– Una nueva adquisición conmovió al agitado -y disputado-
sector de las galletitas. La incursión del grupo Macri,
a través de una marca tradicional y prestigiosa, podría
alterar el actual panorama, dominado por Bagley y Terrabusi –
El grupo Macri finalmente se quedó con Canale. Las negociaciones
que culminaron el 12 de agosto dejaron al holding Socma con 71%
de las acciones que componen el capital de la firma conocida,
sobre todo, por la marca de los legendarios bizcochos. Los integrantes
de la familia fundadora retuvieron una porción minoritaria
(9%), y el 20% restante se encuentra ahora distribuido entre
accionistas que adquirieron sus tenencias a través de la
dilatada trayectoria de Canale en el circuito bursátil.
Según el jefe saliente de la empresa, Rodolfo A. Canale
(quien dejará formalmente el cargo de presidente en la
asamblea que se realizará en octubre), la operación
ha sido ventajosa desde todo punto de vista. Permitirá,
entre otras cosas, concretar importantes proyectos que no podían
materializarse debido a la insuficiencia de capital que afectó
a Canale durante los últimos años.
En lo que respecta al grupo Macri, la adquisición de Canale
parece revelar la intención de intensificar su participación
en el sector de los alimentos, donde ya tiene una activa presencia
a través de Citrus Famaillá (con explotación
de cítricos en Tucumán) y de la marca Bonfreeze
de productos congelados.
Con esta compra, Macri pasará a ocupar un lugar destacado
en otros mercados, además de las galletitas, donde Canale
se ubica, con alrededor de 9%, después de Bagley y Terrabusi,
que en conjunto controlan 60% del sector. Tambien participará
en el de fideos, pan dulce y diversos alimentos envasados. En
mermeladas, por ejemplo, la marca Canale absorbe una quinta parte
del
mercado, mientras que en otros rubros donde las ventas están
más atomizadas, como conservas de tomate y arvejas, su
participación es menor: entre 5 y 8%.
Además, Canale posee una importante planta de envases de
hojalata en la localidad de Llavallol, en la provincia de Buenos
Aires, donde fabrica sus propios envases y vende a terceros, aunque
las actividades de este sector han estado frenadas por la falta
de capital. La comercialización de estos envases exige
contar con una importante financiación; los clientes son
fabricantes de productos estacionales, que en muchos casos compiten
con el producto final de Canale.
FONDOS FRESCOS.
El acuerdo concretado con el grupo Macri incluye la realización
de una suscripción por $ 30 millones destinada a reforzar
el capital de trabajo y facilitar la concreción de diversos
proyectos demorados.
Como en esta emisión podrán intervenir también
los accionistas minoritarios que lo deseen, tanto los directivos
de Macri como los de Canale decidieron concretar anticipos irrevocables
a cuenta de esa emisión, que fueron realizados en proporción
a sus respectivas tenencias.
Socma ya ingresó $ 21,3 millones y la familia Canale, $
2,7 millones, que en conjunto suman $ 24 millones. Los $ 6 millones
restantes quedarán a disposición de los inversores
minoritarios. Si éstos deciden no absorber en su totalidad
ese importe, el remanente será aportado por el resto de
los socios en relación con sus tenencias.
El impacto de esta inyección de fondos se hará sentir
en los resultados de Canale recién a partir del trimestre
octubre-diciembre. El balance que la empresa presentará
en estos días a la Bolsa (el anual al 30 de junio) no exhibirá
cambios sustanciales con respecto a los anteriores. Algo similar
ocurrirá con el actual trimestre (julio-septiembre), que
reflejará muy parcialmente la incorporación de los
nuevos fondos a su debilitado capital en giro.
En la Bolsa, las acciones de Canale se negocian en torno de $
140, es decir que la valuación del mercado para toda la
empresa es de $ 25 millones, sobre un capital total compuesto
por 1.764.474 acciones de $ 0,10 de valor nominal. La única
retribución que percibió la familia Canale por la
operación son los $ 2,7 millones que incorporará
a la empresa a través de la suscripción, cuyo importe
fue abonado por Socma.
L. G.