El estilo es el hombre

    – El desafío del cambio es -y en esto parece haber unanimidad de opiniones- demasiado vasto y complejo como para ser asumido por un individuo. En el mundo de la política y -aun más- en el de los negocios, la noción de la figura providencial ha sido ya casi totalmente descartada en favor de la consigna del trabajo en equipo. Los personajes míticos, como Henry Ford, promotores de verdaderas revoluciones en su tiempo, son evocados como fenómenos admirables, pero irrepetibles. Y sin embargo, el nuevo dogma involucra el riesgo de caer en el error de olvidar que los individuos dejan huellas, señas de identidad que influyen poderosamente en los procesos de transformación; que

    potencian, aceleran -y a veces frustran- el esfuerzo colectivo. Lo que aparece en las seis entrevistas que se despliegan en estas páginas es algo así como la trama íntima del cambio. Qué piensan, cómo viven, con qué sueñan, algunos de los más encumbrados jefes de la elite del management. Todos ellos son los máximos responsables y conductores de sus empresas. Todos pertenecen a sectores que, por distintos motivos, enfrentan con particular intensidad el imperativo del cambio. Y todos aceptaron responder con franqueza y amplitud a interrogantes que buscaron trazar no sólo su estilo de gestión sino también su perfil humano. Dos cosas que -como se sabe, y puede confirmarse en la lectura de estos reportajes- son, en rigor, una única entidad inseparable –