La nueva frontera del sur

    Una iniciativa privada que demandará US$ 600 millones promete convertir un sector de la costa bonaerense, habitualmente afectado por las inundaciones, en un complejo urbanístico con zonas de recreación, clubes náuticos y campos de golf.

    A mediados de este año comenzarán las obras para ganarle 2.350 hectáreas al Río de La Plata, una franja costera de 130 kilómetros en la zona sur frecuentemente afectada por la sudestada. Gracias a la ley 11.366, que ratifica el convenio firmado entre el gobierno de la Provincia de Buenos Aires y

    CODECO, Comisión de Defensa Costera S.A, esta firma se encargará del relleno, recuperación, saneamiento y urbanización de la zona que va desde la margen norte del Arroyo Sarandí en el partido de Avellaneda, hasta Punta Colorada, en el de Berazategui. En una segunda etapa, llegará hasta Boca Cerrada, justo antes de la localidad bonaerense de Punta Lara.

    “Hacía mucho tiempo que estábamos estudiando un proyecto para controlar las inundaciones en la zona sur, y que, a la vez, se autofinanciara”, explica Marcelo Valle, presidente de CODECO. “Así surgió la idea de hacer el terraplén aguas adentro del río; esa tierra ganada, a través de su comercialización,

    va a producir los fondos para financiar la obra”.

    El relleno costero se construirá a una altura de 4,25 metros, una cota que evite la penetración de las aguas del Río de la Plata durante la sudestada, complementado con un sistema de bombeo para evacuar los aportes pluviales. El relleno será material extraído del fondo del río. Se estima que el volumen a dragar para la primera etapa será de 170 millones de metros cúbicos. Se trata de una construcción similar a la conocida como polders en los Países Bajos.

    “La obra de cierre consistirá, en principio, en una doble fila de tablestacado de hormigón, unidas entre sí con tensores de acero revestidos con hormigón, rematadas en la línea exterior con un muro de sostenimiento de hormigón armado, apoyado en su base en ambas filas de tablestacas. De todos

    modos, se están estudiando alternativas con estructuras flexibles”, explica Valle. La inversión total prevista sumará unos US$ 600 millones y se calcula que el predio podrá ser habitado por aproximadamente 120.000 personas. Arquitectónicamente se apunta a un diseño urbanístico de tipo residencial, donde se incluirán zonas de recreación como clubes naúticos y campos de golf.

    Los espacios verdes ocuparán 16% de la superficie, y se prevé un importante programa de forestación, con aproximadamente 180 mil árboles.

    LA CUESTION ECOLOGICA.

    “Obviamente, la zona va a sufrir un impacto ambiental, pero hay impactos positivos e impactos negativos; en principio se va a evitar el efecto devastador de la sudestada, que es el impacto negativo”, argumenta Horacio Escofet, de la firma Hemarsa, principal accionista argentino de CODECO e integrante del consorcio que construye la autopista Buenos Aires-La Plata.

    En cuanto a los servicios esenciales, Valle afirma que “para el tratamiento de las aguas servidas, está prevista una planta que va a actuar en forma totalmente independiente del sistema actual”, mientras que para el agua corriente “estamos en conversaciones con la gente de Aguas Argentinas para hacer una ampliación de la planta de tratamiento de Bernal. La empresa se ha comprometido a una expansión de 80% de esa planta, aunque sólo necesitaríamos 7%”.

    SIN PREGUICIOS.

    “CODECO apunta a un mercado medio, medio alto. En la zona sur no hay tierras disponibles con este tipo de infraestructura. Es un cambio muy importante el que proponemos, una forma de vivir más en contacto con la naturaleza”, afirma Valle.

    “La costa que no se utiliza se degrada. Hace mucho tiempo que la provincia tenía este problema de las inundaciones. Este es un plan pensado sin prejuicios, con una mentalidad abierta. Muchas veces desde el sector público no se puede pensar sin restricciones”.

    “Hay muchas personas que estarían dispuestas a invertir en un proyecto como éste”, señala Valle, basándose en la investigación de mercado realizada por Eduardo D´Alessio y Asociados, la firma encargada del marketing de CODECO.

    Escofet asegura que en marzo del 95 estará habilitada la autopista de La Plata, que “va ser la columna vertical del desarrollo de la zona sur, ya que se podrá llegar en 20 minutos a Plaza de Mayo”.

    En la primera etapa, se prevé un plazo de ejecución de seis años para la defensa costera y el dragado.

    Las obras de urbanización se completarán en dos años más, lo que lleva a un total de ocho años. Las obras de relleno se ejecutarán en celdas de aproximadamente 150 hectáreas cada una, las que pasan a propiedad inmediata de la empresa, según los términos del convenio celebrado con la Provincia de Buenos Aires.

    Escofet indica que “mundialmente, el interés en cuanto a los proyectos inmobiliarios es muy grande.

    Cuando presentamos nuestro proyecto afuera, principalmente en Europa, la primera pregunta era si lo habíamos hecho aquí, se sorprendían del nivel de ingeniería local”.

    Las financiaciones se extenderán hasta cinco años y los precios partirán de un piso de US$ 18.000 para los lotes tradicionales de 400 metros cuadrados.

    “Nuestra empresa siempre estuvo relacionada con el sector público. A principios de los +90 empezamos a ver que eso ya no podría ser más, vimos que había que cambiar y generar nuevas ideas para poder seguir cambiando, y por eso presentamos CODECO”, reflexiona Valle.

    CONTRA LAS INUNDACIONES.

    Los sistemas de descarga constarán de estaciones de bombeo, estructuras de descarga para condiciones normales y, eventualmente, un cuenco regulador. En caso de sudestada, se cerrarán las compuertas de las estructuras de descarga y comenzarán a operar las estaciones de bombeo. El cuenco regulador permitirá almacenar temporariamente agua durante el pico de la crecida, de modo de evitar el sobredimensionamiento de la estación de bombeo.

    Para la primera etapa, la implantación de sistemas de descarga se realizará en la desembocadura de los arroyos Sarandí y Santo Domingo, el canal IMPA y en el arroyo Giménez. Un canal perimetral al relleno recogerá la escorrentía de las zonas bajas y las descargas de todos los canales que desaguan al Río de la Plata, de modo de conducirlas a los sistemas.

    Un mecanismo de alerta hídrica, alimentado por una red de sensores remotos instalados en las respectivas cuencas, proporcionará los datos para la operación del sistema de descarga. La provisión de electricidad para alimentar el sistema se efectuará a través del tendido de una doble línea con disponibilidad exclusiva desde las subestaciones más cercanas (Dock Sud, Isla Maciel, Ezpeleta).