Sin embargo sería un error creer que la concentración geográfica es una verdad absoluta. El licenciado Alberto J.M. Rodríguez, director ejecutivo de la Cámara Industrial de Aceites Vegetales de Córdoba, señala que los siete establecimientos que actualmente funcionan en la provincia están todos ubicados en localidades diferentes como son General Deheza, General Cabrera, Tancacha, Berrotarán, Dalmacio Vélez, Río Cuarto y Río Tercero.
Esta industria procesa anualmente 1.650.000 toneladas de maní, girasol, soja y carcamo, con las cuales elabora 440.000 toneladas de aceites vegetales y 1.200.000 toneladas de subproductos. Entre 80% y 85% de la producción de aceite y entre 90% y 95% de la producción de subproductos se exportan. “Dada la localización geográfica de la producción de cereales y la distancia a los puertos, no es extraño que nuestra preocupación pase por los altos costos del transporte ferroviario y de camión, y las tarifas de los puertos”, señaló Rodríguez.
J. Minetti y Cía.
Nuevos nichos en el mercado.
El desarrollo de productos tradicionales con mayor valor agregado y el lanzamiento de otros nuevos, forma parte de la estrategia de José Minetti y Compañía, una empresa que nació en 1918 en la ciudad de Córdoba y que tiene planta harinera en la provincia mediterránea e ingenios de azúcar (La Fronterita y Bella Vista ) y destilería de alcohol en Tucumán. “La diversificación y diferenciación es fundamental en el mundo moderno -señaló Alfredo J. Martínez Minetti, presidente de la empresa- y ello es posible inclusive en un producto tan conocido como la harina.”
La empresa tiene una marca tradicional como Graciela Real y para aprovechar la penetración que ya tenía lanzó Graciela Real Fortificada, que tiene vitaminas y suele ser elegida por las madres para las comidas para niños. Otra forma de aumentar las ventas fue la presentación de otro producto exitoso: la premezcla Elegida para los tradicionales ñoquis, en paquetes de 500 gramos y que “rinde para cinco porciones” como asegura su envase. Se hacen harinas para pastas frescas, para pastas secas, para panificación y repostería. Adonde se detecta una demanda de los clientes, hay una rápida respuesta.
Pero no todo es cuestión de marketing. Por de pronto José Minetti posee el Molino San José, con una capacidad de molienda de 820 toneladas por día y por si fuera poco en 1991 inauguró la planta fraccionadora para harinas y premezclas con una superficie cubierta de 3.300 metros cuadrados. Con una inversión de US$ 4 millones la planta puede fraccionar y mezclar 350 toneladas por día.
“Tenemos la obsesión por bajar los costos -asegura Martínez Minetti- y por estar cerca de los clientes y es por eso que evitamos la intermediación tratando de vender directamente a almacenes y supermercados.”
LIA.
Pan dulce y galletitas para todo el Mercosur.
La estabilidad monetaria y las posibilidades que brinda del Mercosur les han dado fuerzas a varias empresas de Córdoba para lanzarse a una nueva etapa de crecimiento. Un caso concreto es el de La Industria Alimenticia (LIA), cuya planta principal está a sólo 5 kilómetros de la ciudad, en el camino a Jesús María. “Ahora es el momento oportuno para invertir -afirmó Nestor S. Scarafia, presidente de la empresa- porque por fin hay condiciones que se empalman con nuestra vocación de crecer.”
“Entre 1992 y 1993 vamos a invertir US$ 12 millones -informó Marcelo Scarafia, director- que nos permitirán ampliar la planta de Córdoba en 150% de capacidad, porque vamos a pasar de 12.000 toneladas a 30.000 toneladas al año.”
El salto surge de los deseos de avanzar en dos direcciones. Uno es aumentar la participación de una amplia variedad de galletitas, dulces y secas, y de productos de fin de año en el principal mercado consumidor que es el Gran Buenos Aires y la Capital Federal donde la penetración de LIA es muy pequeña. El otro objetivo es penetrar en el sur del Brasil, sobre la base de las rebajas arancelarias del Mercosur. La empresa coloca productos en Bolivia, Uruguay y Paraguay, pero admite que el gran desafío es Brasil, y, por qué no, también Chile, aunque no exista un convenio comercial tan importante como con el otro vecino.
“No se trata sólo de aumentar la producción -advierte el empresario- porque para exportar en forma permanente y no solamente colocar saldos tenemos que bajar los costos de producción y transporte.
Y ésa es otra tarea que estamos encarando con toda decisión.”
Alta tecnología en máquinas-herramientas.
Para muchos la historia industrial de alta tecnología de la provincia comienza en 1927, con la creación de la fábrica militar de aviones. Luego, a fines de la década de 1950 y comienzos de 1960 se logró la instalación de dos empresas automotrices de importancia y de una tercera de menor dimensión. Se trataba de la norteamericana Industrias Kaiser, que luego fue comprada por la francesa Renault, y de la italiana Fiat, hoy Sevel, que comenzó fabricando tractores. La tercera era IME, que fabricaba utilitarios con motor de baja potencia.
En la actualidad las principales empresas industriales radicadas en Córdoba vinculadas al transporte de pasajeros o de carga son Renault, Sevel, Cormec, Transax, Zanella, Fiat-Iveco. Los rubros automotriz y aeronáutico han cumplido el rol de industria de industrias y para muchos expertos la gran cantidad de firmas fabricantes de máquinas-herramientas es un caso concreto de desarrollo tecnológico derivado de aquéllas.
Sin lugar a dudas unos de los principales ejemplos de alta tecnología es la fabricación de máquinas-herramientas con control numérico incorporado. Y entre una verdadera catarata de posibilidades Promecor surge como uno de los máximos exponentes. “No sólo fabricamos la máquina -comentó Víctor F. Mucaria, presidente de la firma- sino que además diseñamos el software que lleva incorporado y que es el elemento que la hace rentable.”
Los equipos son muy sofisticados, ya que además de relevar la precisión de todas las piezas que se fabrican con cada máquina-herramienta, calcula todos los coeficientes de aptitud de proceso, las detenciones y hasta advierte diariamente sobre qué tareas hay que hacer de mantenimiento preventivo. No sólo la información puede ir a una base de datos de un disco rígido, sino que a través de un monitor se puede verificar información y dar nuevas instrucciones.
Privatización.
UN MODELO CON TONADA CONRDOBESA
Mientras la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba estudia la transformación en sociedad anónima de la Empresa Provincial de Energía (EPEC), el gobierno provincial lleva adelante un proceso de privatización de la generación térmica de energía eléctrica con diferencias notables respecto al proceso conducido por el gobierno nacional. “Nosotros -aclaró el ingeniero Fernando Torres Crespo, presidente de EPEC- somos partidarios de la privatización del sistema eléctrico a través de capitales privados de riesgo y estamos convencidos de que es prudente empezar por la etapa de la generación térmica. Hemos dejado para EPEC el transporte, distribución y comercialización que son otras etapas que requieren inmensas inversiones. Por otra parte existe un aspecto de gran importancia y consiste en que las autoridades quieren conducir los planes o proyectos de desarrollo en todo el ámbito provincial y no pueden resignar el manejo de la distribución y comercialización eléctrica.”
Para entender ese enfoque hay que conocer un aspecto de la problemática de la provincia. En términos relativos se puede decir que hay una Córdoba rica al este y sur de la provincia, y otra región pobre y poco desarrollada al norte y oeste. La acción del gobierno a través de EPEC tiene como objetivo regular y balancear las tarifas ante las diferentes situaciones de demanda tanto de las industrias como la residencial en todo el ámbito geográfico, para evitar diferenciales que van a castigar a la zonas de menor desarrollo. Por otra parte existe una realidad que consiste en que el 30% de la distribución y comercialización ya está privatizado a través de 200 cooperativas eléctricas.
“Hemos adoptado un estilo cordobés en todas las privatizaciones -informa frontalmente el ministro de Obras y Servicios Públicos, ingeniero Felipe Ricardo Rodríguez-, que es similar al de algunos países en los que la privatización se aplica parcialmente o en forma total según más convenga y donde sea más necesaria.”
“La privatización no es un fin en sí mismo -razona Torres Crespo- sino que es un instrumento para mejorar la eficiencia del sistema productivo. De los dos tipos de generación que tenemos en la provincia hemos comenzado por la que puede dar mayores beneficios y es aquella en la que la participación del actor privado tiene una gestión más eficiente. Este es el caso de la generación térmica.”
La política de Córdoba persigue el ingreso del capital privado en la generación de energía térmica mediante el sistema de concesión a largo plazo, lo que implica no vender un patrimonio público y evita que el privado tenga que hacer un gran desembolso inicial de capital que luego repercuta en la tarifa. La principal variable para la adjudicación es un descuento porcentual tomando como base el actual precio mayorista de la energía eléctrica ( 0,40 centavos de dólar) y un canon fijo por mes.
Como un coeficiente de seguridad se ha fijado un techo de 0,70 centavos de dólar el kilovatio-hora, que no podrá ser superado bajo circunstancia alguna.
El riesgo de los privados consiste en que deben generar la energía con ese descuento y además tomarán o no el riesgo de invertir para aumentar la potencia de las máquinas.
WIN-WIN: UN CASO DE ALIANZA ESTRATEGICA.
Las alianzas estratégicas entre empresas, sin que haya compra, fusión o joint venture, son una forma que los cordobeses comienzan a transitar para que no haya un ganador absoluto y un perdedor nato, sino que todas las partes involucradas sean ganadoras. Lo que los modernos libros de administración describen como casos “win -win”.
Un ejemplo concreto es el reciente convenio firmado entre Arcor y Epec para optimizar el uso de diferentes formas de energía. Debido a que Arcor necesita mucho vapor para la ampliación de su planta de golosinas en Arroyito, pensó que la mejor manera de aprovechar el combustible básico (gas natural) es comprar una turbina de ciclo combinado que genera energía eléctrica y con los escapes de fluido generar el vapor necesario.
El problema surgió porque para que la iniciativa tuviera sentido económico se necesita instalar un equipo con una potencia instalada de 25.000 kilovatios, de los cuales Arcor necesitaba sólo 4.000 en Arroyito y otros tantos en otras plantas, o sea un total de 8.000 kilovatios con 17.000 como sobrante. Luego de dos meses de negociaciones durante los cuales inclusive no hubo acuerdo para una primera propuesta, se llegó a un entendimiento por el cual Epec tomará la energía de libre disponibilidad en Arroyito y la transmitirá a la ciudad de San Francisco. En otras localidades como Colonia Caroya y Villa del Totoral, donde Arcor está realizando ampliaciones y necesita refuerzos de energía eléctrica, Epec las abastecerá en una operación de “clearing” y el excedente de electricidad lo comprará a precios marginales.
De esta forma, mientras que Arcor optimizará su inversión y tendrá seguridad de abastecimiento para todo su complejo fabril, Epec tendrá una mayor disponibilidad de energía sin inversión e inclusive mejorará la tensión en la ciudad de San Francisco, porque la distancia entre esa ciudad y Arroyito es la mitad que a la ciudad de Córdoba, desde donde actualmente recibe parte de su abastecimiento.