Anticipar el futuro es una cotidiana obsesión de MERCADO. Cuando se preparan los contenidos periodísticos de cada edición, el objetivo omnipresente -aunque no siempre explícito- es dar cuenta de tendencias que prometen consolidarse, suministrar pistas para prever la marcha de los acontecimientos y entrenar al lector para reaccionar ante lo imprevisible.
Esta edición del 25º Aniversario tiene un alto componente de anticipación, sin incurrir en la profecía ni en las predicciones de Fin del Milenio que empiezan a pulular. Todo lo que se diga sobre el futuro -un enorme porcentaje de lo cual resultará errado- es una manera de brindar una visión del presente y del pasado. En todo caso, para acordar o disentir, habrá que hacer un ejercicio de reflexión, una práctica a menudo olvidada en la sociedad del vértigo y la instantaneidad en que nos toca actuar.
¿Cómo serán los próximos 25 años de la Argentina, de América latina, del mundo? ¿Qué pasará con la tecnología, con las ideas y teorías? ¿Habrá capitalismo o estaremos ante un nuevo modelo de organización económica? De todos los supuestos sobre los que descansan hoy el management, el marketing, la organización y el gobierno de las empresas, ¿quedará alguno en pie?
Hay que familiarizarse con la tecnología, con sus impresionantes avances y con los problemas inéditos que planteará. La informática permite hoy un mercado financiero global, con estrellas como los derivatives y toda la gama de securities, con un movimiento diario de divisas que supera las tenencias conjuntas de todos los bancos centrales y que torna estéril el esfuerzo concertado de las grandes economías por estabilizar el valor de las divisas.
Nuevas formas y contenidos de la democracia, la necesidad de una nueva teoría económica, revolucionarios modos de producir y de trabajar, son algunos de los temas en la agenda. Habrá globalización, y también novedosas manifestaciones de la vitalidad de los estados nacionales.
Masivas migraciones desde las áreas de pobreza hacia los bolsones de prosperidad aumentarán las tensiones y los conflictos.
Tanto como la ansiedad por el aprovisionamiento energético, la humanidad convivirá con la escasez de agua potable; con el surgimiento de nuevos centros de poder en el anillo del Pacífico, con sociedades con una escala de valores diferente de la llamada, convencionalmente, cultura occidental.
El fundamentalismo religioso será un dato insoslayable, y la defensa de la privacidad amenazada, un batallar incesante.
Serán tiempos de incertidumbre, pero también de oportunidad. Fascinantes y riesgosos. En esencia, esta visión define los contenidos que tendrá esta revista en los próximos años.