de 70% del capital de TMP, el consorcio obtuvo un préstamo por US$ 16 millones a cuatro años, que vence en 1997, otorgado por el Banque Worms, de Francia.

    Los planes futuros de la empresa incluyen la construcción de una unidad de 46.500 toneladas de porte bruto, con una inversión de US$ 40 millones, que sería financiada por el gobierno español por intermedio del BICE. La unidad estará capacitada para el transporte de todo tipo de productos (desde nafta y gasoil hasta el componente MTBE, (que permite producir la nafta sin plomo). Si las negociaciones llegan a feliz término, la construcción podría comenzar en 1995.