Menos cifras rojas, más facturación

    El período julio-septiembre de 1993 resultó alentador, tanto por el repunte de los ingresos como por el mejoramiento de los cuadros de resultados, especialmente en el sector servicios.

    El habitual análisis realizado por MERCADO de los balances de 50 empresas que negocian sus acciones en la Bolsa revela que entre julio y septiembre del año pasado las ventas acumuladas de esas compañías alcanzaron el nivel récord de $ 3.034,7 millones, lo que representa un aumento de 5,7% con respecto al trimestre anterior y de 13,2% con relación al mismo período de 1992.

    Hubo también un aumento significativo de las ganancias de las 50 compañías seleccionadas, que ascendieron a $ 209,4 millones, con lo que duplicaron las cifras del mismo período de 1992 ($ 106,2 millones) y las de abril-junio del año pasado ($ 92,8 millones).

    Vale la pena señalar que, en esta ocasión, el cuadro favorable no reflejó sólo los altos niveles de utilidades de las empresas telefónicas y de las petroleras, sino también -y esto es importante- las menores pérdidas que presentaron otras empresas.

    Los mayores índices de rentabilidad de este período aparecen aun tras excluir del cálculo a las dos compañías telefónicas. En conjunto, los resultados de las 48 empresas restantes exhiben un saldo positivo de $ 64,9 millones. El dato es relevante si se considera que en los períodos inmediatamente anteriores hubo una sucesión de cifras en rojo, que alcanzaron el pico máximo de $ 48,8 millones durante enero-marzo.

    Telefónica de Argentina resultó la empresa con más altos beneficios durante el período julio-septiembre: $ 81,6 millones. El récord de ganancias anterior fue de $ 76,1 millones, correspondiente al período abril-junio.

    El incremento de las utilidades estuvo directamente vinculado con la tendencia ascendente de la facturación, que en ese período sumó $ 494,8 millones, con lo que se registró también un nuevo récord. Con respecto a las ventas de un año atrás, la expansión alcanzó a 12,8%. Según informó el director general de administración de Telefónica, Héctor Masoero, durante esos doce

    meses el índice de productividad, medido en cantidad de líneas instaladas por empleado, exhibió una mejora de 25,7%, al pasar de 117,3 a 147,4.

    Entre octubre de 1992 y septiembre de 1993 la empresa concretó inversiones por $ 925 millones, financiadas en aproximadamente 70% por la generación bruta de fondos (ganancias más amortizaciones), lo que representa una prueba evidente de su excelente capacidad para producir beneficios.

    Telecom también se destacó por las utilidades acumuladas entre julio y septiembre, que sumaron $ 62,9 millones. La favorable evolución de las ventas condujo a un nuevo récord para un trimestre: $ 427,2 millones, con una expansión de 26,2% con respecto al mismo período de 1992.

    El presidente de la empresa, Juan Carlos Masjoan, señaló que en esos doce meses las líneas en servicio pasaron de 1,67 a 1,88 millones (12,2% de incremento), mientras que la digitalización de la red subió de 32,4 a 54,4%. En ese lapso, el personal ocupado se redujo de 17.041 a 15.638 empleados (-8,2%).

    El tercer lugar en el ranking de ganancias del trimestre fue ocupado por Pérez Companc, aunque en este caso las cifras corresponden al período junio-agosto, debido a que la petrolera cierra sus ejercicios anuales en este último mes. Los mayores beneficios, sin embargo, no reflejaron un significativo aumento de las ventas, que con $ 114,2 millones resultaron levemente inferiores a las de febrero-mayo.

    LLEGAN REFUERZOS.

    Los dos bancos incluidos en el estudio (Francés y Galicia) también exhibieron un notable aumento en el nivel de sus entradas, para lo cual un factor importante fueron los refuerzos de sus respectivos capitales en giro como consecuencia de las importantes colocaciones de títulos de deuda

    realizados en el exterior y de la incorporación de capital genuino.

    Una de las últimas emisiones del Banco de Galicia fue por US$ 200 millones a una tasa fija de 9% anual y una amortización única en noviembre del año 2003.

    Por su parte, a fines de noviembre, el Banco Francés concretó una emisión de acciones por $ 200 millones, que le permitió duplicar el patrimonio neto que exhibía hasta esa fecha. Por esta causa, es razonable pensar que en el último trimestre del año volvió a exhibir un importante aumento de su actividad, que durante julio-septiembre declinó con respecto a enero-junio (de $ 91,6 a $ 75,6 millones).

    Esto, sin embargo, no afectó los resultados, que en el período registraron una ganancia de $ 20,9 millones y constituyeron un nuevo récord para un trimestre.

    Las utilidades del Banco de Galicia exhibieron una cifra similar y también fueron las máximas para un período de tres meses, aunque por escaso margen, puesto que las ganancias de abril-junio habían sumado $ 19,6 millones.

    También Siderca se ubicó entre las compañías que se destacaron por la expansión de sus ventas con respecto al mismo período de 1992. El crecimiento fue de 50,6%, pero en este caso debe tenerse en cuenta que en julio-septiembre de 1992 las ventas habían declinado en 33% con relación al

    trimestre abril-junio de ese año, cuando habían sumado $ 126,3 millones.

    Por lo tanto, el repunte de los ingresos registrado entre julio y septiembre de 1993 sólo le permitió recuperar niveles anteriores, aunque contribuyó a atenuar las pérdidas, que de $ 32,1 millones registrados en enero-marzo y $ 16,1 millones de abril-junio, bajaron a $ 13,8 millones.

    CAIDAS PERSISTENTES.

    Otros sectores continuaron exhibiendo, en cambio, un pronunciado descenso. Tal es el caso de las petroquímicas, con Electroclor a la cabeza, que entre julio y septiembre concretó ventas por sólo $ 8,2 millones (31,1% menos que en el tercer trimestre de 1992).

    Celulosa volvió a mostrar una nueva caída en las ventas, que con $ 30,8 millones fueron las más bajas para un período de tres meses. Las pérdidas del trimestre (en este caso, junio-agosto) sumaron $ 21,2 millones y, aunque marcaron una ligera disminución con respecto a los períodos inmediatos anteriores, todavía son muy importantes (absorbieron 68,7% de las ventas del período).

    Resulta llamativa también la declinación de las ventas de Molinos, que sumaron $ 133,1 millones, con una merma de 24,8% con respecto a las de un año antes. Si bien la comparación con el mismo período de 1992 evita distorsiones estacionales, es evidente que en la caída de julio- septiembre deben haber influido cuestiones vinculadas con el comercio exterior, porque en el mercado interno su actividad exhibió un desenvolvimiento normal.

    Rigolleau, que recientemente fue adquirida por la familia Cattorini, mostró también un notable descenso de las ventas: $ 12,6 millones, que marcaron una caída de 24,1% con respecto a los mismos meses de 1992 (en este caso, junio, julio y agosto). Los problemas de comercialización de la empresa, atribuidos principalmente a la competencia de los productos importados, se reflejaron,

    además, en los resultados operativos, que vienen exhibiendo cifras negativas desde hace más de un año. Durante junio-agosto de 1993, las pérdidas ascendieron a $ 900.000 y representaron 7,1% de las ventas.